Psicología
Seis formas de mejorar tu concentración si te despistas a menudo
Establecer rutinas en las que se alterne la atención y la concentración con periodos cortos de placer y gratificación puede ser una buena solución, junto a otras más, de potenciar nuestra atención
Aunque el popular dicho «estás en la luna de Valencia» tiene una connotación diferente según algunos expertos, solemos emplearla cuando vemos que alguien despistado no está prestando atención a una conversación o a una tarea. Y es que encontrar la concentración precisa en algunos momentos resulta ser una labor complicada...
La concentración es una de las habilidades fundamentales que tiene el ser humano para adquirir conocimientos, aprender y poder gestionarse mejor en el día a día. Y, de una manera más simplista, la concentración es la capacidad de estar prestando atención a uno o más estímulos. La atención sería la antesala de la concentración; aparentemente no me puedo concentrar en algo si no mantengo la atención en ese mismo asunto.
Patricia Fernández, psicóloga general sanitaria, forense y de drogadependencias, entre otros, indica que existen diferentes tipos de atención ya que no siempre es posible mantenernos 100% concentrados en una misma cosa… «En función de la necesidad, tenemos atención selectiva, atención sostenida, atención dividida… y se diferencian en la cantidad de tiempo en la que se utiliza dicha habilidad, así como la cantidad de estímulos que somos capaces de sostener», cuenta.
Vivimos en un mundo cambiante, con muchos estímulos distractores, con preocupaciones de las cuales ocuparnos, con un sinfín de variables que interfieren en nuestra concentración que nos impiden o dificultan atender y focalizar nuestra atención en algo, de manera que repercute y disminuye nuestra capacidad atencional. ¿Qué es aquello que te impide o dificulta concentrarte? ¿Es algo que puedes cambiar o simplemente tienes que aceptar?
«Saber qué es lo que te desinfla te ayudará a saber si tienes que aceptar cierto grado de malestar ya que no puedes cambiarlo o sí puedes porque está en ti el cambiarlo… Hay veces que en consulta nos encontramos a adolescentes que no se concentran en sus estudios, que 'viven en la inopia' o que tienen desinterés… y justamente eso último es lo que hace que no lleguen a concentrarse y que muchas veces, directa o indirectamente, hagan por no hacerlo», manifiesta Patricia Fernández, añadiendo que una persona, en algún momento, tiene que tolerar cierto desagrado , entender que no es lo más apasionante del mundo pero aun así «tener que focalizar y redirigir su atención a dicha actividad que no le apasiona o gratifica tanto».
Hay muchos aspectos que influyen en la atención y concentración, como por ejemplo:
Factores internos . «Las emociones también juegan un papel importante en nuestra atención, normalmente con emociones más agradables estoy más predispuesto a atender a mi entorno. El interés que tenga la persona por determinada actividad, la fatiga y el cansancio, tener estrés, etc.», cuenta.
Factores externos . Todo lo que tenga que ver con el propio estímulo, el tamaño, la intensidad, la familiaridad, así como el entorno y todos los estímulos distractores que puede haber.
Por tanto, la concentración se puede trabajar para mejorarla, además de alejar de nosotros aquellos factores que nos impiden alcanzar la atención requerida.
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