Silvia Llop, psicóloga
«Está muy bien que un hombre esté como un queso, pero no es lo que necesitas para ser feliz»
La psicóloga Silvia Llop analiza en 'Mándalo a la mierda' qué hay que tener en cuenta para elegir como pareja a la persona adecuada
Por mucho que algunos se empeñen en negarlo, una de las cosas que más nos importan es el amor. Y dentro de esto, como si de un subgénero se tratara, la búsqueda de pareja es uno de esos conceptos que nos persiguen en el día a día. Nos gusta escuchar las historias de nuestros amigos, nos gusta ver películas y leer libros y nos gusta hablar sobre ello. Eso sí, no nos hace tanta gracia cuando somos nosotros el centro de la historia. Porque aunque tener citas e historias un poco rocambolescas parece divertido, cuando las sufrimos en nuestras propias carnes y se empiezan a acumular los desengaños amorosos, nos gusta un poco menos.
La psicóloga Silvia Llop ha creado una guía para hacer de estas experiencias una cosa más llevadera. Desde las primeras páginas de 'Mándalo a la mierda: mereces algo mejor' (Plataforma Actual), deja claro la intención: «Liberarse de los 'tontos del higo' y encontrar alguien que nos quiera y trate como merecemos». A través de testimonios propios y de otras mujeres, la psicóloga va planteando distintas situaciones que asegura son universales. ¿Su objetivo final? Dar las claves para «elegir a un hombre que te respete y esté orgulloso de tenerte a su lado, sin tener que jugar o manipular, siendo cien por cien auténtica».
Todo el libro está enfocado desde la perspectiva femenina, que analiza sus relaciones con los hombres. ¿No se pueden aplicar los consejos que das desde los hombres hacia las mujeres? ¿O en parejas del mismo género?
Se puede aplicar exactamente igual. Yo he escrito el libro así porque el 95% de mis seguidoras y clientes son mujeres, y además como yo soy mujer, y heterosexual, es la forma en la que me sale contarlo más natural. Pero lo han leído hombres gays, mujeres lesbianas, hombres heterosexuales, y todos me han dicho que les ha servido igual. Lo que pasa que para leerlo y que te sirva tienes que cambiar el género en tu cabeza, y que esto no te moleste. Si te chirría, entonces seguramente no te va a gustar. Yo creo que si uno está cómodo cambiándole el género, o a ti o a la persona a la que te diriges, te va a ir bien.
Entonces, nada tiene que ver el arquetipo femenino y el masculino, sino que hablas de dinámicas entre personas...
Claro, yo concibo el amor como algo universal: el sufrimiento que genera el amor, la situaciones, son universales. Es verdad que biológicamente hablando los hombres y las mujeres tenemos diferencias, pero al final en las historias de amor, sean del género que sean, siempre pasa exactamente lo mismo. Nos sentimos igual de mierda cuando alguien nos trata mal, seas hombre o mujer.
A lo largo del libro se reitera la idea de «evitar cometer los mismos errores»: ¿No es eso una manera de cargarnos toda la culpa a las espaldas?
Desde donde veo la psicología, la filosofía que tengo en el día a día, es que yo tengo el poder en mi vida; no puedo controlar lo que me pasa, pero sí cómo actúo y cómo integro lo que me pasa para que luego no vuelvan a ocurrir las mismas cosas. Parto de esa perspectiva, no de echarnos las culpa, sino de tener el poder de cambiar nuestro futuro teniendo en cuenta nuestro pasado y las cosas que podríamos haber hecho de una manera diferente. Las experiencias más negativas que pasamos nos dan una información necesaria que, si integramos en nuestra realidad, en lugar en quedarnos con las rabias, los miedos y los odios, podemos conseguir cambiar nuestra realidad para que después, en un futuro, no nos pase lo mismo.
La época en la que vivimos, en la que conocemos a mucha gente gracias a Tinder y otras apps, ¿hace que seamos un poco más insensibles, que seamos capaces de tener más relaciones con menos vínculos emocionales?
Por un lado sí: si tenemos un montón de personas ‘disponibles’, se crea ese efecto de pensar que tenemos un montón de posibilidades e ir probando y probando. Pero también nos da una riqueza para no tener que quedarnos con la primera persona que pasa, que es algo que antes ocurría. Como no teníamos estas tecnologías que nos ayudan a conocer más gente, cuando te encontrabas con alguien mínimamente decente, que mínimamente te gustaba, pues pensabas «me quedo contigo para toda la vida». Entonces, están las dos vertientes. A mí me gusta más el poder elegir y experimentar, y después quedarme con alguien que realmente me aporte cosas bonitas y que no sea porque no hay nadie más disponibles.
¿Crees que hay un momento en el que ya no podemos 'dejarnos llevar' y tenemos que hacer una lista de requisitos de lo que buscamos, o el factor de libre albedrío siempre es importante?
Yo creo que la lista que deberías tener es la de tus estándares, y tus estándares son esas cosas que tú necesitas en una relación para ser feliz, algo que varía entre personas. Hay cosas que son muy universales, como por ejemplo la honestidad, la buena comunicación, o un sentido del humor parecido, pero hay otras cosas que hay que, para descubrir, debemos primero revisar nuestra experiencia. Por ejemplo, yo me di cuenta en un momento de mi vida que necesitaba una pareja que me demostrara el cariño con abrazos, con besos, con palabras porque si no lo tenía, aunque la persona me quisiera mucho y me lo demostrara de mil formas, yo sentía que me faltaba algo, que no podía ser feliz del todo, porque es algo muy importante para mí; está en mi placa base. Hay personas que por ejemplo necesitan una pareja que les de mucho espacio, mucha libertad, porque si no se ahogan. Esta es la lista importante, la de las cosas que sí son imprescindibles para sentirte feliz en tu relación. Lo que no es importante es que me pongas una retahíla como que sea guapo, que tenga tres carreras y que sea deportista: aquí es cuando la lista se hace muy pesada. Cuando nos hacemos mayores, sobre todo yo lo veo en personas de los 50 para arriba, se tiene una lista kilométrica, y les explico que la mitad de esa lista no es realmente lo que necesitan para ser feliz en una relación. Tenemos que tener cuidado de no añadir muchos filtros porque luego nadie los puede cumplir.
Entonces, es tener un par de cosas importantes, pero no añadir cosas más banales…
Exacto, no poner paja. Sí, está muy bien que un hombre esté como un queso, pero no es lo que necesitas para ser feliz. Claro, tiene que haber atracción, pero cuando hilamos tan fino entonces nos cargamos la posibilidad de conocer a personas que pueden ser superválidas, especialmente en el tema de las 'apps', porque ahí ponemos muchísimos filtros. Si quitamos estos y nos vamos a lo que realmente es importante para nosotros, ahí podremos hacer una selección más consciente y que llegará a buen puerto.
¿Cuál es una buena actitud para enfrentarse a las primeras citas?
Las primeras citas sirven solamente para pasarlo bien, darte a conocer, ser lo más auténtica posible y dejar que la otra persona se exprese. Hay que crear ese clima de confianza y de diversión. Luego, cuando vuelvas a casa, ya le darás al coco si quieres, pero en la cita lo único que tienes que hacer es pasarlo bien y mostrarte.
¿Por qué es tan importante conocernos a nosotros mismos para poder tener una relación de pareja saludable?
Cuanto tú te conoces es mucho más fácil saber cuáles son tus estándares: qué es importante para ti para tener una relación sana y feliz. Esto es un punto que es primordial porque, si no te conoces, vas dando pasitos de ciego, quedando con uno y con otro, y no acabas de saber qué es lo que hace que la relación no funcione. A veces es simplemente que no hay compatibilidad en las personalidades, que tú no encajas en cómo es y lo que necesita la otra persona. El autoconocimiento es muy importante, y también la autoestima, quererse mucho, saber cómo eres y apreciar esa cosa única, porque nadie es exactamente igual que tú y a veces nos olvidamos. Intentamos sepultar ciertas características nuestras que no son buenas, pero al final somos un todo, y sin estas características no serías tú. Hay que intentar ser más cariñosos con nosotros mismos, decirnos cosas bonitas y dejar de hablarnos tan feo. A veces nos hablamos muy mal.
¿En general, esto de las citas es un poco como aquello de que ‘quien la sigue la consigue'?
Es lo mismo que cuando vas a buscar trabajo. Piensas, ¿tengo más posibilidades de tener un trabajo si voy a una entrevista o si voy a 100? Pues esto igual, cuanto más abierto estés a conocer a gente, siempre desde la actitud buena, mejor te irá. Pero no puedes ir pensado «nunca voy a encontrar a nadie», porque así ya puedes tener 100 citas, que vas a estar amargado. Tienes que tener citas solo cuando tú sientas que estás bien, que te apetece, que es algo que te hace ilusión. No vayas forzado. Esto es algo que recomiendo no hacer, no vayas a una cita si no te apetece, porque entonces estás retroalimentando un poco tu negatividad, y eso te mete en un pozo que no es bueno. Tener citas sí, pero con ganas.
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