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Kilómetros de fe hacia Jesús Despojado

Dos jóvenes de Alcalá y Chiclana viajan a la capital para poder cargar a su Cristo

Mª S. j. cabrera
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Pedro y Javier son cargadores de una de las cuadrillas que se encarga de que el Despojado pasee por las calles gaditanas

Desde el año 2009 y 2012, cada Domingo de Ramos no faltan a la cita. Pedro y Javier son dos cofrades de pura cepa. Nuestro Padre Jesús del Amor Despojado de sus Vestiduras espera pacientemente y se engalana un año más para presumir por quinto año consecutivo por las calles de su ciudad. Cuenta con la fe y gran disposición de cargadores como éstos, que no les importan los kilómetros que tienen que recorrer para poder seguir perteneciendo a su hermandad y llevar un año más a su imagen.

«Para mí es un gran honor poder salir en esta hermandad, es una talla que me encanta y el ambiente de trabajo es muy bueno, he hecho buenos amigos aquí y la verdad me siento muy a gusto con ellos», comenta Pedro José Jiménez, que recorre aproximadamente unos 145 kilómetros de ida y vuelta desde Alcalá de los Gazules.

Javier Montiel, que conduce unos 40 kilómetros de ida y vuelta desde las afueras de Chiclana, opina lo mismo. «Llevo 20 años cargando en Chiclana en el misterio de Nuestro Padre Jesús Nazareno y tres años en Cádiz y sigues porque te embarga una gran devoción y fe al hacerlo».

«Pedro recorre 145 kilómetros para salir el Domingo de Ramos en Cádiz»

Alrededor de 120 cargadores divididos en dos cuadrillas se encargan de llegar hasta la carrera oficial y devolver la talla a su templo al finalizar el recorrido. «Ante todo somos compañeros y un bloque que se ayuda siempre unos a otros, a mi me gusta decir que vamos como un barco muy bien comandado por un gran capataz que sabe perfectamente lo que necesitamos en cada momento», explica Pedro que enardece la labor de Joaquín Cortés, ‘Joaqui’, su capataz, que es muy cercano con ellos. «A mi me dio la oportunidad de salir con ellos y siempre se lo agradeceré». Según Javier, «el buen ambiente que hay debajo del paso es fundamental, eso junto a la energía que te transmite ‘Joaqui’ es lo que te da las ganas de seguir año tras año».

Momentos inolvidables

Estos dos jóvenes lo tienen claro. Por fe y devoción no les importan los inconvenientes que pueda acarrear el no vivir en Cádiz capital. Según ellos, «hay muchos momentos bonitos durante el recorrido, entre ellos la salida que siempre está llena de gente y en la que notan el cariño que le profesan en su barrio al Despojado». Para Pedro, «el mejor momento lo vivió el año pasado cuando subió por la rampa de la catedral, nunca lo había hecho porque al tener dos cuadrillas ese tramo lo hacía la otra pero el año pasado nos tocó a nosotros». Sin embargo, para Javier, todos los momentos son inolvidables. «Desde que me metí por primera vez en el paso hay un ambiente espectacular entre compañeros y más, con Antonio Rodríguez hablándonos debajo del paso, que te hace sentir el sentimiento de la música y la devoción por el Cristo», comenta.

«Me quedé prendido y un amigo, me invitó a que ese sueño se hiciera realidad»

También hay situaciones más difíciles. Junto a la hermandad de Oración en el Huerto, este paso hace uno de los mayores recorridos de la Semana Santa de Cádiz. Especialmente dura fue una situación que recuerdan el año pasado en la calle Novena y que generó mucha polémica. «Nos insultaron por el estilo del paso y nos pusieron zancadillas. Fue un momento de tensión, vas haciendo un gran esfuerzo y si alguno nos hubiésemos caído hubiese sido muy peligroso», recuerda Pedro.

Nuevos estrenos, nueva ilusión

En 2014 la hermandad estrena el romano que despoja de sus ropajes al Señor, gaviado por el autor cordobés Francisco Romero Zafra. Otra gran incorporación fue el paso de Jesús del Amor Despojado de sus Vestiduras. El estreno, en su primera fase, fue todo un acontecimiento. Esta hermandad es joven y aún le queda mucho por recorrer, así que la ilusión es doble si cabe, cada vez que incorporan algo nuevo. En 2015 tienen previstos nuevos detalles. «Este año se estrenarán los candelabros y la cruz del paso ya que el año pasado fueron prestados por otra hermandad», comentan Javier y Pedro.

Tanto Pedro como Javier recuerdan con cariño sus primeros días en la hermandad. «Entré a través de dos amigos de Alcalá que salieron el primer año porque el párroco del pueblo entonces, Marco Antonio Huelga de la Luz había estudiado en el Colegio Salesiano 'San Ignacio' y se había enterado de la creación de una nueva cofradía», recuerda Pedro. Por su parte, Javier comenta que desde que vio a Jesús Despojado en su primera salida procesional se quedó prendido de él. «Me quedé prendido y casualidades de la vida, un amigo, cargador de la cuadrilla, me invitó a que ese sueño se hiciera realidad».