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Cádiz, a la cabeza de intervenciones policiales contra la lotería ilegal

Las rifas clandestinas siguen manteniendo a la provincia en el top de esta actividad delictiva que defrauda cada año millones de euros al fisco

m. almagro
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La provincia de Cádiz lleva años siendo el emporio del juego ilegal en Andalucía y parece que la crisis, lejos de poder con esta 'tradición' clandestina, ha incrementado si cabe su distribución.

Según los últimos datos recabados por la Unidad de Juego de la Policía Autonómica los boletos intervenidos este pasado año han sido 136.469 en toda la provincia, casi el doble de los 73.892 incautados en 2013 cuando las rifas clandestinas ingresaron casi 26,5 millones de euros.

Estos datos hablan por sí solos y mantienen siempre en alerta a los agentes que se dedican a perseguir su actividad. El grupo especializado se encarga de hacer seguimientos, identifican a distribuidores y vendedores, requisan... pero la picaresca continúa y además se extiende.

«Es una forma de ganar mucho dinero rápido y fácil», advierten.

El impacto del juego ilegal en la provincia ha aumentado en los últimos años en torno al 30%. Sin ir más lejos, esta misma semana se intervenían 700 boletos en Algeciras, Chiclana y Jerez. Yno es algo casual sino que este tipo de operaciones se repiten cada semana. Aunque visto como un 'negocio' arraigado, de costumbre, el juego ilegal traspasa la picaresca para convertirse en un delito, un fraude que tiene como víctimas tanto a los compradores asiduos como al fisco, ya que, evidentemente, la venta de este tipo de lotería no tributa ni sigue ningún tipo de ley.

«Hay varias organizaciones que se dedican a ello amparado en algunas siglas como La Blanca, La Tira o La Paloma, y otro tipo de estructuras como la OID o la OIDD (cuyos responsables aseguran no estar entre las loterías clandestinas pero señaladas igualmente por la policía).

Un engaño muy familiar

El engaño es evidente. Primero, los distribuidores señalan números que ya tienen estudiados con bajas probabilidades de resultar premiados. Aprovechan otros sorteos legales como los de la ONCE o de la Lotería Nacional para dar el ganador. Una vez hechos los billetes, lo distribuyen entre vendedores habituales. Gente que, como confirman los investigadores, gozan de la confianza de los vecinos y a los que 'premian' con propinas.

Los números se venden normalmente a euro, o, a veces, dos a un euro. Al no tributar, de los billetes vendidos («unos 2.000 o 3.000 euros») obtienen de ganancias la totalidad de lo vendido. «A veces además no ponen a la venta todos los billetes por lo que las posibilidades de que haya premio disminuyen». «Pueden llegar a ganar de 2.000 a 5.000 euros en un día por lo que si en algún sorteo resulta que tienen 'la mala suerte' de que haya ganador, es más que rentable».

Uno de sus principales armas es la confianza que existe entre el vendedor y el comprador. Una vez distribuidos los boletos (recogidos muchas veces en domicilios particulares)se distribuyen entre los vendedores repartidos por toda la provincia, a los que se les premia con la llamada 'propina'.

«Muchos han encontrado en esto su forma de vida, incluso hay familias que viven todas de ello y se aprovechan de personas necesitadas». Los ingresos pueden llegar a ser tan altos que una de las investigaciones a una familia detenida por lotería ilegal en Cádiz sacó a la luz que estos distribuidores tenían hasta tres pisos, uno de ellos en la Plaza Asdrúbal.

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