Irene García
Irene García
CONSTITUCIÓN DE LA DIPUTACIÓN

Irene García cierra hoy un equipo para la Diputación de Cádiz con pocos alcaldes

El PSOE vuelve a la institución provincial tras cuatro años, con un grupo renovado al que la presidenta pedirá la máxima dedicación

ELENA MARTOS
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Una vez digerida la victoria y con los ayuntamientos ya constituidos en cada uno de los municipios de la provincia, toca el momento de hablar de la Diputación. En estas dos semanas intensas que han pasado desde la noche electoral del pasado 24 de mayo no ha habido un día de descanso. Las reuniones interminables, las negociaciones y los acuerdos para definir las nuevas corporaciones tendrán ahora su continuación en la formación del gobierno de la institución provincial, que volverá a estar en manos del PSOE después de cuatro años. Será hoy mismo cuando la futura presidenta, Irene García, anuncie los nombres de su equipo durante la celebración del comité provincial que está previsto a las seis de la tarde.

Dada la dificultad del nuevo mapa electoral y la cantidad de apoyos que los socialistas han necesitado para recuperar las alcaldías, se ha mantenido la prudencia a la hora de adelantar nombres.

Lo único que ha avanzado la secretaria general es que habrá pocos alcaldes del PSOE en el Pleno provincial, porque pretende pedir una dedicación absoluta a su grupo. Los hay que ya se han postulado incluso antes de recoger el bastón de mando, como es el caso de José María Román, que puede aportar una dilatada experiencia en la gestión.

Otro de los nombres que parece seguro en el equipo de García es Fran González, que aspiraba a ocupar alguna vicepresidencia, pero los malos resultados electorales podrían truncar esa posibilidad. Y está por ver qué pasará con Alfonso Moscoso, el regidor de Villaluenga, que ha sido habitual de las filas socialistas.

También hay que terminar de decidir si contará o no con un compañero de gobierno que le garantice un mandato con estabilidad. García necesita un diputado más para alcanzar la mayoría que no le dan los quince que su partido consiguió en las urnas y bien podría facilitarle la tarea el PA, con un pacto similar al que han firmado en San Fernando. Esa parece la opción más probable, aunque nadie quiere descartar nada por el momento. Tiempo para negociar queda aún, puesto que la investidura no está prevista hasta la semana que viene.

Al otro lado del salón regio se sentarán los populares, que sumieron desde el primer momento que tendrían que ocupar la oposición, independientemente de lo que ocurriera con los pactos de gobierno en los municipios gaditanos. Una vez constituidos los ayuntamientos hay que repartir los sillones, que se terminarán de asignar esta misma semana. Es posible que muchos de los habituales repitan, aunque habrá que tomar decisiones complicadas. Quizá la más difícil sea decidir quién será el único diputado por Cádiz del PP tras perder el segundo. Mercedes Colombo ha sido habitual en los últimos mandatos llegando a ocupar la vicepresidencia, pero también ganó poder durante esta pasada etapa Ignacio Romaní, que se hizo cargo del macroárea económica.

Y la sorpresa será la irrupción de las candidaturas independientes de Podemos que sentarán a dos diputados en la Corporación. Uno por Cádiz y otro por Jerez cuyos nombres están por decidir. Junto a ellos irá también el diputado de IU que logra representación por Chiclana, donde computan los votos de la Janda.

La herencia que recibe

Otra cuestión es si la futura presidenta mantendrá la división orgánica que definió José Loaiza durante este pasado mandato u optará por configurar una nueva. El popular redujo entonces de diez a seis los grandes bloques repartidos entre: Presidencia y Coordinación; Cooperación Municipal, Infraestructuras y Medio Ambiente; Desarrollo Económico; Desarrollo y Bienestar Social; Función Pública y Recursos Humanos y, por último, y Hacienda y Contratación. Dentro de ellas encontraron encaje para los distintos órganos autónomos. Precisamente el Servicio de Recaudación será una de los primeros que plantea reformar Irene García, como ha avanzado en sus intervenciones en medios de comunicación, «para que vuelva a ser una oficina eficiente», ha llegado a asegurar. Su equipo lo asume con dos municipios menos, Jerez y Barbate. El primero abandonó al inicio del mandato y el segundo lo ha hecho recientemente tras las diferencias entre el alcalde socialista Rafael Quirós y José Loaiza. La delicada situación de la localidad jandeña hacía poco viable esa decisión, que ahora se intentará reconducir con el nuevo regidor de Barbate, el andalucista Miguel Molina.

Por el contrario, el saneamiento en las cuentas públicas y el presupuesto aprobado para este año sí es casi un regalo que recibirá la nueva presidenta. En estos últimos años se ha logrado cerrar con superávit y ponerse al día con proveedores y empresas adjudicatarias. Para José Loaiza se convirtió casi en una obsesión esa limpieza en las cuentas que ha mantenido tanto en la Corporación provincial como en el Ayuntamiento que ha gobernado hasta el pasado sábado, aunque eso no haya permitido avanzar con proyectos ni infraestructuras.

Otro de los grandes retos será la gestión de empresas públicas como Tugasa, la red de hoteles de la Diputación, que sigue presentando pérdidas cada año, o los centros asistenciales y residencias de ancianos, también difíciles de sostener. Y en vista de las tremendas cifras de desempleo que arrastra la provincia, será necesario continuar con los planes de formación y los programas de fomento del empleo que ya se pusieron en marcha durante la pasada legislatura, pero que esta vez tendrán la impronta de otra fuerza política que ya empieza a darle forma al futuro gobierno de la institución.

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