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La denuncia dificulta la autorización y deja en el aire el futuro de Redelsur

La empresa no cuenta con el visto bueno del Consistorio y la confirmación del delito podría truncar el permiso de la Junta

e. martos
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El futuro de la planta de reciclaje de residuos industriales de Redelsur podría estar en el aire tras la confirmación de que el vertido tóxico procede de estas instalaciones. Por lo pronto, la Junta ya tramita la apertura de un expediente sancionador mientras continúa con la evaluación de la autorización solicitada. Fuentes de la Consejería de Medio Ambiente aclaran que el proceso se encontraba en una fase de exposición pública durante el que se ha recibido un importante número de alegaciones, entre ellas las del propio Ayuntamiento de Puerto Real.

La denuncia no viene si no a retrasar todo el procedimiento, ya que la administración tiene que tomar los hechos en consideración en la fase de evaluación ambiental, «un proceso que debe culminarse en todo caso y notificarse a la empresa en cuestión», avanzan las fuentes consultadas.

Y mientas tanto, la compañía ha de seguir abonando la renta por el alquiler de la nave de Delphi que tiene un coste de 5.000 euros mensuales durante este primer año. Además, tendría que hacer frente a la inversión para desarrollar el complejo previsto que contempla la creación de una unidad de tratamiento de aguas residuales, un centro de transferencia para residuos industriales, de recuperación de envases y filtros y una planta de regereración de aceites.

Por su parte, el Ayuntamiento tiene las competencias urbanísticas y era el encargado de conceder la licencia para su apertura, pero tampoco le había terminado de dar el visto bueno. El alcalde puertorrealeño, Antonio Romero (Sí se puede), señaló que «era necesario hacer la reparcelación porque no estaban ocupando todo el espacio, pero también estaba en estudio una bonificación fiscal que el empresario había solicitado». Según explicó a LA VOZ, «el contacto que hemos tenido con ellos ha sido casi únicamente para esas bonificaciones» que el equipo de Gobierno no veía con buenos ojos porque «se trata de una actividad sucia y la previsión de generación de empleo tampoco generaba tantas esperanzas», dijo el regidor. «Lo que pedían era un trato favorable aprovechando la coyuntura laboral de la zona», continuó.

El primer vertido fue en junio

De la misma forma admitió que las sospechas de vertidos no eran nuevas, pero era necesario confirmarlo. Aseguró que en junio ya se detectaron algunas filtraciones de residuos en el alcantarillado público y se inició un expediente disciplinario, pero luego no se recogieron muestras posteriores tras la limpieza. Fue en agosto cuando se volvieron a detectar y se organizó el operativo que ha terminado en la clausura de las instalaciones.

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