Dafne Cataluña, Psicóloga
«Vivimos con una dieta baja en emociones positivas»
La pandemia ha conseguido que la incertidumbre y la angustia pasen a ser emociones constantes en vez de puntuales
Si cuando llegó el repentino confinamiento las vivencias de aquellos meses de primavera se tornaban tan trágicas que parecían mentira, ahora ese estado de incertidumbre y angustia se ha convertido en el día a día. Cada día llega una alerta al móvil que recuerda los contagios diarios, algo que antes estremecía y ahora es parte de la rutina. Ahora las mascarillas son parte del ecosistema visual de las calles y dar un abrazo a un amigo se convierte en una decisión que se debe pensar un momento.
Pero, aunque muchos se han adaptado (más o menos) a eso que de primeras se denominó 'nueva normalidad' y ahora es tan solo lo que ocurre todos los días, hay otros que sienten más dificultad. Comenta la psicóloga Dafne Cataluña, fundadora del Instituto de Psicología Positiva, que todavía hay muchas personas que tienen altos niveles de preocupación ; se ha incrementado el miedo a contagiar a familiares de riesgo, un factor que pesa sobre muchas personas.
En general, comenta la profesional que se observa una disminución de la alegría y la experimentación de emociones positivas, derivada de la reducción del contacto con familiares y amigos y de las actividades de ocio. «Esa dieta baja en emociones positivas nos lleva a desequilibrarnos porque las emociones negativas son más frecuentes que antes », comenta Dafne Cataluña que añade que para contrarrestar el efecto de esas emociones hay que generar experiencias y momentos de disfrute, momentos que actualmente se han reducido. Asimismo, asegura la profesional que aquellas personas ya mostraban cierta tendencia a la preocupación, las obsesiones, la ansiedad o la depresión, debido a la situación han visto acrecentado su malestar.
Cómo afecta a las relaciones
Uno de los campos sobre los que ha tenido más impacto la pandemia es el de las relaciones afectivas , tanto con familiares, como con amigos o parejas. Comenta la psicóloga, que por lo general, aquellas personas que tenían una buena relación de base con las personas con las que convivan, han reforzado estos vínculos. Si hablamos de personas con las que no se convive, por lo general estas se han distanciado, por las características de la situación. «Eso nos ha hecho sentir más soledad, incluso tristeza por dejar pasar el poco tiempo que nos queda o quedaba por aprovechar de los familiares más mayores; está pesando en el estado de ánimo», dice la profesional.
Ahora mismo todo el mundo tienen sus mecanismos de defensa activados al máximo. Estos recursos se llaman, comenta Dafne Cataluña, respuesta resistente , e implican que, incluso en situaciones difíciles o traumáticas, nuestra mente es capaz de asimilar lo ocurrido y seguir adelante integrándolo y activando la esperanza por un futuro mejor.
Qué es la psicología positiva
En una época en la que, parece, imperan los sentimientos y experiencias negativas, la psicóloga recalca la importancia de la psicología positiva . Esta consiste en «la promoción de los recursos psicológicos que ya tienen las personas para potenciarlos e incrementar así su bienestar y felicidad». Argumenta que en un momento como este es de gran ayuda porque permite ayudarnos a balancear nuestro estado de ánimo. «Al ser más conscientes de lo que nos hace sentirnos bien con nosotros mismos y ponerlo en marcha en el día a día aprendemos a percibir un mayor equilibrio en comparación con los momentos donde experimentamos mayoritariamente emociones desagradables», asegura Dafne Cataluña.
Enfocarnos en esos recursos positivos no quiere decir que debamos fornarzos a ser personas positivas, algo que puede llegar a ser contraproducente. «Creer siempre que me pasan solo cosas buenas y negar lo negativo genera una visión irreal que me llevará a tomar decisiones inadecuadas», asegura la psicóloga. Por ello anima a aceptar y escuchar las emociones desagradables que experimentamos, ya que las emociones son las palabras con las que la mente se comunica con nosotros a través del cuerpo. Esto es esencial, comenta, pues si no las escuchamos no podremos dar respuesta a necesidades importantes. Esta es una de las bases de la inteligencia emocional.
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