Sexo
Sexo: cómo despertar la pasión dormida en tu pareja
Recuperar el interés mutuo, los momentos de intimidad y la comunicación «verdadera» ayudará a rescatar una relación desconectada
Cómo le digo a mi pareja que es un desastre en la cama
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Pongamos que comenzamos el día con el sonido del despertador, vamos a la ducha, nos vestimos, desayunamos, nos cepillamos los dientes, nos maquillamos (o afeitamos), nos peinamos... y así hasta completar (con el orden y los elementos que cada uno desee añadir o cambiar) nuestra rutina matinal. Salvo contadas excepciones, a nadie se le ocurre ir a la oficina desnudo, en pijama o con las zapatillas de estar por casa, ¿verdad? Son hábitos que, en mayor o menor medida, son importantes y nos esforzamos en mantener porque nos hacen sentirnos bien. Entonces, se pregunta Lidia Alvarado, psicóloga y coach de relaciones de pareja, ¿por qué nos saltamos el hábito más importante que es el de cuidar la relación de pareja ? «Con nuestra relación nos permitimos licencias que no consentimos en otros aspectos de la vida, como si funcionase sola, como si fuera cuestión de suerte o fruto de la casualidad», comenta. Pero no, una relación sólida ni es una cuestión de suerte ni es fruto de la casualidad. De hecho la clave de lo que la psicóloga denomina «relaciones extraordinarias» reside en convertir a tu pareja en tu prioridad . «Eso no quiere decir que alguno de ellos pierda sus parcelas de intimidad, que son necesarias, sino que consiste en esforzarse en la búsqueda mutua de momentos de intimidad en un sentido amplio, no solo sexual. Significa esforzarse por encontrar de manera deliberada la mayor cantidad de situaciones que fomenten el juego y la complicidad con la pareja», explica.

Es cierto, tal como reconoce la asesora, que las obligaciones del día a día hacen que lleguemos a casa agotados, con la necesidad de descansar y sin ganas de relacionarnos con nadie, ni siquiera con las personas a las que queremos, pero la experta incide en el hecho de que, si permitimos que toda la energía se la lleve el trabajo, la casa, las facturas o el cuidado de los hijos (si los hay), estaremos descuidando la relación y eso, tarde o temprano, tendrá consecuencias.
De hecho, una de las señales que indican que una pareja ha perdido la conexión es la falta de interés mutuo que además va de la mano de la falta de comunicación , según indica Alvarado. «Cuando sentimos que nuestra pareja no nos escucha sentimos al mismo tiempo que no nos entiende y que no somos lo suficientemente importantes para esa persona», explica. Pero comunicarse no es solo sentarse a hablar sino también escuchar con amor, atención e interés lo que la otra persona nos está diciendo, hacer alguna pregunta abierta que le anime a contar algo más sobre su día o simplemente permanecer atento a las señales que da su cuerpo y su forma de comportarse.
«¿Cuánto tiempo hace que no le dices algo que te guste de él o de ella?», invita a la experta a preguntarse. Dejamos de apreciar y dar valor a la pareja cuando no expresamos lo que nos gusta de ella. Es más, a veces, sin ser conscientes nos vamos al extremo opuesto y manifestamos lo que no nos gusta o incluso le damos otro sentido a aquello que antes nos gustaba pasando de la frase: «cariño, me encanta que seas tan alegre» a esta otra: «siempre te ríes por todo y no te tomas nada en serio».
Recuperar la conexión
Para recuperar la pasión y la conexión perdidas es necesario que la pareja tome la decisión consciente de que su relación es lo más importante de su vida, tal como propone Lidia Alvarado, y ambos han de comprometerse a trabajar para fortalecerla.
Para recuperar la pasión que la relación tenía en las primeras etapas, la psicóloga propone comprometerse a hacer todo aquello que antes se hacía y que se ha olvidado o abandonado por dejadez, rutina , cansancio, comodidad, orgullo, egoísmo o por otras razones. «A lo largo de las 24 horas del día es posible encontrar muchas oportunidades para crear una intimidad especial con la pareja, fomentando el juego y la pasión», asegura. La experta está convencida de que no es necesario hacer grandes cosas como irse a una isla desierta y que valen más los pequeños detalles diarios y cotidianos que las grandes expresiones puntuales de amor.
Una de las claves, según explica, es esforzarse por construir el mayor número de viviencias compartidas positivas, es decir, momentos de complicidad, de cariño, de intimidad o incluso de pasión, siempre cuidando el sentido del humor.
Ante las dificultades, propone abordar conjuntamente los problemas como oportunidades para fortalecer la relación y hacerla crecer o como aprendizaje para evolucionar.
Lo ideal es hacer todo aquello que beneficiará a la relación sin esperar a que sea el otro el que dé el primer paso. «Deja de vivir desde un lugar de expectativas fabricadas y comienza a vivir en el momento, compartiendo el amor que tienes dentro con tu pareja», aconseja.
Reavivas la pasión si...
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Os vais al mismo tiempo a la cama y convertís ese instante en un momento cómplice
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Despertáis con un gesto de afecto y cariño a la pareja (si los horarios no coinciden podéis dejar una nota, guiño o detalle especial)
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Buscáis un momento del día para escribir (e-mail, WhatsApp, mensaje...) o llamar para saber qué tal va la mañana o simplemente para decir algo cariñoso
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Hacéis planes de pareja inesperados o sorprendéis al otro con algo que le guste (su plato favorito, su canción, un recuerdo...)
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Si os apreciáis y valoráis mutuamente, con vuestra particular forma de hacer las cosas. Si, esa que un día os enamoró
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Si ponéis el foco en lo que os gusta del otro y se lo decís de vez en cuando
apagas la pasión si...
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Os retiráis el amor cuando discutis buscando escarmientos, dejándole de hablar durante días, ignorando sus llamadas, haciéndole desprecios y reproches, hablándole con mal tono o incluso amenazándole con el fin de la relación
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Os dejáis de escuchar, de atender, os volvéis invisibles el uno para el otro
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Dedicáis todo el tiempo libre que antes compartías con la pareja a otras actividades que parecen llenaros más
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Os decís a menudo lo que no os gusta el uno del otro y ponéis el foco en lo que os molesta
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Os juzgáis y criticáis con frecuencia, sin conceder el beneficio de la duda
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Os dejáis llevar por la pereza y evitáis buscar momentos de intimidad o situaciones de complicidad
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Os vais a la cama enfadados o cada uno a una hora distinta