El exmonje budista español que tiene la fórmula para ser feliz

entrevista

Simón Bianco es psicólogo y experto en meditación. Aunque ya no es monje, de su formación como tal saca una fórmula para controlar el estrés y la ansiedad

Dandapani: "La ansiedad es la primera señal que da una mente excesivamente distraída"

El psicólogo Simón Bianco
Laura Pintos

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Después del redescubrimiento de los estoicos, es el budismo el que vive un resurgimiento en la búsqueda del bienestar y la lucha por reducir el estrés y la ansiedad que tiñe los ánimos de nuestra época. Simón Bianco se topó con esta filosofía en su adolescencia y, aunque luego estudió psicología y psicoterapia psicoanalítica y se dedica a ello en Barcelona, su interés juvenil lo terminó llevando a destinos lejanos para formarse y llegar a ordenarse monje. Ya no lo es, pero sí continúa divulgando las virtudes de esta antigua escuela de pensamiento y de la meditación, al punto de que acaba de publicar el libro 'Libérate de las emociones negativas' (Editorial Luciérnaga), en el que explica los fundamentos de la psicología budista y cómo aplicarlos a nuestra vida actual fuera de creencias o fe, y cerca de lo que está demostrando la ciencia como cierto. sin necesidad de hablar de fe o de religiones.

Un psicólogo que descubre el budismo. ¿Qué te llevo a él?

En realidad fue al revés. Primero me interesó el budismo, que conocí gracias a un trabajo escolar y que empecé a practicar muy joven, a los 16 años. Comencé a estudiarlo en Barcelona de la mano de dos lamas tibetanos, Gueshe Lobsang Tsultrim y Khensur Tamding Gyatso. A partir de ahí empecé a ir a la India a aprender de los lamas tibetanos exiliados y, en 1998, fui por primera vez al monasterio de Ganden. Hice la carrera de psicología en paralelo. El conocimiento que me ofrecía el budismo sobre la mente me parecía más interesante que lo que estudiaba en la universidad y finalmente, a los 23 años, decidí dejar la carrera por la mitad e irme definitivamente a la India a estudiar en profundidad el budismo con mis maestros.

¿Cómo llegaste a ser monje?

Pasé 2001 y 2002 en los monasterios de Ganden Shartse y Sera Je, donde me ordené monje en la escuela del Dalai Lama de la mano de mi maestro Lama Zopa Rimpoché. El budismo tibetano tiene cuatro escuelas, Nyingma, Kagyu, Sakya y Gelug, y a mí me ha gustado formarme en todas ellas, ya que poseen diferentes prácticas y puntos de vista sobre la mente. Después me fui a Italia a hacer un máster sobre budismo, donde terminé colgando mis hábitos de monje. Igualmente he seguido formándome y practicando. De vuelta en Barcelona acabé mi carrera de psicología e hice un máster en psicoterapia psicoanalítica.

¿Qué es lo más importante que te da el budismo que no consiguen otras creencias o escuelas filosóficas?

Tal y como yo lo entiendo, el budismo no es una religión ni una filosofía, sino una psicología muy profunda y milenaria cuyo objeto principal de estudio es la mente. No es una religión, ya que no posee dogmas de fe, ni tampoco una filosofía, pues no es algo puramente deductivo, sino que es un conocimiento experiencial, enfocado a la práctica. Se trata de una psicología que te da las herramientas para desarrollar una felicidad interna, duradera y profunda. Además sus preceptos sobre la consciencia han sido validados científicamente. Por ejemplo, la neurociencia ha demostrado que la meditación budista activa ciertas áreas del cerebro que están asociadas a la felicidad y algunos monjes budistas están considerados las personas más felices del mundo, como el monje Matthieu Ricard.

 ¿Es posible ser budista sin ser budista?

Sí, totalmente. De hecho, para el budismo no se considera importante que alguien sea budista, sino que sea un practicante. El objetivo es que las personas se puedan beneficiar de las técnicas de meditación para que les ayude en su vida sea cual sea su creencia o filosofía. El objetivo del budismo es hallar la felicidad interior, de hecho, en tibetano, budista se llama 'nang pa', que significa 'persona interior', alguien que busca la felicidad dentro de sí mismo y no en lo externo.

Imagen - La gente piensa que meditar consiste en estar tranquilo, pero no puede haber una idea más errónea

La gente piensa que meditar consiste en estar tranquilo, pero no puede haber una idea más errónea

Simón Bianco

Psicólogo budista

¿Qué preceptos básicos del budismo podemos aplicar todos en nuestra vida diaria?

En el libro explico una anécdota con mi maestro Chögye Trichen Rimpoché, quien fue maestro del Dalai Lama y uno de los mayores expertos del siglo XX. Una vez le pedí que me diera alguna enseñanza en su monasterio en Katmandú. Yo esperaba alguna técnica sofisticada de meditación, pero él me miró con suma bondad y me dijo: «lo más importante de la vida es tener buen corazón». La neurociencia ha demostrado que la compasión, que el budismo ensalza como la más importante cualidad de la mente, entendida como el deseo de aliviar el sufrimiento de los demás, es la cualidad que más calma el cerebro y más felicidad produce. En nuestra psicología occidental, reconocemos como fundamentales para la salud mental cualidades como la empatía y la inteligencia emocional, que sin lugar a duda están íntimamente ligadas a la compasión.

En tu libro también hablas de emociones negativas, algo que en psicología se cuestiona por cuánto todas las emociones tienen una utilidad. ¿A qué te refieres exactamente?

No distinguir entre emociones negativas (o insanas) y emociones positivas (o saludables) nos lleva a un sinfín de contradicciones lógicas y empíricas sobre la comprensión de la mente. En el libro explico dichos argumentos. Si todas las emociones fueran sanas, entonces sería imposible sufrir psíquicamente hablando, ya que todo lo que sentiríamos sería positivo, y no existirían los problemas emocionales ni los trastornos mentales; si, por el contrario, fueran todas negativas, sería imposible sentirse bien ni meditando ni haciendo psicoterapia, porque sería como intentar quitar el carbón del carbón. Respecto a la utilidad de todas las emociones, es un argumento que se basa en determinadas teorías evolucionistas de la mente, pero nadie ha probado que la ira, los celos, la baja autoestima, la ansiedad etcétera, nos proporcionen ningún beneficio. En cambio, lo que se puede observar es que nos hacen sufrir y experimentar muchos problemas. También hay muchas emociones positivas que se confunden con las negativas, como la activación con la ansiedad, la consciencia del peligro con el miedo o saber poner limites con la ira. Las emociones negativas no tienen ninguna utilidad, son la fuente principal del sufrimiento interno del individuo, además de producirnos muchos problemas sociales y relacionales. Dicho esto, que tengamos emociones negativas no quiere decir que debamos reprimirlas, sino que debemos aprender a gestionarlas.

La meditación

Hoy en día ya se habla mucho de la meditación y sus beneficios, aunque aún así muchas personas lo siguen viendo como algo imposible. ¿Por qué hay que meditar?

Normalmente se enseña a meditar en grandes grupos, sin una guía personalizada. Yo a mis pacientes les enseño a meditar de forma personalizada, paso a paso, adaptándome a sus características diagnósticas. Por ejemplo, a alguien con mucha ansiedad primero le voy a enseñar a relajarse y ya después le explico la permanencia en la calma ('shamatha-shiné'). Todo el mundo puede aprender a meditar con la guía adecuada.

¿Cómo empezar a meditar sin sentirse incómodo, inquieto o fuera de lugar?

La parte más importante de meditar es la aceptación plena o ecuanimidad: todo es bienvenido en la meditación. Así que no importa que nos sintamos incómodos, inquietos, etcétera, ya que aceptar como nos sentimos es parte de la práctica. La gente piensa que meditar consiste en estar tranquilo, pero no puede haber una idea más errónea que esta. Meditar consiste en aceptar lo que haya en la mente en el aquí y ahora y la tranquilidad o calma mental es el resultado, no la causa de nada.

¿Qué efectos reales podemos esperar de una práctica continua de meditación y cuándo se empiezan a notar?

La meditación es una técnica muy poderosa. De hecho, está demostrado científicamente que incluso una práctica corta, de unos cinco a diez minutos diarios, tiene importantes efectos sobre nuestra mente. Por ejemplo, si realizamos una practica de permanencia en la calma o 'mindfulness' diez minutos al día durante un mes, sentiremos un importante impacto en nuestra calma mental. Gracias a la meditación he podido ayudar a superar la ansiedad a cientos de pacientes a lo largo de mi carrera, incluso en casos de ansiedad severa. La clave es aprender correctamente la técnica. He podido comprobar que hay instructores de meditación que no tienen la formación adecuada, solo estar entrenado en 'mindfulness' no es suficiente para estar cualificado. Las técnicas descontextualizadas pueden no tener el efecto deseado. Pensemos que están en el contexto de una psicología y de una forma particular de entender la mente. Extraer la técnica e intentar aplicarla sin saber de psicología budista puede no funcionar. Tengo muchos ejemplos que lo demuestran.

Ansiedad y estrés

Vivimos en un mundo consumista y estresante, y rodeados de estímulos. ¿Cómo navegar estas aguas? ¿Se puede vivir mejor aún sin salir del circuito?

Sí, por supuesto. No hace falta salir de la sociedad ni volvernos antisociales. Meditar sirve para lidiar con lo que tengamos delante, sea agradable o desagradable. Lo que sí es necesario es crearse el tiempo para practicar. Y el tiempo existe siempre para lo que le damos importancia. Así que, si le damos la importancia suficiente a cuidar de nuestra mente, tendremos tiempo para meditar. El mundo puede ser consumista, lo importante es lo que desarrollemos dentro de nosotros, la mente es la fuente principal de la felicidad y el sufrimiento en nuestra vida. En lugar de rechazar lo que ocurre en el mundo, hay que utilizarlo en nuestra práctica.

En tu libro abordas la ansiedad, uno de los grandes males de nuestro tiempo. ¿Antes no se ponía la gente tan ansiosa? ¿Qué ha cambiado?

Las enfermedades mentales en general aumentan año a año, especialmente la ansiedad y la depresión. Solo puede haber una explicación: el estilo de vida. Por un lado, tenemos una vida hiperestimulada con los móviles y redes sociales; por otro, una sociedad completamente volcada en encontrar la felicidad en las cosas materiales y en lo externo. Todo ello es perjudicial para la salud mental. Este estilo de vida afecta gravemente a la crianza, pues los hijos no reciben el cuidado y educación adecuados.

Además abordas el tema de la muerte y la permanencia (o impermanencia). ¿Por qué debemos enfrentarnos a ella? ¿Cómo evitar la angustia que provoca?

Es la realidad de la vida. Las emociones negativas como la ansiedad, la tristeza, el miedo, los celos y demás provienen del aferramiento, que a su vez está creado por la cognición errónea innata de la realidad. Buda expuso diferentes niveles de cognición errónea, la más burda fue la cognición errónea de la permanencia. Si nos fijamos, sufrimos mucho en la vida porque intentamos constantemente aferrar los objetos de placer, pero, ¿cómo podríamos conseguirlo si todo es transitorio? Nos aferramos porque los vemos asibles, permanentes, pero la realidad es que todo tiene una naturaleza de cambio y transitoriedad, así que sufrimos en vano. Si aprendemos a soltar estaremos en armonía con la realidad y podremos disfrutar de las cosas sin aferrarnos a ellas.

Finalmente, dedicas varias páginas a la cognición errónea de la realidad? ¿Por qué la consideras clave?

Es la causa primigenia de las emociones destructivas, y por tanto del sufrimiento. Todas las emociones negativas provienen de la cognición errónea de la realidad, así que si la reducimos todas nuestras emociones negativas se verán debilitadas.

Sobre el autor Laura Pintos

Jefa de Estilo y Gastronomía de ABC. Coordinadora de Acciones especiales. Periodista, experta en digital, gestión de equipos, coordinación de proyectos y desarrollo y dirección de medios de comunicación verticales.

Laura Pintos

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