Grupos de anticastristas celebran la noticia por las calles de Miami. / AP
por una enfermedad intestinal

Fidel Castro delega provisionalmente el poder en su hermano Raúl por motivos de salud

El presidente cubano ha sido sometido a una intervención quirúrgica de urgencia tras sufrir una crisis intestinal aguda

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El presidente de Cuba, Fidel Castro, ha delegado provisionalmente sus funciones a su hermano Raúl, un circunstancia que se produce por primera vez en sus 47 años de poder. Castro ha tomado la decisión tras sufrir una crisis intestinal aguda que le ha obligado a someterse a una operación quirúrgica de urgencia que le mantendrá de baja “varias semanas”. Además cede temporalmente otras competencias en materias clave -Salud, Educación y Energía- en algunos de los miembros de su equipo de Gobierno.

Su viaje a Córdoba (Argentina) para asistir a la Cumbre del Mercosur y su inmediata visita al oriente de Cuba el pasado miércoles han sido las principales de esta crisis, asegura Castro en el texto leído el lunes en la noche por su secretario privado Carlos Valenciaga en la televisión nacional.

Raúl Castro, pragmático número dos del gobierno cubano, asume las funciones de primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y de presidente del Consejo de Estado y del Gobierno. "Días y noches de trabajo continuo sin apenas dormir dieron lugar a que mi salud, que ha resistido todas las pruebas, se sometiera a un stress extremo y se quebrantara. Esto me provocó una crisis intestinal aguda con sangramientos sostenidos, que me obligó a enfrentar una complicada operación quirúrgica", explica el presidente en su mensaje.

La Casa Blanca se limita a observar

En una primera reacción, la Casa Blanca se ha limitado a subrayar que estaban "observando la situación. No queremos especular sobre su salud. Continuaremos trabajando para el día que Cuba sea libre", ha puntualizado Peter Watking, portavoz de la Casa Blanca.

El anuncio del gobierno cubano ha desatado la esperanza en Miami, especialmente en la llamada Pequeña Habana, donde se concentra buena parte del exilio. Miles de manifestantes se han lanzado a las calles a celebrar la noticia deseándole la muerte a Fidel Castro, de 80 años, y esperando que la decisión marque el "principio del fin" de su régimen.

En La Habana la normalidad es la tónica dominante, pese a que la noticia ha estremecido la isla de oriente a occidente. Poca gente en las calles, vecinos jugando al dominó en las puertas de sus casas y normalidad ha sido la constante de las primeras horas de esta madrugada en la capital de la isla.