La recuperación corre menos que la tijera en la sanidad gaditana
El aumento presupuestario anunciado por la Junta se queda extremadamente corto para devolver lo perdido
Actualizado: GuardarEl presupuesto que la Junta acaba de presentar para 2016 trae consigo un aumento para la sanidad pública, que en estos años ha sufrido la tijera con la misma intensidad que el resto. Los 400 millones más –la partida total asciende a 8.807 millones de euros– servirán para reforzar las plantillas, como espera el consejero de Salud, Aquilino Alonso. Pero corto va a quedarse el refuerzo si se tiene en cuenta que esos 400 millones de euros han de repartirse entre ocho provincias que han soportado importantes recortes durante estos años.
Parece que la recuperación va a ir mucho más lenta que la tijera si se tiene en cuenta que el montante aún se queda muy lejos del de hace cuatro años cuando cuando comenzaron los recortes.
Entonces llegaba a superar holgadamente los 10.000 millones de euros. Desde aquel fatídico 2012, cuando todo fue un ir a menos, la sanidad pública gaditana ha perdido alrededor de 700 profesionales de este ámbito. Así lo recoge el Boletín del Personal al Servicio de las Administraciones Públicas que elabora el Ministerio de Hacienda.
En ese tiempo también se han suprimido, que no cerrado ni puestas en reserva, un centenar de camas en los hospitales públicos, como se extrae de la Memoria de la Consejería de Salud de 2014. La medida lleva a lo mismo: a menos pacientes ingresados, menos trabajadores para atenderlos. Y el ahorro en recursos tiene un impacto directo en la calidad asistencial, como demuestran los informes que periódicamente actualiza el SAS para los procedimientos médicos más habituales. En junio de 2012 el tiempo de espera máxima era de 52 días, mientras que en junio de 2015 se eleva a 57 y con ello la lista de espera de los que aguardan una intervención.
El Colegio Médico de Cádiz ya ha advertido en numerosas ocasiones sobre los efectos de estos recortes. Valora cualquier esfuerzo inversor que se realice para el sostenimiento del sistema, pero cree que aún hay camino por recorrer. Su secretario, Gaspar Garrote, señala que «todos estos problemas repercuten en los profesionales y en los pacientes». Este especialista alude a la precariedad, la carencia de medios, la falta de sustituciones, la aplicación efectiva de la carrera profesional o la aplicación de las 37,5 horas.
El temor del órgano colegial es que «estas carencias parezcan endémicas al propio sistema». El doctor Garrote considera que «hay que exigir a las autoridades sanitarias un mayor esfuerzo en todos los sentidos y sacar la sanidad del debate político». Ahora que el presupuesto crece, considera que sería buen momento para «realizar un cálculo riguroso de necesidades y una correcta distribución de los recursos existentes, sin olvidar que estos son limitados».
El Colegio de Enfermería de Cádiz también ha sido muy crítico con el ahorro y pide una mayor dotación de recursos, especialmente para las plantillas de la especialidad a la que representa. El presidente del Colegio, Rafael Campos, ha defendido en distintos foros la importancia de la especialización de la enfermería y ha llamado la atención sobre la elevadísima ratio de pacientes por enfermero que hay en la provincia de Cádiz, muy por encima de otros territorios.
Los órganos colegiales se han visto obligados a pelear las mismas batallas que las organizaciones sindicales. Las que son específicas de cada categoría ponen de manifiesto el deterioro que la sufrido la sanidad pública, en especial en estos últimos tres años. Pedro Calderón de la Barca, presidente del Sindicato Médico de Cádiz, no oculta sus dudas sobre el anuncio de aumento presupuestario. Y dice no tenerlo claro después de haber visto en la prensa al propio consejero asegurando que el sistema se ha mantenido. «Si el sistema se ha mantenido, ¿dónde está el helicóptero del 061 que nos vienen quitando después del verano desde hace dos años? ¿Y dónde está el centro de radioterapia de Jerez, que llevamos mucho tiempo esperando?», se cuestiona.
«Nos han hecho tantas promesas durante este tiempo y no se cumplen», lamenta mientras hace referencia al fin de los contratos al 75% o a la devolución de la paga extra que todavía no se ha confirmado. Será en la ejecución de este presupuesto cuando se compruebe si realmente el aumento tiene algún efecto en las plantillas, como se ha dicho o si finalmente el ahorro termina por ser crónico.
Ese es también el temor de Carmen Domínguez, secretaria provincial del sindicato específico de enfermería (Satse) y no oculta el enfado por la gestión que se lleva a cabo. «Todo va enfocado al recorte, no a la calidad en la atención», dice y pone como ejemplo la situación de los trabajadores de San Carlos, Puerto Real y Puerta del Mar, que son intercambiados entre los centros sin ningún tipo de garantía. «Esa es la manera de cubrir huecos y bajas en la Bahía de Cádiz», denuncia.
La representante sindical no llega a cuantificar el presupuesto que sería necesario para volver a la situación de antes de la crisis, pero sí tiene claro que «debería de ser el suficiente para duplicar el número de profesionales en los equipos». «Eso es lo que se ha perdido y es lo necesario para tener una asistencia de calidad, ni siquiera de excelencia», indica.
También duda de que este nuevo anuncio «a bombo y plantillo» tenga algún tipo de efecto en vista de cómo han funcionado los anteriores: «Ni tenemos todos los contratos al 75%, ni los hospitales tienen un plan de urgencias que eviten las colas», recuerda. Ahora está por ver cómo se emplea esa subida del presupuesto.
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