Personas altamente empáticas: así son y así sufren en el trabajo

Cultivan la curiosidad por los desconocidos, tienen pocos prejuicios, escuchan y se abren a otros, pero corren el riesgo de vivir como propio el sufrimiento de otros

La empatía es un valor en el trabajo, pero siempre que no sintamos como propio el sentimiento ajeno.
Raquel Alcolea

Raquel Alcolea

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Eva llega al trabajo con los ojos hinchados. Apenas ha dormido porque acaba de romper con su pareja, pero el efecto de la mascarilla hace que le resulte fácil disimular su angustia. Saluda con un «buenos días» lo más enérgico posible y procura pasar desapercibida. Lo consigue. Es fácil que no te miren cuando estás en un trabajo en el que cada uno va a lo suyo. Pero lo que no logra es escapar al radar de Carmen. «Te invito a un café», le dice. Eva se levanta como una autómata y la acompaña. Ambas se sitúan frente a la máquina del café y Carmen mira a Eva en silencio, con cariño. «¿Cómo estás?», pregunta. Eva rompe a llorar...

Si siguiéramos esta historia podríamos complicar el nudo o incluso darle múltiples desenlaces. Pero en este caso el desenlace es que Carmen se queda tan hecha polvo como Eva tras su conversación con ella. ¿Es esto normal? No tendría por qué. La cuestión es que algunas personas, que se caracterizan por ser altamente empáticas , son como una especie de antena receptora que captan el sufrimiento de otros y que además corren el riesgo de vivirlo como propio, según revela José Miguel Sánchez , psicólogo especialista en entornos empresariales y autor de los libros 'El viaje del líder', 'La experiencia de resetearse' y 'Poderoso como un niño'.

Las personas altamente empáticas se caracterizan porque cultivan la curiosidad por los desconocidos, porque tienen pocos prejuicios , porque escuchan y se abren a los otros, porque inspiran acciones que ayuden a llevar a cabo cambios en la sociedad y, en algunos casos más extremos, porque «prueban a vivir la vida de los otros», según apunta Sánchez. Sin embargo, el experto explica que todas estas características que a priori pueden parecer positivas pueden tornarse en negativas si esa persona llega a asumir como propio el sufrimiento de la otra persona. De hecho, el psicólogo afirma que la personalidad hace que empaticen demasiado con las emociones positivas y negativas (especialmente con estas últimas) de otras personas. «Cuando sienten que alguien sufre y no pueden hacer nada por ayudarla pueden acabar viviendo estrés, ansiedad, tristeza, agotamiento o frustración», destaca.

En general la empatía es un valor en sí misma y, tal como precisa Sánchez, es un factor clave para el éxito en el trabajo . Pero para que esa empatía sea constructiva existen cinco claves que, según el experto, son indispensables:

1- Estar presente. Cuando estés con otra persona, recuerda que estás para ella. Sin móviles, sin internet, sin correo electrónico y sin otras distracciones.

2- Escucha empática. A la hora de escuchar se escucha «desde el otro, desde su persona y desde sus circunstancias», no desde las mías.

3- Haz preguntas poderosas. Para empatizar necesitas obtener información sobre la otra persona, porque eso te ayudará a conocerla mejor y ponerte en su lugar.

4- Calibra sus emociones. Es importante leer lo que no está diciendo con palabras, es decir, sus silencios y su comunicación no verbal, pues ambas transmiten también sus emociones.

5- Conexión . Si se siguen los pasos anteriores es probable que se genera una conexión entre ambas personas que hará que nos sintamos bien gestionando la tarea o el problema que, o bien tengamos que afrontar juntos, o bien tenga esa persona.

Tipos de empatía

Además de ese esfuerzo por lograr una empatía constructiva el experto nos invita a distinguir entre los distintos tipos de empatía. Por un lado estaría la empatía cognitiva , cuya esencia podría describirse con la frase «entiendo como piensas y soy capaz de pensar como tú». Por otro estaría la empatía emocional que implica: «entiendo sus emociones y soy capaz de sentirlas». Y por último habría que citar la preocupación empática , que se manifiesta con «entiendo tu sufrimiento y hago lo que está en mi mano para reducirlo».

¿Cuál de ellas sería la más interesante? Tal como apunta el psicólogo, los líderes de equipo, por ejemplo, deberían manejarse bien en los dos primeros y sentirse cómodos en el tercero; mientras que como miembro de un equipo moverse bien en los dos primeros permite generar un entorno que facilita la solidaridad, el compañerismo y la consecución de objetivos comunes.

Para otros ámbitos más allá del trabajo habría que valorar la situación y las circunstancias pero, como apunta Sánchez, una madre o un padre debería dominar los tres tipos de empatía.

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