La historia andaluza tiene ya su propio 2 de mayo. El Parlamento aprobó ayer la proposición de Ley de la Reforma del Estatuto de Andalucía con 67 votos a favor -PSOE e IU, que conforman la necesaria mayoría de tres quintos- y 41 en contra -PP y PA-. Una filosofía más federalista que nacionalista impregna un articulado en el que no se renuncia al máximo techo competencial que permite la Constitución, pero que tolera compartir con el Gobierno central algunas de las prerrogativas más decisivas, tales como la Agencia Tributaria o el control de los puertos y aeropuertos de interés general.