TUITS DEL BRIGADA DE LA GUARDIA CIVIL

¿Qué pasa en la Guardia Civil de la Sierra?

A los tuits del brigada Jarque se suma la denuncia de la Asociación Unificada de la Guardia Civil de 12 bajas por depresión

JESÚS A. CAÑAS
Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Un cuartel lleno de civiles y compañeros y, de pronto, dos agentes se convierten en objetivo de la «frustración» del capitán de la compañía. Llevan dos cinturones verdes reglamentarios, pero no negros, como era deseo del capitán. De inmediato, éste les llama «airadamente» la atención. «De nada sirvió que ambos agentes carecieran de esa prenda por motivos ajenos a su voluntad. No estaba allí para oír explicaciones, sino para seguir dando vueltas al tornillo de la opresión y que su ardua labor se difundiera».

Con estas duras palabras desde la Asociación Unificada de la Guardia Civil ejemplificaban la pasada semana la situación de mobbing laboral que se vive en la Sierra. Lo hacían en una nota de prensa en la que relataban también el malestar originado en los altos cargos de la zona por denunciar reiteradamente en los medios la situación que atraviesan muchos compañeros.

Y por si quedaba alguna duda sobre la reacción en torno a la denuncia de los casos de mobbing laboral que ya han originado 12 bajas por depresión en la compañía (ocho en Arcos y cuatro en Ubrique), al brigada Jarque de Villamartín le sobraban 129 caracteres para tildar de «defraudadores» en Twitter a esos guardias civiles. Los mismos que se vieron abocados a una baja de larga duración, por supuestos casos de presiones, humillaciones y estrés en una compañía que atesora años de problemas de esta clase.

Concretamente, unos tres años, según aseguran desde la AUGC, tiempo que lleva destinado en la zona tanto el capitán como el brigada Jarque, mano derecha de éste. Fue precisamente su aseveración sobre estos guardias civiles la que llevó a la AUGC a descubrir que tenía una cuenta de Twitter desde la que lanzaba mensajes xenófobos, homófobos y de exaltación del franquismo y del nazismo.

Los mismos que llevaron el pasado martes al propio ministro del Interior a calificar estos tuits  como «repugnantes». Fue la Asociación la que denunció ante el Ministerio del Interior la actitud del brigada destinado en Villamartín y la que también pidió que se le apartara de sus funciones «como medida cautelar», mientras se desarrolla una investigación urgente y reservada sobre lo ocurrido.

Sin embargo, desde la misma asociación se explicaba a este medio que el autor de la cuenta de Twitter ya borrada seguía ayer en su cargo. Por su parte, desde la Comandancia prefirieron guardar silencio. Una ausencia de declaraciones compartida también por el Ayuntamiento de Villamartín que su excusó en «su total independencia» de la institución para eludir hacer cualquier tipo de valoración.

Desde donde sí hablaron muy claro fue desde la AUGC en Cádiz, donde recordaron ayer que éste es solo el enésimo episodio de una compañía donde las circunstancias de presión a los agentes por cualquier cuestión nimia están a la orden del día. Aunque reconocen que el brigada Jarque no tiene guardias civiles a su cargo, sí apuntan a la existencia de respuestas a recursos de alzada de expedientes disciplinarios «donde se va por los cerros de Úbeda y se salta trámites». Respuestas a expedientes motivados por circunstancias como las descritas del cinturón y que conllevan «una importante humillación».

Como ejemplo a estas circunstancias denigrantes, desde la AUGC recuerdan como dos guardias civiles de Ubrique fueron obligados a mantener firmes el saludo marcial a su superior más tiempo de lo normal en medio de una concurrida calle de Ubrique. Dicen desde la asociación que los mandos «miran para otro lado» a esta realidad, vinculada también con la precariedad laboral. Y es que desde la AUGC hablan de un «tótum revolútum» en el que el caso de Jarque es solo un grano de arena más. Desde la asociación apuntan también a «la presión por mantener fuera del cuartel un estado semipolicial». 

Y añaden: «Los mandos se han volcado en perseguir y presionar al guardia civil en la falsa creencia de que su presión se iba a traducir en mayores denuncias a los ciudadanos. Cuando la realidad les ha demostrado que su actitud era contraproducente, su frustración se traduce directamente en hacer la vida imposible al guardia: se dictan normas absurdas, se manipulan cuadrantes para hacer imposible una adecuada conciliación de la vida laboral y familiar, se suspenden alegre y gratuitamente derechos consolidados». Toda una situación de indefensión que desde la AUGC no esperan que tenga una respuesta interna contundente. Sin embargo, ya anuncian medidas una vez el proceso interno se agote: «Será entonces cuando iremos a los tribunales».

Ver los comentarios