«No es dólar todo lo que reluce»
La llegada de los destructores americanos a la Base de Rota no crea el empleo prometido. Hostelería y alquileres, los sectores más beneficiados
Actualizado:5 de octubre de 2011, Cuartel General de la OTAN, Bruselas, 19.09 horas. El entonces presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, flanqueado por el Secretario General, Anders Fogh Rasmussen, y por el Secretario de Estado de Defensa americano, Leon Panetta, anunciaba entre decenas de cámaras y flashes la puesta en marcha efectiva de un nuevo sistema defensivo antimisiles. Iba a ser crucial para «todo el territorio europeo», advertía.
Una estrategia disuasoria que tendría su punto de apoyo principal, aquí, en la Bahía de Cádiz. Rota recibiría en los próximos años cuatro buques americanos. 3.400 nuevos habitantes - entre militares, ciciviles y familias- para una ciudad de 30.000. «Un impacto muy positivo en términos socioecónomicos para nuestro país que generará un millar de puestos de trabajo directos e indirectos», aseguró. Han pasado cuatro años de aquellas palabras y la historia se ha cumplido.Pero solo una parte. La militar. La estratégica. La americana.
El próximo jueves llegará a la Base el tercer destructor de los cuatro que conforman el despliegue del denominado Escudo Antimisiles. El 'USS Porter', traerá a bordo casi 300 soldados más y se sumará al 'USS Donald Cook', que llegó el 11 de febrero de 2014, y al 'USS Ross', que atracó en el muelle gaditano en julio del pasado año. Hasta ahí, lo previsto. Lo escrito en la agenda de la US Navy... «pero, ¿qué fue de los 1.000 puestos de trabajo prometidos en compensación?», se pregunta Rafael Chacón, presidente del comité laboral del personal civil español. «Nadie nos responde», lamenta.
Sospechas y palabras
«En su día nos hablaron que serían 700 indirectos y 300 directos pero hasta ahora, nada». Según el portavoz sindical el «engaño» está no sólo en que no haya crecido el número de empleos en la Base sino que, por el contrario, ha disminuído. «En 2012 éramos 1.148 civiles españoles trabajando aquí, ahora, somos 929». Y continúa:«Pedimos una reunión para que nos aclararan qué estaba pasando. Fue cuando Chaves nos habló ya de 72 puestos... empezamos a confirmar nuestras sospechas de que había sido una estrategia para que el pueblo tragara con esto de los barcos antimisiles».
Como indica Chacón esta situación incumple el histórico acuerdo bilateral que mantienen España y Estados Unidos desde el año 53. «Está aumentando la proporcionalidad de los puestos civiles que ocupan ellos». Según lo acordado, el porcentaje de trabajadores españoles tendría que ser del 70%, y el 30% de norteamericanos. «Cada vez somos menos». Actualmente trabajan en la Base 498 civiles americanos, lo que ya supone más de la mitad del cupo.
Pero, ¿y si están llegando más militares y personal civil quién les atiende, quién se ocupa de ellos, quién asume ese aumento en la carga de trabajo? Pues ellos mismos o empresas externas contratadas por la Navy. «Hay departamentos enteros cruzados de brazos», denuncia Chacón. Esto ocurre por ejemplo con el de Infórmatica. En él la Armada americana ha puesto a una empresa norteamericana al frente. O con los de mantenimiento. «Hay una zona entera de barracones de la que antes nos ocupábamos nosotros y ahora las limpian ellos».
El miedo de la plantilla española es que esta tendencia continúe y aniquile finalmente su presente y futuro. Además, ante esto, dicen sentirse «indefensos»puesto que no tienen actualmente ninguna capacidad negociadora ante Estados Unidos. «Nos han dado mucho. Pagan nuestras nóminas y no ponemos en duda la presencia militar pero no a cualquier precio. No somos trabajadores de segunda categoría, ni esto es Puerto Rico. Aquí hay unos derechos».
A este respecto, Alfonso Candón, alcalde de El Puerto y portavoz adjunto de la Comisión de Defensa mantiene que el Gobierno «no permitirá ningún tipo de agravio para con los españoles». Candón, entiende la preocupación de los trabajadores, pero considera que «no hay peligro alguno de sus empleos, ya que los que llegan son profesionales con una cualificación distinta».
Entre el paro y la pizza americana
Y es que el temor de la plantilla civil en la Base es palpable en una ciudad, encerrada dentro de otra. Una valla con un perímetro de 26 kilómetros les separa de la otra realidad. Fuera, en la Rota española el panorama no es muy halagüeño. La lucha por el empleo la batallan a diario unos 4.000 parados en Rota capital, y unas 190.000 personas en toda la provincia.
Y en esta situación, el 'maná' americano, se esperaba con ganas. «La llegada del escudo ha beneficiado sobre todo al sector de los alquileres, a inmobiliarias, y también a la hostelería», cuenta el presidente de los comerciantes Juan Alberto Izquierdo. «Son empleos, sí, pero más estacionales... no ha sido tanto como se esperaba en un principio. Aún así, todo lo que sume a la economía local viene bien».
Según Izquierdo, tras las inmobiliarias, en el terreno comercial, las empresas dedicadas al ocio o la restauración son las que se han llevado el trozo más grande de la tarta. De hecho, muchos locales del municipio han cambiado sus usos para dar continuidad al horario de la comida. «La salida a las cinco se prolonga y sobre las seis de la tarde puedes ver entrar a familias de americanos enteras entrando a comer».
Además, también hay otros negocios que se han abierto focalizados totalmente al público americano. «Hace unos dos años, un neoyorkino abrió aquí una pizzería americana». Pero a pesar de estos estelos de progreso, comerciantes y hosteleros insisten en que el crecimiento no les ha servido para crear mucho más empleo tras la llegada de los destructores. «Algo sí, pero no lo esperado», matizan.
De momento es la restauración y el ocio lo que más busca el público yanqui. «Ten en cuenta que tienen todos los servicios dentro de la Base. Gimnasio, piscina, colegios, bolera, supermercados...». Son sobre todo Rota y El Puerto (tanto el centro como la zona de Fuentebravía o El Manantial) los que han sabido aprovechar mejor este tirón apostando por locales de estética norteamericana que les recuerde a sus gustos y preferencias y les hagan sentir como en casa. A tanto llega este propósito que en algunos establecimientos los propios dueños ofrecen a sus trabajadores la posibilidad de perfeccionar el inglés.
Los astilleros, sí
Y en esta madeja de sensaciones por el desembarco americano:los preocupados, los beneficiados, descreídos, ilusionados... los que de momento sí han visto alguna promesa que se ha cumplido han sido los astilleros gaditanos. Según anunció Zapatero aquel 5 de octubre de 2011, el nuevo programa de defensa ante la amenaza en el Mediterráneo, incluía que los destructores del Escudo Antimisiles darían trabajo a una media de 170 operarios de Navantia al año.
Y según parece, esta mano de obra podría incluso crecer hasta 450 personas, una vez que el dispositivo de seguridad esté al completo con la llegada del nuevo destructor el 30 de abril y un posible quinto en 2016. A partir de entonces, el «astillero móvil» que Navantia traslada al muelle de la Base Naval de Rota, estará operativo 24 horas al día en tres turnos durante siete días a la semana.
En este sentido parece que sí se cumplió lo pregonado entre cámaras y flashes. Así, la llegada del USS ‘Donald Cook’ a la Base puso en práctica la relación entre la US Navy y la Navantia. Desde entonces, la empresa española se ha encargado de inspeccionar sus barcos antes y después de cada maniobra. Es más. Parece que la relación es buena y puede tener futuro.
A principios de este mismo mes, el capitán de fragata Joseph Saegert, que dirige el mantenimiento de VI Flota estadounidense, calificó de «excelente» el trabajo de Navantia y se mostró muy satisfecho con el cumplimiento de los plazos. Así se calcula que los astilleros gaditanos podrán cumplir con una carga de trabajo de unos tres millones de horas en apoyo de sus cuatro destructores.
«Sí, está clara la importancia que tiene Rota. No lo dudamos. Lo que queremos todos es esa compensación. Ahora más que nunca, un trabajo digno».