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La plantilla del astillero de Puerto Real en el momento de salir del turno de mañana. - Antonio Vázquez
LABORAL

La plantilla de Navantia se hace vieja

La edad media de los trabajadores de los astilleros supera los 52 años y parte de la mano de obra estará al borde de la jubilación justo cuando las plantas recuperen la actividad

JAVIER RODRÍGUEZ
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Renovarse o morir. La plantilla de los astilleros gaditanos supera el medio siglo de vida y, de momento, no hay perspectivas de regeneración para incorporar savia nueva a las tres factorías de la Bahía. La edad media de los trabajadores de Navantia se sitúa entre los 52 y 55 años.

Casi la mitad del contingente ha superado el ecuador laboral y muchos de ellos ya orientan su futuro más inmediato hacia la soñada jubilación. De hecho, buena parte de la plantilla estará en edad de abandonar el tajo justo cuando los astilleros recuperen la carga de trabajo perdida.

Esta es una de las asignaturas pendientes que tendrá que resolver a corto plazo la dirección de Navantia para garantizar sin problemas los plazos de entrega de los encargos que se le vienen encima.

Las tres plantas de la Bahía suman 1.800 empleados, de los que el 48% son operarios, un 28% forman parte del personal administrativo y de gestión y el 24% restante corresponde al cuerpo de ingenieros y técnicos. El contingente más numeroso de la plantilla se concentra en la planta de Puerto Real, con el 53%, seguido de la factoría de San Fernando, con el 18%, y un 14% en la unidad de Reparaciones del astillero de Cádiz. El 15% restante forma parte de los servicios compartidos.

Envejecimiento progresivo

El envejecimiento de la plantilla ha sido progresivo. Los portavoces sindicales llevan varios años lanzando mensajes de alerta sobre el peso y paso de los años entre la mano de obra y la ausencia de carga e trabajo, sin embargo, la empresa ha optado por aguantar el chaparrón de la inactividad sin tomar medidas para rejuvenecer la edad media de sus trabajadores. Las pérdidas estructurales de Navantia han impedido acciones directas en este sentido.

Los sindicatos llevan años alertando de la necesidad de renovar el contingente de operarios

No hay que olvidar que la empresa perdió en 2010 unos 46 millones de euros. La cifra bajó levemente en 2011 hasta los 43,2 millones de euros y en 2012, la situación se desbocó hasta los 78,2 millones. En cuanto a 2013, el pago ‘in extremis’ de varios programas navales con la Marina de Australia, la Armada Española y el contrato con Turquía aliviaron los números rojos hasta situar el déficit ese año en 59 millones de euros.

La Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI), responsable de Navantia, reconoció el año pasado que el volumen de pérdidas acumuladas en los astilleros públicos españoles era de 169 millones de euros.

Los astilleros necesitan savia nueva para abordar los nuevos encargos

La situación tiende a mejorar a partir de 2015 después de tres años de sequía de contratos. Navantia es uno de los pilares de la economía gaditana. Su presencia en la Bahía genera 11.320 empleos, de los que 1.805 son directos, 8.385 indirectos en otros sectores y 1.130 son externalizados en la industria auxiliar.

La edad de la plantilla de Navantia ha sido objeto de debate en los últimos días. Así, el presidente del comité de empresa del astillero de San Fernando, Jesús Peralta (CC OO), ha mantenido reuniones a nivel político donde se ha planteado la necesidad de formación y, sobre todo, de incorporar nuevos trabajadores.

En esta misma línea se ha pronunciado también el presidente del comité de la factoría de Cádiz, Juan Bedeli (UGT), que ha llamado la atención sobre los nuevos contratos de la empresa y su tiempo de duración. Según Bedeli, hay un importante contingente de trabajadores que estará en edad de jubilación justo cuando los astilleros alcancen de nuevo su pico más alto de carga de trabajo.

Las factorías gaditanas han pasado la travesía del desierto y ahora comienza un nuevo ciclo de actividad. Navantia cuenta con dos contratos a corto plazo y espera la firma de un tercero. Así, el Gobierno de la Nación autorizó finalmente el pasado verano la construcción de dos Barcos de Acción Marítima ( BAM ) para la Armada. Ambas unidades se desarrollarán en los astilleros de Ferrol y La Isla.

El segundo encargo ha venido de la mano de Iberdrola. La compañía eléctrica ha encargado a Navantia la construcción de la estructura que soportará la estación eléctrica que Iberdrola empleará en el complejo eólico-marino que montará en el Mar del Norte. Esta estructura se construirá en el astillero de Puerto Real.

El tercer encargo está aún en el aire, pero hay un compromiso serio de sacarlo adelante. Se trata de la construcción del quinto gasero que demanda Gas Natural para la nueva ruta gasista abierta entre Estados Unidos y Japón. Este buque se llevará a cabo también en Puerto Real.

El peso de Navantia en la Bahía es clave. Según datos de la propia empresa supone el 3% del empleo de Cádiz y representa el 32,1% del empleo industrial de la provincia. No obstante, los recortes internacionales en políticas de defensa, incluida España, han puesto en jaque a los astilleros públicos.

En los años 70 representaban el 30% del PIB español y hoy no llegan al 15,5%. La competencia asiática y europea han puesto a Navantia en una encrucijada. Desde los años ochenta hasta hoy se ha producido cierres en astilleros de Vigo, Santander, Gijón, País Vasco, Andalucía y Valencia.