Presentada en Cádiz una iniciativa pionera contra la violencia machista en Internet
El Instituto de la Mujer crea un protocolo específico de atención para las víctimas de violencia de género a través de redes sociales y la Red
Actualizado: GuardarLas nuevas tecnologías han creado una nueva forma de comunicarse y entenderse, que a menudo convierte circunstancias personales en públicas trazando un límite peligroso. Por ello, los profesionales que velan porque no se vulneren derechos fundamentales ni se sobrepase la barrera de la dignidad, están en sobreaviso. Así, se ha presentado en Cádiz una iniciativa pionera en toda España en la lucha contra la violencia de género, un protocolo específico ante la ciberdelincuencia de género, impulsado desde el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM).
«El machismo se adapta rápidamente a las nuevas vías», explica la coordinadora provincial del IAM, Pepi Moreno. «Las TIC suponen un nuevo riesgo y por ello hay que actuar». Casos como el control permanente a la pareja a través de las redes sociales o del móvil, la suplantación de la personalidad en dichos canales, o las amenazas por hacer públicos contenidos muy íntimos, son algunos de los casos que ya empiezan a ser habituales entre posibles víctimas de violencia de género.
«Muchas veces creen que el mundo virtual no les va a afectar lo mismo que el real», sostiene la coordinadora.
Por ello y porque cada vez es mayor el número de personas que sufren de este tipo de ciberacoso son «necesarias» y «urgentes» nuevas normas y reglas de actuación que ayuden a erradicar el problema una vez que se pida auxilio o que se vea necesario prevenir.
Con este objetivo como principal guía, el IAM ha publicado un protocolo específico de actuación. Para la delegada territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, Miriam Alconchel, el texto responde a una nueva realidad que ha sido detectada desde hace algún tiempo por los especialistas, quienes han observado que mujeres cada vez más jóvenes están sufriendo este tipo de violencia.
Así, esta guía, que quiere ser distribuida entre todos los colectivos implicados, establece como ciberdelincuencia de género aquella violencia machista que se lleva a cabo a través de las nuevas tecnologías (revelación de secretos, injurias y calumnias, trato denigrante, difusión de imágenes, usurpación de identidad, amenazas o coacciones), y establece las pautas a seguir para la detección y actuación ante cualquier señal de alarma.
Así, una de las partes fundamentales de este protocolo es la detección a tiempo. Para conseguirlo, en todos los formularios de atención, ya sea psicológica, jurídica o social, se recogen parámetros descriptivos que ayuden a diagnosticar con exactitud el problema, si se trata o no de ciberdelincuencia. Entendiendo que este sistema de comunicación tiene un lenguaje propio, el protocolo además aporta para los especialistas y técnicos un glosario con más de 200 palabras para poder entender de qué se habla:‘nick’, ‘sexting’, ‘phising’... son algunas de ellas.
También se dan claves de cómo seguir parámetros de seguridad informática. Es decir, que la víctima sea capaz de manejarse sin riesgos por la Red. Por su parte, el área psicológica del IAM será quien se encargue con toda esta base de escuchar y diagnosticar el caso.
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