Las víctimas que escapan a la estadística, los hijos adultos

Los estudios estadísticos sobre la violencia de género suelen pasar por alto otras víctimas de este fenómeno, como son los hijos mayores de edad que mueren a manos de los agresores. Por ejemplo, el seguimiento que hace la Dirección General de Violencia de Género y Asistencia a las Víctimas se detiene sólo en los menores afectados. Mientras que los balances elaborados a partir de las denuncias que llegan a los juzgados, como los que publica regularmente el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), se realizan desde una perspectiva meramente numérica.

En 2014 se produjo en la provincia un suceso que se encuadra en esta casuística y que, sin embargo, escapa de los recuentos oficiales que perfilan la magnitud de esta lacra social , aunque uno de los fallecidos era un adolescente. Un doble crimen que se clasificaría como violencia doméstica y que agrava el resultado final del análisis de este año que está a punto de expirar.

Ocurrió en Ubrique. Un padre mataba a sus dos hijos, de 16 y 20 años . El progenitor, que había rehecho su vida con otra persona, quería compartir con su nueva pareja la vivienda familiar donde residían sus hijos, fruto de un matrimonio anterior. La oposición de los jóvenes a compartir techo con su padre, se sumaba a una larga lista de episodios de enfrentamiento motivados -según la familia de las víctimas- por la negativa del progenitor a atender a sus hijos cuando su madre falleció.

Pese a que la relación estaba muy deteriorada, nadie en el entorno de Juan M. F. sospechaba un desenlace tan trágico. Describían al parricida como una persona muy «fría» pero que llegara a matar a sus hijos, era algo inesperado. No había tampoco en este caso antecedentes de denuncia.

El asesino que acabó confesando la autoría de las dos muertes, se ensañó con su hija, a la que cosió a puñaladas. Reconoció en su declaración judicial que no quería acabar con la vida de su hijo, pero que éste se interpuso tratando de defender a su hermana. Esta joven se había convertido a la fuerza en la cabeza de su familia. Había abandonado los estudios para sacar adelante el hogar familiar.

Los dos hermanos son las últimas víctimas de 2014. Su padre se encuentra en prisión provisional.