Alfredo Sanfeliz
«Si nos conocemos a nosotros mismos, entenderemos mejor a los demás»
El escritor Alfredo Sanfeliz publica «Por fin me comprendo» un libro en el que busca explicar por qué somos como somos
Alfredo Sanfeliz no «ha inventado la pólvora», o eso dice él, pero asegura que no es lo que pretende. El escritor, con una larga trayectoria empresarial a sus espaldas, lo que busca es ayudarnos a entender por qué somos como somos; cómo funcionan los series humanos. Para ello publica «Por fin me comprendo» (Kiloma Books), un libro que, de por sí no tiene una misión divulgativa científica; busca contribuir a un mejor conocimiento y comprensión de los fenómenos que determinan el funcionamiento de los humanos.
Noticias relacionadas
El autor tiene claro que no existen fórmulas mágicas para mejorar nuestro bienestar interior, pero sí que el autoconocimiento es clave para ello. Sobre este conocimiento propio, la importancia de las preguntas y de cómo funciona nuestro subconsciente charla en autor con ABC Bienestar, para explicar, o al menos intentarlo, cómo funcionan todos los grises que rodean nuestra vida.
¿Debemos ser estudiosos de nosotros mismos?
Nosotros somos los únicos que gestionamos nuestra vida, y por ello debemos conocernos para poder cuidarnos. Por ejemplo, si tienes una planta, debes saber si necesita sol, qué cantidad de agua requiere, qué tipo de tierra... y con los seres humanos pasa igual. No tenemos nadie que nos riegue, debemos ser nosotros quienes tomemos las decisiones, y para ello debemos conocernos, saber qué nos ayuda y que no.
Conocernos bien es el primer paso para gestionarnos. Y si tenemos un buen dominio propio, podremos entender mejor a los demás; todos tenemos peculiaridades y somos «muy nuestros», y solo conociendo nuestras diferencias podemos ser comprensivos con los demás.
Entonces, ¿dónde recae la importancia, en entender cómo funcionan los seres humanos en general o en cómo funcionamos nosotros mismos?
Yo trato el tema en primera persona, desde el título del libro –«Por fin me comprendo»– pero en realidad es un genérico de que el camino para comprender la humanidad es comenzar comprendiéndonos a nosotros mismos. Estamos llenos de peculiaridades, pero a la misma vez tenemos patrones comunes: la búsqueda de felicidad, del bienestar...
Qué es más importante hoy en día, ¿el dominio de la razón o de los sentimientos y la empatía a los demás?
Depende de en qué ámbito. En el científico, el de los datos, la razón es fundamental y es el único criterio para alcanzar la verdad. En cambio, en nuestras dinámicas sociales nos empeñamos en usar la razón (y tenerla) cuando hay veces que deben imperar los sentimientos.
En la gestión de conflictos, por ejemplo, muchas veces hay que aparcar la razón y redenominar una conversación. Muchas veces asociamos la razón con la superioridad, y es absurdo en empeñarse en tenerla, muchas veces a costa de tu calidad de vida. La razón debe ser un aliado al servicio de algo; nuestras aliadas deben ser las emociones.
¿Es importante preguntarnos los «por qué»?
No es tanto que sea importante, sino que es inevitable. Lo que caracteriza al ser humano, más allá de la conciencia o la memoria, es la inquietud mental. Nos hacemos preguntas constantemente, nos cuestionamos todo, esto es maravilloso porque es nuestra herramienta más protectora, una energía de supervivencia. Pero a la vez es un poco torturante, te quita la paz y sosiego. Si piensas en un animal, este puede tener una paz y una plenitud que nosotros solo alcanzamos con meditación para poder acallar nuestra mente.
¿Qué importancia tiene la voluntad en nuestra vida?
Yo creo que la voluntad es como la gasolina de un coche: es lo que nos permite que, cuando todo va bien, lleguemos a donde queremos. La voluntad es una energía que, a lo largo de la vida, nos ayuda a llegar a nuestras metas, aquello que deseamos.
En el libro dice que el inconsciente es una máquina de aprender, ¿por qué lo considera así?
Es fácil explicarlo con un ejemplo: si conduces, llega un momento que se convierte un proceso casi automático. Lo mismo pasa cuando subes a una escalera mecánica: tu cuerpo de adapta a una nueva velocidad sin que te des cuenta. Nuestro inconsciente nos guía. Si alguien te tira unas llaves, reaccionas muy rápido para cogerlas.
Aunque en las decisiones más serias e importantes meditemos más qué hacer, siempre queda en nosotros una primera impresión, algo que a veces nos lleva a inclinarnos por una cosa y otra y no sabemos decir por qué. En general, cualquier decisión que tomemos está tan condicionada por nuestras creencias y nuestra experiencia pasada, que cuando uno toma una decisión, no eres capaz de razonar por qué prefiere una cosa u otra.
Cita en el libro a Carl Gustav Jung: «Hasta que lo inconsciente no se haga consciente, el subconsciente seguirá guiando tu vida y tú lo llamarás destino». ¿Es esto, de alguna manera, el resumen de la idea de comprendernos?
Es una buena definición, si te fijas en que te conoces, y entiendes qué fuerzas, pasiones y miedos te mueven, dejan de ser inconscientes y puedes enfrentarte a ti mismo. Esto te permite ser más libre; la gente que tiene un alto de nivel de consciencia es más dueña de sí misma.