El perfil de las secuestradoras de bebés: «No quería aceptar que había perdido a mi cuarto hijo»
La psicóloga Lara Ferreiro sostiene que se cumple un patrón común en las mujeres que raptan a un recién nacido
La semana pasada se produjo el robo de un bebé en el Hospital de Basurto (Bilbao) . La presunta secuestradora, de 24 años, se vistió de sanitaria y explicó a los padres de la criatura que tenía que hacerle algunas pruebas. Nunca volvió. Pero a la mañana siguiente, al verse acorralada, dejó al niño en el felpudo de una casa, informando la Ertzaintza de que el bebé estaba sano y a salvo.
Según han contado sus vecinos en numerosos medios, llevaba meses fingiendo un embarazo, hasta el punto de enseñar a sus más allegados pruebas médicas que confirmaban su estado y ser vista comprando ropa para su supuesto bebé.
No es la primera vez que ocurre algo parecido. En 2019, Arantxa Gutiérrez, entonces con 47 años, también secuestró a un recién nacido en el Hospital de Guadalajara, días después de que su bebé muriera. Para ello se hizo pasar por pediatra y les dijo a los padres que tenía que hacerle la prueba del talón. El suceso también se resolvió sin tener que lamentar ningún daño.
Tras pasar tres años y medio en la cárcel cumpliendo condena por este delito, Arantxa cuenta a la psicóloga Lara Ferreiro cuál fue el detonante que la llevó a robar aquel niño: la muerte de su cuarto hijo . «Esto no fue planeado. Creo que mi cabeza me jugó una mala pasada», manifiesta.
Además asegura que no quería hacerle daño, que pensaba que era su propio hijo hasta que la policía le hizo entrar en razón. Totalmente arrepentida, pide perdón a los padres y a aquel niño que se llevó. Y, aunque considera justa su condena y es plenamente consciente del delito que cometió, cree que su sitio no estaba en la cárcel, sino en un hospital psiquiátrico .
Perfil de las secuestradoras de bebés
Ferreiro sostiene que se cumple un patrón común en las mujeres que secuestran a un recién nacido. «Suelen tener una edad comprendida entre los 20 y los 50 años, teniendo hijos en ciertos casos, y con algún trauma relacionado con la maternidad , ya sea un niño fallecido o algún aborto».
Los embarazos psicológicos pueden ser también uno de los motivos. «Hay mujeres que si se hicieran un test darían un falso positivo, porque realmente ellas creen que esperan un hijo», señala la psicóloga. De hecho, su propio cuerpo experimenta síntomas propios del embarazo, como náuseas o mareos. «Otras son vírgenes, no han tenido nunca pareja, o tienen problemas de infertilidad, y quieren de alguna forma ser madres».
Es importante destacar que son mujeres que no quieren dañar al bebé , «aunque por supuesto sea algo perverso para los padres de la criatura». La psicóloga considera que entran en una especie de delirio o psicosis, creyéndose la propia madre del niño o su madre adoptiva.
