Siete buenos motivos para que al final vayas a la cena de empresa
Un encuentro entre compañeros de trabajo - l. v
navidad

Siete buenos motivos para que al final vayas a la cena de empresa

Las razones por las que no debes faltar a esta cita con tus compañeros de trabajo

m. m.
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Las razones por las que no debes faltar a esta cita con tus compañeros de trabajo

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  1. Deja las presiones a un lado antes de acudir a la cita

    Un encuentro entre compañeros de trabajo
    Un encuentro entre compañeros de trabajo - l. v

    Ya se sabe que las cenas de empresa de Navidad son un invento que puede volverse en tu contra, convertirse en el suplicio del mes, el último gran esfuerzo justo antes de irte de vacaciones con tu familia (cuando te replantearás el concepto de 'suplicio').

    Pero piensa que gracias a estas nuevas costumbres, incorporadas cuando todo el mundo cobraba íntegra la paga de Navidad, mantiene en pie a muchos negocios hosteleros en diciembre, los mismos que te dan la alegría de un café en pleno enero, aunque no les sea rentable subir la persiana cuando hace tanto frío.

    Te propongo que vayas a la cena de empresa sin presiones, con naturalidad, a relajarte con tus compañeros porque no sólo de pan (o nómina) vive el hombre; las relaciones personales alimentan a veces mucho más, sobre todo, cuando lo primero está asegurado a medio plazo.

  2. Siempre es positivo relacionarse con los demás, aunque sean tus compañeros de trabajo

    Las reuniones fuera de la oficina favorecen un buen clima laboral
    Las reuniones fuera de la oficina favorecen un buen clima laboral - l. v

    No todo es mentira, quizá un poco incoherente, como tú, como todos. Aunque en principio te parezca forzado que la antipática de tu compañera sonría ese día, piensa que está haciendo un esfuerzo, que está intentando transmitirte que los roces lógicos en el trabajo no son nada personal, que en realidad si te hubiera conocido en la playa seríais grandes amigos.

    Es cierto que al día siguiente todo volverá a ser igual pero habrá merecido la pena si sirve para oxigenar un poco el ambiente en la oficina, para recordarte que el de al lado también es una persona que siente y padece, como tú, como todos.

  3. La cena es sólo una excusa, no busques la experiencia gastronómica de tu vida

    La comida es sólo un pretexto para quedar con los compañeros
    La comida es sólo un pretexto para quedar con los compañeros - l. v

    No vayas buscando la experiencia gastronómica de tu vida. Es un error asociar esta idea con una cena de empresa. La comida es una excusa para quedar todos en un lugar determinado. Piensa que lo más sencillo es pactar un menú para fijar un precio y que no haya ni escaqueos ni empujones en la barra a la hora de pagar.

    Esto del menú cerrado conlleva un riesgo; que el pavo seco que no le permites ni a tu suegra aparezca en tu plato por arte de cocinero con contrato eventual. Olvídalo, ignóralo, cómete otra cosa. No pierdas la perspectiva: el objetivo de este cena es el encuentro con tus compañeros fuera de territorio comanche.

    Igual hasta pagas una factura algo inflada pero piensa que a cambio los hosteleros aguantarán vuestras bromas, vuestras salidas de tono; en definitiva, los destrozos causados por vuestra válvula de escape.

  4. No temas hacer el ridículo, libérate de complejos

    El karaoke es un clásico para después de los postres
    El karaoke es un clásico para después de los postres - l. v

    No temas soltarte. Está permitido desbarrar un poco, incluso te puedes atrever con un karaoke, siempre que vayas pasando el micrófono a los demás. Que cantes como la rana Gustavo con anginas no resta calidad a tu trabajo.

    Como todo el mundo sabe (o debería saber), la profesionalidad no está reñida con el buen humor. Pensar lo contrario es un error de bulto que saben apreciar incluso los buenos departamentos de Recursos Humanos. En definitiva, se entiende que no estás ejerciendo tus funciones laborales cuando sales de cena con tus compañeros.

  5. Un poco de alcohol, pero con la moderación de una abuela

    El alcohol, acompañante inevitable en estas fiestas
    El alcohol, acompañante inevitable en estas fiestas - l. v

    El alcohol, esa muleta social que puede jugarte malas pasadas. Se bebe o no se bebe, con moderación o con alegría. En este punto hay que librar una batalla en favor de los abstemios. Conozco algunos y sé que los hay hasta de fiar. Respétalos. Nuestra cultura a veces obliga al que se sale de la norma a sentirse incómodo y los convierte en raritos.

    Para los demás, la mayoría, lo más acertado es hacer eso que decían nuestras madres; alternar un poquito, beber un poco, lo justo para estar a tono y no desentonar. Es difícil pero se aprende con práctica y tiempo. De todas formas, si una noche se te va la mano o el codo, tampoco dramatices. Alguien te montará en un taxi.

  6. Los deslices amorosos en la cena de Navidad, otra leyenda urbana

    Dicen que en estas cenas aumenta el riesgo de líos amorosos, algo sin contrastar
    Dicen que en estas cenas aumenta el riesgo de líos amorosos, algo sin contrastar - l. v

    Hay quien dice que uno de los peligros de las cenas o comidas de empresa son las posibilidades de encuentro sexual/romántico. Jamás vi ninguna en casi veinte años de experiencia laboral. Si se dan líos no culpemos a las cenas de empresa, suele haber un terreno previamente abonado.

    Por otra parte, las confesiones de amor desencadenadas por los efluvios del alcohol no dejan de tener su gracia si se las ubica en su contexto y no se le da mayor importancia. Es cierto que el trabajo y el amor casan fatal pero no estamos hablando de esto, sino de pasar un ratito relajado con el resto de tu equipo. Es tan difícil enamorarte que no creo que te pase esta noche.

  7. Es una noche de relax, también para tu hucha

    Prepárate para un desembolso y hazlo con la alegría del que puede
    Prepárate para un desembolso y hazlo con la alegría del que puede - l. v

    Es cierto que el presupuesto se te puede ir de las manos, pero si esto ocurre es porque puedes permitírtelo. Y si puedes, hazlo, que hay muchas familias que dependen de otros negocios que no son el tuyo propio. Abre la de Ubrique que no te va a caer ninguna maldición bíblica. Ahora está bien visto gastar.

    Si te apetece, incluso cómprate algo para ponerte esa noche y si no es así, con que vayas guapo o guapa es suficiente, que se note que lo has intentado (como muestra de respeto hacia el encuentro y sus organizadores). Si al final te gastas el triple de lo que pensabas, reconoce que te apetecía.

  8. Atrévete a vivir esto y todo lo demás, por si no hay otra oportunidad

    Los brindis con amigos y compañeros se multiplican en estos días
    Los brindis con amigos y compañeros se multiplican en estos días - l. v

    Aunque creas que eres una persona impopular, introvertida, aburrida y solitaria todo el año, permítete el lujo de mostrarte como realmente eres cuando estás a gusto. Igual te sorprendes y no es esa la imagen que proyectas.

    Es el momento de 'echar un buen ratito' con tus compañeros y piensa que ni a ellos ni a tu familia has podido elegirlos tú, así que aprende a sobrellevarlos con alegría. Y, para terminar, disfrútalo como si fuera la última oportunidad de hacerlo, esto y todo lo demás.

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