Una treintena de bandas criminales fueron desmanteladas en un año
La falta de recursos obliga a priorizar en las investigaciones y a pesar de las dificultades, 33 grandes casos salieron adelante
Actualizado:Pese a las limitaciones presupuestarias, los cuerpos policiales siguen trabajando para sacar el máximo rendimiento a sus recursos con el fin de atajar el asentamiento de organizaciones que explotan la provincia como base de operaciones para introducir droga y comerciar con ella.
El desmantelamiento de estas bandas conlleva investigaciones más complejas y que obligan a los funcionarios a dejar aparcados otros asuntos. Así lo reconocía el que fuera hasta este año jefe del equipo antidroga de la Comandancia de Cádiz (EDOA) cuando testificó en el juicio contra una trama de traficantes y empleados del puerto de Algeciras, que se habían puesto de acuerdo para usar las instalaciones portuarias como entrada de cocaína oculta en contenedores.
Este agente de la Guardia Civil explicó al tribunal que tenía información sobre uno de los acusados desde hacía diez años, pero que no pudo indagar en ella por falta de medios para abarcar más investigaciones. La Benemérita no se centró en él hasta cuatro años después. Un tiempo que en el narcotráfico es toda una vida.
La memoria de la Fiscalía andaluza recoge que en el año 2013, Guardia Civil, Policía Nacional y Vigilancia Aduanera desmantelaron 33 organizaciones internacionales, con integrantes de varias nacionalidades y una media de detención en cada caso superior a las diez personas. Aunque lo habitual es que en estas bandas trabajen codo con codo españoles y marroquíes, se advierte la presencia de extranjeros, como búlgaros y serbios, que no eran habituales en épocas pasadas.
El Ministerio Público habla de esas organizaciones como una amenaza real y mucho más peligrosa que las redes locales que tradicionalmente se encargaban de meter hachís en neumáticas por las playas gaditanas.
La principal diferencia es que estas bandas mueven más cantidad de estupefacientes, que en el caso del hachís «pasan en camiones superando los controles aduaneros; lo que requiere una preparación compleja, falseando los datos referentes a la mercancía declarada. Los procedimientos de ejecución de estos delitos son multiformes y se sirven también de la cobertura de actividades legales» como la importación de productos alimenticios. «Es una delincuencia profesionalizada», describe la Fiscalía.
No sólo hacen uso de vehículos de gran tonelaje. Los transbordos de la mercancía ilícita desde buques mercantes, que sirven de barco nodriza, es un viejo método que siguen usando las organizaciones criminales que recurren a la ruta africana.
Dejar la puerta abierta
El puerto algecireño sigue siendo un punto clave en el mapa geoestratégico de las mafias y desde la lucha antidroga alertan de que la reducción de medios que están soportando los cuerpos policiales en esta trinchera contra el narco puede tener unas consecuencias devastadoras. «Es como dejarle la puerta abierta a los traficantes para que usen unas instalaciones que les conectan con todo el mundo», dice el presidente de la Federación de coordinadoras antidroga Nexos, Francisco Mena.
Pero no es la única vía de acceso que tantean los narcos. La Fiscalía lamenta en su informe que se recurra a las instalaciones privadas de empresas asentadas en la Bahía de Algeciras, como la refinería, para cargar y descargar su mercancía. El continuo tránsito de vehículos similares es un buen camuflaje para no llamar la atención. Aunque a veces, para asegurarse, las mafias ‘compran’ los servicios de trabajadores de esas empresas para que les faciliten el trabajo.
La ‘operación Espuela’, en la que testificó durante el juicio ese mando de la Guardia Civil que reconocía la limitación de recursos en su Cuerpo, arrastró a una decena de trabajadores de empresas que operan en el puerto de Algeciras. Se habían dejado corromper a cambio de un suculento sobresueldo. Estos empleados llegaron a formar cuadrillas a sueldo de los traficantes.