Sexo
«En una relación de pareja sana hay un tercer participante implicado»
La psiquiatra, sexóloga y terapeuta de pareja Yolanda Morant explica las claves de la dependencia emocional, la importancia de la comunicación, los límites y el lenguaje del amor
![Yolanda Morant, psiquiatra, sexóloga y terapeuta.](https://s3.abcstatics.com/media/bienestar/2020/10/06/Yolanda_Morant-koc--1248x698@abc.jpg)
Si esta situación de incertidumbre que estamos viviendo a consecuencia de la pandemia nos tiene desbordados y descolocados a nivel individual, cabe preguntarse cuáles estarán siendo los efectos colaterales en el ámbito de la pareja .
Lo cierto es que hay versiones muy distintas, pues mientras que unos afirman que el confinamiento y la inestabilidad reinante les ha unido más (dando lugar a un cierto «efecto tribu» de apoyo y solidaridad mutua), otros confiesan que no lograron aunar esfuerzos y energías para apoyarse mutuamente y que eso provocó que entrasen en crisis o incluso que dieran por terminada la relación durante este periodo convulso.
Para la psiquiatra, sexóloga y experta en terapia de pareja Yolanda Morant nos encontramos en un periodo que puede resultar especialmente revelador a la hora de definir y de sentar las bases sobre las que se asienta una «relación de pareja sana». Una relación en la que, por cierto, explica que además del «tú» y el «yo» hay un participante más en la ecuación amorosa con el que no siempre contamos. Descubrimos con ella los complejos engranajes del amor.
¿Qué señales indican que lo que siento no es amor sino dependencia emocional?
La dependencia emocional es una dificultad enmarcada dentro de las relaciones interpersonales y la manera de vincular. Darse cuenta de que nos encontrarmos en esta situación no es fácil, pues aparece una sensación de que «algo no va bien y sufro por ello» cada vez que me involucro en una relación sin saber definirlo claramente.
Habrá que prestar atención cuando sentimos que «estar solo» nos genera un intenso malestar relacionado con el miedo y el desamparo, como si necesitáramos de otra persona a través de la que podamos ser felices. Incluso podemos llegar a fascinarnos por una persona e ilusionarnos por iniciar una relación sin apenas conocerla. Otras pistas son: tener una necesidad intensa de tener pareja así como un miedo extremo a la ruptura; aceptar y priorizar las ideas, opiniones y preferencias de la pareja aunque ello conlleve que nuestros deseos y necesidades no se cumplan (y no expresarlo de manera asertiva); reducir nuestras actividades y nuestro círculo para conseguir pasar el máximo tiempo con la pareja; entre otros. Es muy habitual observar además una baja autoestima , tendencia a idealizar a la pareja y necesitar saber en todo momento qué hace o donde está, además de resultarnos insuficiente el tiempo y atención que nos dedica.
Como seres gregarios y sociales tenemos tendencia a establecer relaciones vinculares. Por eso, cierta dependencia hacia nuestra pareja tenemos, puesto que la preferimos y la priorizamos. Las diferencias con la dependencia emocional radicarán en la necesidad continua de cariño proveniente de la pareja, el miedo a la soledad, y la existencia o no de otras fuentes de placer y bienestar para completarnos, sin que exista esa sensación de desasosiego cuando no tenemos acceso a la pareja.
A veces se asocia el amor con la «entrega» y la «aceptación». Pero, ¿cómo saber dónde está el límite para no perder nuestra identidad?
Estar en pareja implica estar «presentes» para esa persona y darle un valor distinto al que tienen otras. Pero esto no significa que nos difuminemos en esa relación. Para evitar perder nuestra identidad tenemos que tener claro nuestros deseos y necesidades individuales y en pareja, y darles su lugar y expresarlos de manera asertiva. También debemos buscar, mantener y respetar nuestro espacio individual donde realicemos actividades que nos gusten y que nos reporten bienestar en los que nuestra pareja no esté involucrada. Y, lo más importante, debemos cuidar nuestras emociones y escuchar cuando nuestras necesidades no están siendo atendidas o están siendo invalidadas, porque quizá no se nos quiera como merecemos.
¿Qué aspectos definen a una relación de pareja «sana»?
Existen tantas relaciones de pareja como personas hay, siendo todas válidas siempre y cuando haya acuerdos, se respeten los códigos establecidos y ninguno de los dos miembros de la pareja sufra.
La pareja existe si ambos miembros se reconocen como tal y se dan ese significado. Cada pareja tendrá un estilo de comunicación y vinculación, límites y normas. En definitiva, un código concreto que solo ellos podrán descifrar. Podemos decir que una relación de pareja «sana» es aquella en la que hay una equidad entre ambos miembros. Equidad no significa un 50% de cada uno en todos los aspectos, más bien significa que en cada ámbito los dos se implicarán en un porcentaje justo y aceptable para ambos y para la relación.
Los ingredientes esenciales para mantener una relación de pareja sana son: mantener una comunicación fluida, con la que podamos establecer los límites dentro y fuera de la pareja (estos deben ser explícitos, firmes pero flexibles, abiertos al diálogo y a la modificación porque la vida misma también cambia), mantener nuestro espacio vital como individuo en el que también nos realicemos, crear un nuevo espacio de relación, sentirnos queridos y respetados (y devolver ese amor) y establecer ese punto de confianza y complicidad que permita tener una intimidad como pareja única.
¿Qué es el lenguaje del amor y cuáles son las distintas formas de expresarlo?
El lenguaje del amor es la manera mediante la que transmitimos a nuestra pareja el amor que sentimos, el valor que le damos y la importancia que tiene para nosotros. Hace referencia a la manera que tenemos de expresar amor y a la manera en que entendemos que nos están queriendo. Normalmente somos muy eficientes en el lenguaje del amor durante la etapa del enamoramiento, pero es importante continuar lanzando estos mensajes con el transcurso del tiempo, de manera que le recordemos que aquello que sentimos sigue vigente. Gary Chapman describió los cinco lenguajes del amor , con los que trabajó a lo largo de su carrera profesional como «asesor de amor»: tiempo de calidad , tiempo que dedicamos a nuestra pareja, a escucharla, a pasar un tiempo en el que estemos realmente presentes; palabras de afirmación , aquellas palabras de ánimo, de aliento, palabras humildes en las que le recordamos lo valioso que es; regalos , sin confundirlo con el materialismo, pueden ser pequeños detalles que vengan a decir «encontré esto y pensé que sería perfecto para ti»; actos de servicio , conocidos como aquellas pequeñas tareas que sabemos que a nuestra pareja le pueden resultar tediosas y que haremos por ella; y por último el contacto físico , las caricias, el acercamiento en sí
¿Cómo podemos saber cuál es nuestro propio lenguaje del amor, el que nos resulta más satisfactorio y gratificante? ¿Y el de nuestra pareja?
Tendremos que parar un momento y analizar qué nos hace sentir bien, qué es aquello que hace nuestra pareja que hace que sintamos que nos quiere y nos valora. De la misma manera, para aprender el lenguaje de nuestra pareja es importante sondear qué es aquello que hacemos con lo que realmente entiende que para nosotros es importante.
Hablar en su lenguaje del amor será una decisión de querer al otro. Expresarse de la manera en que la otra persona se siente querida, aunque no sea la nuestra, es un acto de amor que probablemente mejore el clima de la relación. Quizá no coincidan ambos lenguajes, pero recordad que no tiene porque ser un problema: todos podemos aprender a hablar distintos idiomas.
![«En una relación de pareja sana hay un tercer participante implicado»](https://s1.abcstatics.com/media/bienestar/2020/10/06/amor-pareja-fin-koc--510x349@abc.jpg)
¿Cuáles son las claves para mejorar la comunicación con la pareja?
La comunicación en pareja es fundamental para una buena dinámica y clima relacional. Nos permite sentir que nos cuidamos al expresar con respeto nuestros deseos y necesidades, a su vez que respetamos los de nuestra pareja. Comunicarnos permitirá poner en común nuestras opiniones sobre distintos aspectos o situaciones que se nos presenten en la vida en pareja. Y lo más importante: permitirá resolver conflictos de forma eficaz, reconocer y subsanar vulnerabilidades y fortalecer la pareja. Recordemos que los conflictos son inevitables, que sencillamente aparecen cuando nuestra manera de pensar dista de la de nuestra pareja. Escuchar qué tiene que decir nuestra pareja ayudará a flexibilizar nuestro pensamiento, a ver otro punto de vista y aspectos que no habíamos valorado, asegurándonos que las decisiones tomadas se han basado en el análisis de todas las posibilidades. Escuchar a mi pareja y sentirme escuchado redunda en un mejor clima de relación
«Lo que soy contigo solo lo soy si estoy contigo»... Es una frase reveladora que has compartido en tu cuenta de instagram, ¿qué implicaciones tiene?
Hemos definido el significado aproximado de «relación sana». En este tipo de parejas tenemos tres participantes: tú, yo y «la relación». Éste último elemento es la relación en sí, diferente a cada miembro de la pareja pero creado por ella y que está cocinada con elementos de las dos personas que la conforman. Es un espacio distinto, único e irrepetible .
Por tanto, como miembro de la pareja hay una parte de mí que se crea únicamente cuando me relaciono contigo, cuando vinculo contigo. Es exclusivo y en este momento. Seré y crearé otro tipo de relaciones y «terceros elementos» con cada uno con quien me relacione, pero no será el mismo que contigo. La manera en la que me acerco a ti solo es así contigo.
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