Sexo

Lo que no cuentan del succionador de clítoris del que todos hablan

La sexóloga, terapeuta de pareja y especialista en juguetes eróticos, Eva Moreno, explica algunas de las claves menos conocidas de este artículo sexual conocido como «Satisfyer»

Una mujer, viviendo un orgasmo
Raquel Alcolea

Raquel Alcolea

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Dicen que el «Satisfyer» (uno de los nombres comerciales del llamado succionador de clítoris ) sigue vendiéndose aunque ya no se hable tanto de él. La tendencia compradora es impredecible y también caprichosa. Va por modas. Pero lo que sí que es cierto es que el succionador de clítoris está en boca de todos. O mejor dicho, en los labios.

Cuenta Eva Moreno, sexóloga, terapeuta de parejas, autor de «Mi deseo depende de mí» (Grijalbo) y fundadora de «Tapersex» que su primer pensamiento cuando tuvo un succionador de clítoris en sus manos fue que ese juguete «iba a ser o la bomba o algo insorportable». Hace más de cuatro años que este tipo de juguete sexual se comercializa en las tiendas eróticas españolas, pero es ahora cuando los medios de comunicación se han hecho eco del interés que despierta entre la población y es ahora cuando las campañas publicitarias o de marketing de algunas firmas han logrado que este artilugio aparezca en las conversaciones de café y de cama.

Parte del éxito de este juguete sexual se debe, según comenta Eva Moreno, a su carácter innovador pues, aunque ya existían las bombas de vacío vaginales (con o sin vibración) el efecto de la succión por aire es muy distinto. Estos aparatos cuentan con un orificio o bóveda que se coloca sobre el clítoris y, tal como revela la sexóloga en su libro «Mi deseo depende de mí», el efecto de la succión por aire es inmediato: despierta el clítoris en segundos.

Pero para usarlo correctamente es importante situar el succionador en la posición adecuada y separar los labios para despejar el clítoris. Por eso Eva Moreno aconseja a las personas que lo usen por primera vez que prueben hasta encontrar la presión y la colocación más adecuada centrando el efecto de succión en el capuchón del clítoris, o bien a pocos milímetros de él para no presionar directamente. Otra opción, según propone la experta, es usarlo estimulando los labios y evitando el clítoris.

Mejor más sensorial y menos express

Es cierto que la autora de «Mi deseo depende de mí» defiende el uso de juguetes eróticos (siempre eligiendo los más adecuados y los que más se adapten a las características de cada persona) para intensificar los orgasmos o incluso para acelerarlos. Sin embargo, hace hincapié en el hecho de que su concepto sobre la sexualidad no incluye la necesidad de acelerar el orgasmo, sino más bien lo contrario. «El orgasmo es imperfecto, dinámico y variable. Requiere tiempo, dedicación y esfuerzo. No es necesario vivirlo en modo express», aclara la sexóloga.

Para entender esta apreciación pone un ejemplo: «Imagina que una mujer tiene habitualmente un orgasmo intenso y después necesita bastante tiempo para recuperar el tono, las sensaciones y así volver a tener un orgasmo. Si usa el succionador y tiene un orgasmo express, ¿se acabaría ahí el encuentro sexual?», pregunta. La experta defiende que es mucho más rico, mas placentero y hasta más divertido vivir una sexualidad más sensorial y emocional , y no tan «express» ni tan destinada al orgasmo rápido. Así, defiende la importancia de los rituales, de los preliminares, de la seducción, del juego, de las caricias, de los besos, de los masajes y de las experiencias compartidas en un sentido amplio.

No lo uses en tu primera experiencia sexual

Un caso que le preocupa especialmente a la terapeuta de pareja es el de aquellas adolescentes que tienen su primera experiencia o vivencia del orgasmo con un succionador de clítoris pues, según opina, es probable que con ello fabrique una falsa imagen del orgasmo y, de alguna manera, las experiencias sexuales le sepan a poco y viva frustraciones en sus relaciones sexuales con pareja o incluso con ella misma sin succionador.

Otra cuestión sobre la que pone el acento Eva Moreno es que, de alguna manera, su uso habitual pone el listón muy alto en las relaciones de pareja . «Si ellos tienen que provocar la misma sensación orgásmica y rápida que produce un juguete erótico que succiona y que es una maravilla, apaga y vámonos», comenta.

Por eso su análisis en torno al uso del succionador de clítoris se centra en valorar que todas las opciones de placer son buenas, pero que son en realidad opciones complementarias, no sustitutorias . «Si un día te apetece tener un orgasmo intenso y rápido por la razón que sea, estupendo, lo usas y lo disfrutas. Pero es importante saber que la sexualidad más rica está en experimentar, combinar y probarlo todo, tanto solo como en pareja», argumenta.

En opinión de Eva Moreno nos falta mucha educación sexual y emocional, a pesar de la cantidad de información de la que disponemos hoy en día. «A pesar de que hace cuatro años que están en el mercado, ahora hay un boom de personas que preguntan por los succionadores de clítoris y muchos los compran porque están de moda y a pesar de que nunca han utilizado ningún juguete erótico en su vida. Y sí, será una experiencia agradable la que vivan, pero sigo pensando que falta ese plus de experimentación y de prueba con la sexualidad y con todos sus matices y colores en un sentido amplio», revela. Así, lexperta está convencida de que estas prácticas o el uso de los juguetes eróticos sin experimentar ni probar más cosas pueden llegar a tener incluso consecuencias sobre el deseo sexual , o bien porque malinterpretemos las señales de nuestro cuerpo o bien porque lleguemos a asociar el deseo sexual a si tengo un orgasmo más o menos intenso.

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