Un brote psicótico desencadenó la agresión de Santa María que acabó con un muerto

Una enfermedad mental que no estaba siendo tratada correctamente parece ser el detonante del lamentable episodio ocurrido a primera hora del Sábado Santo, en el barrio de Santa María de Cádiz. Un vecino pidió ayuda a la Policía Nacional al verse amenazado por un hombre de 50 años, que esgrimía un destornillador.

Cuatro funcionarios policiales del servicio de radiopatrullas que acudieron a la llamada tuvieron que enfrentarse a un individuo descontrolado que llegó a clavar hasta en dos ocasiones el arma doméstica en el pecho de uno de los policías.

Por suerte, este agente portaba un chaleco antibalas y anticortes que impidió que la herramienta punzante le atravesara el pecho. Los orificios en su camisa de trabajo y los impactos en el chaleco son la prueba de lo cerca que estuvo el peligro.

La intervención policial acabó de manera dramática porque el agresor sufrió una parada cardiorespiratoria. El juzgado de Instrucción nº 1 ha abierto diligencias y está a la espera del informe de la autopsia que determine la causa de ese fallo cardiaco mortal y si el finado había consumido alguna sustancia estupefacientes.

Fuentes policiales han confirmado que el fallecido llevaba pocos meses residiendo en uno de los pisos de la Casa Lasquetty. La propietaria del inmueble le había alquilado una habitación y según esta persona, el comportamiento del inquilino había sido siempre correcto.

Natural de Albacete y de estado civil separado, había cambiado varias veces de lugar de residencia. Antes de Cádiz había estado en Sevilla. Al indagar en su persona, los agentes descubrieron que había estado ingresado por una enfermedad mental. Le habían diagnosticado un trastorno bipolar que pudo desestabilizarlo el pasado Sábado Santo.

La Policía Judicial interrogó horas después de los hechos de este pasado fin de semana a testigos de lo ocurrido. El vecino que alertó a la Policía aseguró que el fallecido comenzó a amenazarlo sin ningún motivo. En su historial le constaban antecedentes por daños y según la Policía había protagonizado algún altercado similar en fechas anteriores.

De los cuatro agentes que intervinieron en la detención, dos de ellos se encuentran de baja por luxación de hombro y de una mano; un tercero sufre una lesión en la mandíbula, pero no ha pedido la baja. Tampoco lo ha hecho el agente que fue atacado con el destornillador. Fuentes cercanas a este funcionario confirman que se encuentra muy afectado.