La amistad verdadera es poco frecuente en los días que corren. Hoy el poderío y distintivos que poseen Doña Fama y Don Dinero son los que predominan en nuestra sociedad. Para encontrarse con personas y amistades eternas tienes que rebuscar en lo más profundo de tu camino y aún así no te puedes fiar de casi nadie. Los amigos de verdad los cuento con los dedos de una mano y todavía me sobran algunos. Nunca me he jactado de ello, pero reconozco que no tengo tantos amigos como quisiera. Todos sabemos que el carnaval es pura ficción. Los golpes de pecho y defensores de tu obra te seguirán a muerte hasta que un día aparezca esa pareja mencionada de Don Dinero y Doña Fama vestidos con sus mejores galas y bajo el nombre de proyecto ilusionante -original o impactante- que tentará a tu alma con tanta fuerza, que será imposible rechazar sus ofertas. Don Dinero es muy fuerte, tal vez el que más de los dos y mueve el mundo por desgracia. Es el mismo que mata a hermanos por herencias o impide que amores verdaderos sean felices. Don Dinero lo compra todo. Bienestar y felicidad social. Compra la amistad, la lealtad y todo lo inimaginable que pudiéramos inventar en nuestra mente, por suerte lo único que no compra es ni el tiempo ni el amor, de momento. Doña Fama en cambio te da popularidad, te alimenta el ego, aumenta tu vanidad hasta límites insospechados, ella te hace sentir bien contigo mismo haciéndote creer que eres más importante que el resto de los mortales y que eres el mejor en lo tuyo.
En el carnaval de hoy las agrupaciones se están formando con mercenarios, en el buen sentido de la palabra, de la música y del cante. Se escogen a los mejores del mercado para hacer un grupo homogéneo y compacto, donde voz e imagen son los primeros requisitos para su incorporación. Da igual que tengas a un maltratador en tus filas, si es guapo y canta como nadie será bienvenido. Da igual que sea un engreído o un vago de profesión, si hace los contraaltos como nadie y a las niñas les encanta su carita de canalla, será muy bien acogido por el grupo. Da igual que lleven por bandera la competición en lugar de la amistad y la familia. Dará igual si tu mejor amigo se queda huérfano y sólo en esa comparsa donde empezaron juntos desde niños, al día siguiente ya tendrás mejores amigos. El carnaval es la vida misma no podía ser una excepción y esta pareja manda al igual en todas las situaciones.
Por un momento me puse a pensar en estas circunstancias que ocurren cada año por estas fechas y comprendí lo injusta que es la vida en estos aspectos. Se han parado a pensar que pasaría si un autor cada año decidiera prescindir de quien quisiera, por ejemplo de un tenor que lleva 20 años con él. Todos los demás componentes y gente del carnaval pensarían que es una injusticia, una barbaridad, que eso no se hace, que con todo lo que ha luchado por tu repertorio, que con lo buen amigo que eras de él como has sido capaz de echarlo.
Pues sí, cada vez estoy más del lado de Juan Carlos Aragón que utiliza a las personas para su comparsa cada año como quiere y cuando quiere. La lealtad debería de ser en ambos sentidos.
