Los 88 peldaños de la gente feliz
Peldaño 44: «Por cada cofre que tiene una oportunidad, hay una frase con la capacidad de abrirlo»
En este capítulo de «Los 88 peldaños de la gente feliz» te explico cómo existe un «guion del éxito» que te ayudará a solventar problemas
Con una frecuencia que suele ser anual, organizamos en Madrid mi mayor evento de desarrollo personal. Es un evento multitudinario que atrae a personas de todos los rincones de España y parte del extranjero. Si me sigues, seguramente ya lo conozcas. Se llama el Día del Éxito (con la compra de este libro tienes acceso gratis al vídeo completo del Día del Éxito entrando en www.88peldaños.com; te invito a entrar ya si no lo has hecho todavía). Y uno de los temas que directa o indirectamente siempre acabo tocando en ese evento es el del «guion del éxito», dada su enorme repercusión en todas las demás áreas.
El guion del éxito podría resumirse de esta manera: es un conjunto de frases ganadoras, cada una de las cuales ha sido diseñada estratégicamente para ser la frase perfecta para el momento perfecto. Son frases que lleva tiempo encontrar, pero que, una vez encontradas, puede tenerse la certeza de que, aplicadas a la situación adecuada, funcionarán siempre. El proceso requiere, por un lado, dar con esa frase ganadora para cada situación y adaptarla a uno mismo para sentirse cómodo con el resultado final (algo que no se consigue a la primera), y por otro, memorizar cada una de sus palabras de forma literal, sin agregar ni restar nada, ya que, si realmente es una frase ganadora, no necesita modificación.
El segundo propósito de este Peldaño es ofrecerte un par de ejemplos de guion del éxito, con frases ganadoras para diferentes escenarios . Pero el primero es que trasciendas estos ejemplos y que, al elevar tu nivel de consciencia durante la lectura de este Peldaño y ser conocedor de la existencia de los guiones del éxito y de su enorme poder, tú mismo te muestres inconforme con éstos y te predispongas a generar mil más.
Imagínate que...
Estás con tus amigos en un bar. Alguien lanza un acertijo y nadie parece conseguir resolverlo excepto tú. Tu amiga Marta, la chica que lanzó el acertijo, te sonríe, te mira a la cara y te lanza un piropo que le sale del alma. «Siempre dije que eras brillante», exclama. Nada más oír el piropo, dos energías recorren tu cuerpo a toda velocidad haciéndote sentir un ardor de los pies a la cabeza. Una energía procede de lo halagada que te sientes; la otra de lo mucho que te ruboriza, dado que no tienes ni idea de cómo gestionar el piropo. Tu mayor miedo es parecer engreída, así que tu inseguridad te lleva a hacer cualquier cosa menos aceptarlo. Primero te tocas el pelo. Luego te atas los zapatos. Y finalmente sueltas un comentario que niega el piropo con la intención de ser modesta, pero cuyo efecto es el contrario del que buscabas: «Qué va... No soy para nada brillante». En consecuencia tu piropeadora se siente cortada y en cierto modo rechazada. Una semana más tarde, justo cuando iba a regalarte otro piropo, cambia de opinión y decide callárselo.
¿Con qué guion del éxito se podría haber solucionado?
• Qué amable eres. Gracias por tus palabras.
Tu esposa y tú os habéis enfadado. Los dos deseáis que el otro dé el brazo a torcer. Ninguno lo hace. Ambos decidís iros a dormir sin resolver la disputa y retirando amor en lugar de dándolo, a pesar de ser conscientes de que ese tipo de desencuentros a la larga dañan la relación.
¿Con qué guion del éxito se podría haber evitado?
• Los dos creemos que tenemos razón. ¿Te parece si cedemos ambos?
Tu jefe te hace responsable delante de todo el equipo del fracaso del evento anual de tu empresa para captar clientes. El fracaso no fue responsabilidad tuya, sino de un pedido de vuestro proveedor que no llegó a tiempo. Te sientes humillado, te enfureces y como resultado del calentón, decides dejar tu trabajo en el acto.
¿Con qué guion del éxito se podría haber evitado?
• [A tu jefe.] Estamos a cinco minutos de resolver el malentendido. ¿Me los concederías?
«Antoñito, ¿has hecho los deberes?». Antoñito no ha oído nada de lo que le acabas de decir porque está superando el cuarto nivel de su vídeo-juego preferido. «Ayer me dijo tu maestra que tenías que mejorar en matemáticas y estoy muy preocupada». Antoñito mata a cuatro de los malos y pasa del nivel cinco al seis. «Si no me haces caso, se lo voy a decir a tu padre». Antoñito acaba de conseguir un nuevo récord personal. Está eufórico. Tú no tanto. Te da la sensación de que tus consejos le entran por un oído y le salen por otro, pero esa sensación es incorrecta. Nunca le llegaron a entrar.
¿Con qué guion del éxito se podría haber solucionado?
• Necesito que me mires a los ojos.
«Igual que primero cavas el hoyo y luego plantas el árbol, primero capta la atención, y luego da tu mensaje»
Lo único que te separa del resultado más favorable es la frase más acertada.
#88PeldañosGenteFeliz
Por cada cofre que encierra una oportunidad, existe una frase ganadora con la capacidad de abrirlo.