el apunte

La pataleta antidemocrática

Que Podemos pretenda torcer con propaganda y movilizaciones un acuerdo legítimo del Pleno de Cádiz habla muy mal de sus conceptos políticos

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La llegada de la versión gaditana de Podemos al gobierno municipal de Cádiz tiene una gran ventaja: las sorpresas están garantizada. La normalidad y el aburrimiento son conceptos descartados, desterrados. Será mejor refugiarse en el humor porque los sobresaltos parecen diarios.

El último es que el partido que sustenta al gobierno local, Podemos Cádiz, ha decidido que no respeta la voluntad de los ciudadanos, de los votantes. De forma unilateral, esta formación ha decidido que la democracia representativa no le sirve. Que la mayoría de los concejales vote a favor de un proyecto es poca cosa para sus dirigentes. Si no están de acuerdo, pues ponen en marcha una campaña, muy ciudadana, muy popular, para frenarlo. Parece que los concejales elegidos mayoritariamente por el pueblo no les parecen populares.

Parece que la democracia no les parece democrática. Así que si un acuerdo plenario no es del agrado de Podemos, aunque sus representantes presidieran la sesión, pues se pone en marcha una campaña. El objetivo no está claro.

Mejor no pensar que pretenden el incumplimiento de una decisión del órgano soberano del Ayuntamiento, que es vinculante, inviolable. La pataleta consiste en oponerse a la aplicación del acuerdo sustentado por la mayoría de ediles (PP y Ciudadanos) en la última sesión. Estas dos formaciones votaron a favor de la agilización del proyecto de aparcamiento subterráneo en la plaza de Sevilla. El PSOE se abstuvo, de forma igualmente legítima y respetable, tras manifestar razonables dudas sobre la financiación del proyecto. El Gobierno municipal, formado por Podemos y Ganemos, se opuso también de forma democrática, respetable, por creer que no es un proyecto prioritario ni conveniente.

Todo perfecto hasta aquí. Ganan la votación los que defienden que se haga el aparcamiento y a partir de ahí es el proyecto de todos, es la voluntad de la mayoría de los gaditanos.

Pretender torcerla, doblarla con propaganda, mesa o movilizaciones habla muy mal de los conceptos democráticos de Podemos.

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