El interminable rubor de los asesores

El nombramiento se hizo el viernes, en agosto, casi con nocturnidad y alevosía. Pero dejó rastro en los boletines oficiales y ayer sirvió para que lo denunciara el portavoz del Grupo Popular en la Diputación gaditana, José Loaiza. El hijo del número dos del PSOE de Andalucía, Juan Cornejo, ha entrado a formar parte de la Diputación Provincial de Cádiz como asesor. Con su generoso sueldo mensual y sin más méritos conocidos que el parentesco, la lealtada a la dirección provincial y regional de su partido. Sin más capacidad que la de tener los apellidos que tiene. Aunque este último caso sea el más sangrante e indignante, todos los partidos políticos tienen motivos para avergonzarse. La falta de transparencia, la incomprensión hacia los méritos y los métodos, marca el ingreso de todos esos «asesores».

Hace unos días se supo que el Ayuntamiento de Cádiz, en su versión de Podemos, ha nombrado a cuatro asesores bien remunerados. Todos son destacados miembros del partido. Pidieron currículos para hacer una selección. Llegaron casi quinientos y al final han cogido a cuatro de la casa, de la cosa, de la casta. Es decir, se comportan como los partidos de siempre. El PSOE ni siquiera se molesta en dar explicaciones. Lleva décadas aplicando estos métodos. Los resultados, en desapego y progreso ciudadano, son de sobras conocidos.