«La corrupción está metiendo a la población en una cárcel que hay que romper sí o sí, no hay más alternativas»
El 'coach' de políticos y empresarios Euprepio Padula explica las claves para triunfar profesionalmente: la creatividad y la gestión de las emociones
Actualizado:Tiene claro que «la vida está hecha de encuentros que te marcan», por eso Euprepio Padula dejó su trabajo como abogado en IBM para dedicarse a los recursos humanos y, con sólo 26 años, se incorporó a Nicholson International, empresa británica líder en selección de ejecutivos.
Padula se centra en la emocionalidad como hilo conductor de sus proyectos de coaching ejecutivo y grupal, impartido a altos directivos, políticos -no revela los nombres por cuestiones de confidencialidad- y grandes empresas –Volvo, Renault, Coca Cola, Campofrío, Telefónica–.
Es también artista -su obra se ha visto en medio mundo-, una faceta que explota con el mismo concepto que su profesión. Prueba de ello es ‘El lenguaje perdido del oso rosa’, una muestra que puede visitarse desde este fin de semana en la Casa de Iberoamérica de Cádiz.
Padula ha volcado sus experiencias en ‘El coaching del peluche rosa’ (Rasche), libro que ayuda a mejorar personal y profesionalmente gestionando las emociones.
–Su exposición y su libro tienen como protagonista, al menos en el nombre, a un peluche rosa. ¿Cuál es su significado?
-El peluche rosa es un símbolo de la niñez, del niño que tenemos dentro. Yo lo he recuperado mucho como base de mi pintura y también de mi trabajo, el 'coaching'. La obra tiene mucho color porque lo que quiero es invitar a todo el mundo que ve mis cuadros a ser creativos. A mí me importa poco que se entienda o no la obra, que se entienda su significado, lo que quiero es que al verla recuperen todo lo que de niños tenemos y perdemos con el paso de los años: la creatividad, los sueños, la intuición, la sensabilidad... Y más en periodos como los que estamos viviendo, en los que hay pocas noticias buenas. Sólo hablamos de crisis económica, el paro, la corrupción política y yo quiero transmitir alegría, sólo eso. De hecho una de las frases que recorre la exposición es: ¿qué diría el niño que has sido del adulto en que te has convertido?
–Su método de ‘coaching’ se basa en la creatividad y las emociones, ¿hasta qué punto son necesarias para triunfar en política o en la empresa?
– Es lo más importante. Ahora mismo nadie, ni un político, ni un empresario, ni un artista se puede permitir trabajar sin usar la creatividad y la emoción. Por ejemplo, en economía, se ha acabado que se rija por ciclos rígidos con los que todas las empresas ganaban dinero. Pero eso ya no existe y es necesaria la capacidad de reacción y la gestión emocional. Para dirigir equipos es fundamental, para llegar a la gente es fundamental, para los medios conectar con el público es imprescindible y para un político, qué voy a contar.
–Y las emociones, ¿en qué sentido? Lo primero que se le viene a uno a la cabeza son los sentimientos o un sentido romántico.
–De romántico no tiene nada. Las emociones tiene mucho que ver con nuestro mundo íntimo y con acercarnos a los demás, pero no por una cuestión romántica, ni idealista, ni utópica, te puedes acercar a ellas por lo que te dé la gana. Todo esto tiene que ver más con una visión práctica de las emociones.
–Entonces los principios, en el tema del ‘coaching’ tampoco tiene mucho que ver ¿no?
– Sí, no tienen que ver nada los principios o los valores con las emociones. Pienso que los valores son la base de toda persona. Yo siempre digo que en mi trabajo busco trabajar con buena gente. Con mi obra y con mi libro no quiero enseñar nada, ni mostrar una metodología y mucho menos meterme en los valores de la persona. Intento siempre que mis clientes contraten en sus empresas sólo a buena gente porque creo que es lo que necesitamos. Y viendo lo que está pasando ahora en el mundo de la política, este clima de corrupción tan relacionado con las grandes empresas, se necesita aún más estar rodeados de buenas personas. Estamos atrapados en un sistema totalmente corrupto, que comienza en la empresa privada y va a la política, y viceversa. Todo esto está metiendo a la población en una cárcel, que tendremos que romper, sí o sí, no hay más alternativas.
–¿Ha rechazado alguna vez un trabajo como ‘coach’ por principios?
–Por supuesto, me han ofrecido trabajo versus recibir algún tipo de comisión e inmediatamente lo he rechazado. Me han intentado sobornar, pero afortunadamente como coach he trabajado siempre con personas con unos valores mínimos y no he tenido que rechazarlos.
–Tal y como está el panorama, ¿cree que los ‘coachs’ de los políticos españoles lo están haciendo bien?
– Hay pocos y nos dan poco trabajo, o mucho menos de los que deberíamos tener. Se utilizan poco a los ‘coachs’ porque los políticos, especialmente en España e Italia, les gusta trabajar con pelotas. Yo siempre les digo a mis clientes que no me contraten si lo que buscan es un pelota, porque yo digo lo que pienso.
–¿Hay mucha egolatría en la clase política española?
–Sí, ahora mismo estamos rodeados de políticos con un ego enorme y así nos va. Por eso es muy necesario mirarse al espejo. Estamos en un nivel de basura tan alto que no sé cómo se puede abordar esto. No sé si estos políticos necesitan psicólogos, ‘coaching’, charlar un poco... Pero lo que está claro es que la mayoría debería mirarse al espejo.
–¿Cuál es la diferencia entre un asesor y un ‘coach’ político?
–Muchas. En el libro cuento el caso de un político italiano en campaña electoral que me llamó para ayudarle a salir del armario. Yo no le ayudé en la campaña electoral en los aspectos políticos, sí en la parte de acompañarle personalmente a enfrentarse a esta situación de contar su homosexualidad para que no le dañara a nivel profesional. Yo no me meto en política, yo he trabajado para gente del PP, del PSOE, mañana puedo hacerlo de Podemos... Soy totalmente neutral porque yo trabajo con herramientas profesionales, no ideológicas.
–La imagen que nos ha llegado del triunfador es la de una persona fría y déspota...
– Hay muchos políticos y empresarios despiadados, tiburones, a los que le importa muy poco la gente, pero diría que cada vez menos este tipo de profesionales tienen éxito. Yo he tenido la suerte de trabajar con directivos que además de hacer dinero ha tenido a la gente feliz y ellos mismos han sido felices.
–En su libro dedica un capítulo a la discriminación. ¿Se trabaja de forma diferente en el coaching a hombres y mujeres?
–Las mujeres tienen un acercamiento a los temas y a los problemas mucho más natural y emocional que los hombres. Y no lo digo como un defecto, sino como una virtud. He tenido a mujeres que han sabido enfrentarse mejor a la crisis económica que los hombres porque saben acercarse mejor a esos problemas, no tienen un pudor con las emociones que los hombres sí.
–Con o sin ‘coaching’ a los políticos, ¿cree que se saldrá pronto de este clima de corrupción?
–No, yo soy muy optimista pero reconozco que se necesita una regeneración tan brutal que la palabra pronto no define lo que va a ocurrir. Creo que todavía no se ha tocado fondo. En Italia en 1992 manos limpie consiguió encarcelar a 1.200 políticos y la ruptura del bipartidismo. No sé si aquí va a ocurrir lo mismo, creo que no porque el poder judicial no es tan imparcial como en Italia. Ahora ha surgido el debate de Podemos, a mí no me parece ni mal ni bien que salgan, pero sí se necesita un cambio radical. No está ocurriendo, sólo hay que ver que el tema se está tomando con superficialidad, nadie sale de una forma contundentemente emocional. Se necesita una verdadera regeneración porque todo está muy podrido.