Si controla tus mensajes del móvil no es amor, es otra cosa
Cuando una persona revisa las redes sociales de su pareja y pone límites, comenzamos a hablar de una relación tóxica
Si tu pareja mira a escondidas tus mensajes de Whatsapp, controla quién es tu nueva amistad en Facebook o lleva un seguimiento minucioso de las publicaciones de Instagram, deberías cortar esos comportamientos de raíz. Estamos hablando de conductas obsesivas de control , tras las que se encuentran los celos y la falta de autoestima propia y que pueden terminar en conductas de maltrato psicológico sobre la pareja.
Con estos ingredientes, el amor, al final termina siendo síntoma de infelicidad: para quien espía porque vive una relación de inseguridad constante, manipulación y falta de respeto; el espiado ve suprimida su libertad personal, su espacio dentro de la pareja.
La psicóloga Pilar Conde, directora técnica de Clínicas Origen, explica que los grupos sociales más vulnerables a este comportamiento tóxico son los jóvenes y adolescentes, porque su autoestima, su seguridad y su imagen e identidad personal están en construcción. Además, como han aprendido a relacionarse a través de las rede s , dan mucho valor a lo que sucede a través de estos canales, se ajuste o no a la realidad.
De esta manera, las redes sociales habituales afectan gravemente a algunas parejas jóvenes. El miembro controlador necesita una control absoluto. En casos más extremos, exige saber las contraseñas y leer las conversaciones, eliminando totalmente la privacidad y el espacio propio de cada individuo. En los adultos hay un patrón parecido, aclara la profesional, pero son los mensajes de Whatsapp los que ocasionan con más frecuencia las disputas y desavenencias.
La persona que ya es dependiente vive en alerta constante y el menor gesto o comentario le hace temer que puede ser abandonado . Es esa la razón por la que a veces se permite el control. Quienes de base tienden a la dependencia y se encuentran ante parejas saludables verán amenazas donde no suele haberlas.
Pilar Conde, aclara, por último, que aunque existan problemas en la pareja, no siempre nos encontramos en una relación tóxica o de control. Si notamos que sí es el caso, nos invita a acudir a un profesional, con el fin de ayudarnos en el autoconocimiento y poder superar las limitaciones que nos impone la dependencia emocional.
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