La moda de los hostels duplicará la oferta de plazas en Cádiz a corto plazo
Hay ocho alojamientos de este tipo en la provincia y la Junta de Andalucía aprobará otros seis en breve
Actualizado:Son una especie de pensiones con encanto con habitaciones múltiples o un albergue ubicado en pleno centro de la ciudad. Son un híbrido de alojamientos de calidad media que ha dado en denominarse hostel (entre hostal y hotel), en un intento de resumir en un solo vocablo ese toque de distinción que sus dueños intentan darle. Suelen estar decorados con cariño y pocos medios.
Nacen con vocación aventurera y también se les denomina ‘backpakers’ o alojamientos para mochileros. El mejor ejemplo, por cercano, el de Casa Caracol, el más famoso en la capital gaditana. Un alojamiento que ya goza de reconocimiento y prestigio en toda la geografía española y en el resto de Europa.
La legislación que regula estos alojamientos es muy nueva. La ley data del año 2013, ni dos años desde que se publicara el decreto y ya hay siete alojamientos de este tipo funcionando en la provincia de Cádiz.
En Andalucía, se trata de una figura turística nueva que se crea a fines del 2013. Ya existían albergues, pero casi todos limitados al medio rural y regulados desde 2002. La normativa que los rige y amplía a todos los ámbitos es la orden de 16 de diciembre de 2013, por la que se crea la figura del ‘Albergue turístico’, modificándose la normativa anterior. Hasta ese momento, el sector se regía por el decreto 47/2004, de 10 de febrero, de establecimientos hoteleros, especialmente a través del Anexo 6.II.E.
Los técnicos de Turismo de la Junta consultados explican que los elementos más relevantes respecto a estos albergues turísticos son que se articula incluidos en el grupo ‘pensión’. Y que sus características esenciales que los diferencian del resto de los establecimientos hoteleros es que ofrecen habitaciones múltiples y compartidas, y facilidades de cocina para los usuarios.
Por todo lo demás, están sujetos al resto de requisitos, obligaciones, deberes y derechos de los establecimientos reglados de alojamiento turístico.
Y con estas premisas, los hostels se han convertido en la única opción con visos de crecer en la provincia, aumentando las plazas turísticas de Cádiz. En la capital gaditana ya funcionan Casa Caracol, Cádiz Cadi, Cádiz Inn y, desde esta misma semana Alquimia, tras recibir las últimas licencias solicitadas. En El Puerto de Santa María se encuentra Baobab. Y en Tarifa, localidad donde más prolifera este nuevo tipo de alojamiento:Pink House, Tarifa Hostel y South Hostel Tarifa.
Entre todos suman un total de 339 plazas, una cantidad pequeña, si se tiene en cuenta que se divide en ocho alojamientos. Esto es la mitad de lo que suele ofrecer cualquier hotel de cuatro estrellas de tamaño medio ubicado en el ‘resort’ de Sancti Petri.
Desde la Delegación Provincial de Turismo de la Junta informan de que en proyecto, en diferentes fases y circunstancias, se encuentran otros dos hostels en Cádiz (si ya no se cuenta el joven Alquimia ) y otros cuatro en Tarifa. Cuando todos estén aprobados y en funcionamiento, la oferta de plazas en estos alojamientos se habrá duplicado y todo apunta a que estarán listos para la próxima temporada alta, como muy tarde.
Así las ideas emprendidas por pequeños empresarios en este tipo de albergues y apartahoteles (una opción similar al albergue) son las únicas que se mantienen en la provincia y que pueden subir levemente el número de plazas hoteleras.
El presidente de la Asociación Provincial de Hoteles de la Provincia de Cádiz, Stefaan De Clerck, ha señalado que este tipo de alojamientos son los únicos que están surgiendo tras la crisis económica. Sin embargo, De Clerck reconoce «su incidencia es baja», tanto como para no poder resaltar una cifra concreta en una provincia que cuenta con unas 50.000 plazas hoteleras.
El último gran alojamiento que se abrió en la provincia fue el Gran Conil en 2011, y gracias a la implicación del empresario Juan Llull con la costa gaditana, y especialmente con Conil. El Parador Atlántico de Cádiz, que reabrió sus puertas en 2012, ni siquiera se puede contabilizar como un aumento de la oferta porque se trató de la rehabilitación de un alojamiento que ya existía previamente en la Red Pública del Estado.
Sólo en la capital gaditana hay varios proyectos hoteleros que están en el aire. Por una parte, Valcárcel. Una vieja idea que ya abandonó la firma Zaragoza Urbana años atrás y que tiene todos los visos de volver a propiedad pública para convertirse en sede de la facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Cádiz .
El solar delCampo de las Balas , donde debería haber ido la ampliación del viejo Hotel Atlántico, sumando más habitaciones de elevada calidad a la capital, nunca vio la luz por la crisis. Una de las últimas gestiones realizadas por el gobierno de Teófila Martínez fue ponerlo a disposición de inversores hoteleros. Hasta ahora, sin noticias de ninguna cadena que esté interesado en ese magnífico solar junto a la playa de La Caleta.
La Residencia de Tiempo Libre, que parecía que iba por buen camino para convertirse en un alojamiento de lujo en plena playa Victoria, sufre ahora el parón de la indecisión política del nuevo equipo de gobierno local y la falta de liquidez de la Junta de Andalucía. Otro proyecto varado.
Y en el resto de la provincia, sólo se sabe que en mayo (con elecciones de por medio) el el Ayuntamiento de Chipiona anunció que había conseguido desbloquear la construcción de un hotel de 530 habitaciones en Costa Ballena , respaldado por la cadena Best Hotels. Lo cierto es que, a día de hoy, Cádiz sólo cuenta con la gran iniciativa de pequeños emprendedores.