Si he vivido un pasado duro, ¿puedo tener una autoestima sana?
No voy a negar que nuestra historia, el entorno y contexto influyen en el desarrollo de nuestra personalidad y en muchas decisiones de nuestra vida, pero no estamos condenados a repetirla porque podemos aprender de ella
Y además: Cómo identificar a las personas que destruyen nuestra autoestima
![Algunas personas sienten que se han quedado atrapadas en su pasado.](https://s2.abcstatics.com/media/bienestar/2023/03/28/pasado-dificl-k1tH--1248x698@abc.jpg)
Por mi consulta han pasado muchas personas que pensaban que por haber tenido un pasado duro o difícil ya no podrían tener una autoestima sana. He escuchado muchas veces frases del tipo: «Como he tenido una vida muy difícil, creo que nunca voy a saber cuidar de mí», o «siempre me he considerado una persona con baja autoestima y la verdad es que toda mi familia ha sido así» o incluso «dejé de ir al psicólogo porque me decía que para sanarme tenía que sanar mi relación con mi pasado y a mí el pasado me duele demasiado».
Pensar que por haber tenido un pasado difícil o duro ya no podemos tener una autoestima sana, puede deberse, en parte, a que en que muchos de los libros de autoestima o de terapias psicológicas, se centran en buscar las causas de la baja autoestima de una persona exclusivamente en su historia, afirmando que la familia y el entorno son los que nos hacen tal y como somos hoy. La mayoría de los modelos de terapia buscan el origen del malestar y destinan varias sesiones de psicoterapia en encontrar la hipótesis que confirme la baja autoestima del paciente. No voy a negar que nuestra historia, el entorno y contexto influyen en el desarrollo de nuestra personalidad, en muchas decisiones de nuestra vida y, por supuesto, en la calidad de esta, pero no estamos condenados a repetir la historia porque también podemos aprender de ella.
«Ojalá que nunca olvides que no eres responsable de las heridas que otras personas te han causado, pero sí que eres responsable de curarlas y de sanarlas»
La clave, desactivar el mecanismo
En mi modelo de terapia , no nos basamos en buscar las causas y los orígenes de los problemas. No nos centramos en preguntarnos ¿Por qué esta persona tiene un problema de autoestima? Más bien nos preguntaríamos: ¿cómo está funcionando su problema de baja autoestima? Buscar el origen y las causas del problema, no siempre nos ayuda a solucionar los problemas. En cambio, estudiar y analizar cómo están funcionando y manteniéndose, sí que nos permite trabajar para ir poco a poco desactivándolos.
Mi trabajo me ha permitido ver con mis propios ojos y conocer a muchas personas que me han demostrado justamente esto, que no tenemos por qué seguir repitiendo los patrones de conducta de ciertos familiares con los que hemos crecido, ni tenemos por qué repetir la historia ya que, si aprendemos qué es lo que necesitamos dejar de hacer para destruir nuestra autoestima y asumimos la responsabilidad de nuestra persona, podemos sanar.
Ojalá que nunca olvides que no eres responsable de las heridas que otras personas te han causado, pero sí que eres responsable de curarlas y de sanarlas. Eso sí que depende de ti y asumir esta responsabilidad es el primer paso para tener una autoestima sana.
Cómo es una autoestima sana
Quizás te estés preguntando: ¿realmente en qué consiste tener una autoestima sana? Para mí la autoestima es la relación que tenemos con nosotros mismos y que, a su vez, influye en cada acto y situación de nuestra vida, así́ como en la relación que tenemos con los demás y con nuestro mundo. Tener una autoestima sana significa vivir tu vida cuidándote y respetándote, te guste o no lo que veas en el espejo. Significa decir que 'no' cuando no quieres, poner límites para protegerte y vivir con la libertad de no depender emocionalmente de nada ni de nadie. La autoestima es como un antídoto que podemos tomar para protegernos de muchos problemas relacionados con la salud mental.
Bien, quizás no has tenido personas en tu vida que te hayan ayudado a aprender a relacionarte contigo de un modo sano. Puede que no te hayan enseñado a cuidarte, protegerte o valorarte como tú necesitabas. Pero ahora, desde tu yo adulto, puedes aprender a hacerlo. Puedes tomar la decisión de cuidar de ti como siempre necesitaste. ¿Sabes por qué? Porque la autoestima no se hereda. No va en nuestra genética. La autoestima se construye y, cada día, podemos construirla o destruirla con nuestras palabras, acciones y decisiones.
Thomas Szasz decía: «El sí mismo no es algo que se encuentra, sino algo que uno crea». Y para crearnos necesitamos liberarnos de los lastres del pasado que nos impiden avanzar, de aquellas creencias que nos limitan y nos hacen sentir incapaces e inservibles.
Así que, no pasa nada si hasta ahora no te has tratado con amor o no has sabido darte lo que necesitabas y si no has sabido cuidarte ni respetarte. Si no lo has hecho hasta el momento, es porque no has sabido hacerlo.
Aunque te hayas rodeado de personas que no hayan respetado tu dignidad y que te hayan hecho sentir, con sus comentarios y acciones, que nunca era suficiente, mereces tener una oportunidad, mereces respeto y que te traten bien. Mereces tener una vida en la que tú te protejas y puedas ser el adulto que necesitaste de niño. Mereces aprender a mirarte como en su día necesitaste que te miraran. Mereces verte con los mismos ojos con los que miras a quienes quieres y cuidas.
Tienes derecho a protegerte poniendo distancia emocional de todo aquello que te robe la paz y te haga sentir una persona poco válida o valiosa.
No voy a engañarte, no podemos borrar el camino por el que hemos transitado, pero sí que podemos elegir otra ruta a partir de este momento.
Así que, ahora que ya sabes que puedes tener una autoestima sana independientemente del pasado duro o difícil que te haya tocado vivir. Ahora ya sabes que no tienes por qué enfrentarte a terapias de larga duración y exponerte a un gran sufrimiento ya que puedes comenzar otro tipo de terapia que te permita entender cómo se está construyendo y manteniendo tu problema. Quizá puede ser el momento para ponerte manos a la obra para aprender a cuidarte y tratarte como siempre has merecido.
Nunca olvides que no hay amor que se base en el descuido y tu amor propio, tampoco.