TODOS LOS SANTOS

Polvo eres y en ceniza te convertirás

Mañana se celebrará una misa oficiada por el obispo Rafael Zornoza

J. A. CAñas
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«Memento homo, quia pulvis es, in pulverem revertis. Esa es la primera verdad que ha de reinar en nuestros corazones: polvo y ceniza, corrupción y gusanos, sepulcro y olvido». Ya lo decía el célebre Miguel Mañara en su 'Discurso de la Verdad', empeñado en hacer ver la fugacidad de la vida y lo pasajero de las glorias mundanas. Y no se equivocaba el célebre fundador de la hermandad de la Santa Caridad sevillana.

Lo que quizás no imaginara es que el proceso ya no llevaría aparejado ni corrupción, ni gusanos, si el purificador fuego. Porque en el Cementerio Mancomunado los datos no engañan. Pese a que en el día de hoy y de mañana se esperan miles de visitas, la tendencia es clara: «las incineraciones ya superan a las inhumaciones».

Así lo reconoce su administrador, Julio Gutiérrez quien confirma el cambio de tendencia con datos. Así, de los 1.700 funerales que se celebran en el camposanto, el 60% opta por la cremación, mientras que el otro 40% por la inhumación clásica. «De ellos, la mitad pasa a custodia familiar (se los llevan a casa) y la otra mitad se queda en el cementerio», reconoce Gutiérrez.

Precisamente, el cementerio es pionero en ofrecer alternativas al destino de las cenizas, como explica el administrador. Es el caso del pebetero en el que se vierten «pionero en España», la posibilidad de arrojarlos en pradera o de depositarlos en un cenicero, como explican desde la institución de Cemabasa. «De los congresos a los que asistimos comprobamos que esto no siempre es así. Se da que en los cementerios de zonas costeras, por la influencia cultural, es común que las pautas culturales cambien a la incineración. Sin embargo, en el interior predomina aún la inhumación», reconoce el administrador. Y es que el precio no es determinante en la elección: «Entre la cremación y el enterramiento en nicho de cinco años, la diferencia económica es mínima».

Todo ello en un cementerio que, desde principios de semana se prepara para el desembarco que se espera entre hoy y mañana. Porque dentro de los que optan por el enterramiento clásico y seguir la cultura de visitar a sus difuntos, también hay pautas. «La mayoría de las familias que optan por el enterramiento en nichos, pocos son los que se decantan por pradera». De esos pocos, un singular 'inquilino', un fallecido de origen chino. «No es lo habitual, aunque estamos reparados para atender cualquier tipo de rito o de enterramiento de distintas religiones y culturas», explica Gutiérrez.

De hecho, tan solo dos difuntos de origen chino descansan en el Mancomunado. Y de origen marroquí solo los ahogados en una patera «que no fueron reclamados». «Lo habitual es que sus familias los repatríen a su fallecimiento, dada la cercanía con África», reconocen desde la institución.

Todo ello mientras desde Cemabasa encaran una nueva etapa de gestión entre Cádiz y Chiclana con nuevos proyectos en mente. Así, de las 42 hectáreas de las que dispone Cemabasa (actualmente el cementerio ocupa unas 10), la intención es ocupar parte con un cementerio canino y una perrera. Así, lo reconoce el actual presidente de la entidad, José Manuel Lechuga, que, aunque no da plazos, avanza que en Cemabasa se trabaja por conseguir el proyecto.

Más cercano parece el otro plan que está cerca. Después de la pirámide funeraria como homenaje a los enterrados en el cementerio de San José, ahora Cemabasa trabaja en otro monumento. En este caso será una reproducción a escala del camposanto gaditano que servirá para acoger más restos que aún están por trasladar. Y es que tanto por espacio como por modernidad, al Mancomunado le quedan muchos años de vida, toda una paradoja para un cementerio.

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