Psicología
«Una microbiota alterada puede crear cuadros depresivos»
Amanda Rodríguez-Urrutia publica 'Siente lo que comes' (Diana) donde aborda la sorprendente realidad acerca del intestino y por qué equilibrar la microbiota es clave para cuidar nuestra salud mental
Pese a que últimamente la mayoría de medios de comunicación dedicados a la salud hablamos de microbiota , no se trata de ninguna moda que vaya a pasarse de aquí a unos meses. De hecho, esto es solo el comienzo de todo lo que queda por descubrir sobre esta selva interna que tenemos los seres humanos. Eso sí, cabe destacar la petición número uno de Amanda Rodríguez-Urrutia, médico psiquiatra, doctorada en psiquiatría e investigadora, que no es otra que se hable con rigor de este conjunto de microorganismos.

Cada vez se sabe más de la relación entre la microbiota –el conjunto de bacterias que viven en nuestro intestino– y la salud. Pero, ¿sabías que su estado también tiene mucho que ver con nuestro bienestar mental? ¿Que existen unas sustancias llamadas psicobióticos, presentes en ciertos alimentos, que pueden ayudarte a sentir menos ansiedad, tristeza o irritación? ¿Que en función de cómo cuidas de las bacterias que viven en tu intestino podrías estar ayudando a tu cuerpo a prevenir enfermedades como la depresión?
Y es que el intestino está estrechamente relacionado con el cerebro en una permanente comunicación que condiciona nuestra forma de estar en el mundo. La doctora Amanda Rodríguez-Urrutia, un referente en este ámbito y autora de 'Siente lo que comes' (Diana), nos desvela en este libro los misterios de uno de los órganos más desconocidos del cuerpo humano. Lejos de fórmulas mágicas y basada en los últimos descubrimientos científicos, con la propuesta de la doctora distinguirás los alimentos más adecuados para potenciar tu salud, la importancia del ejercicio físico y de un descanso adecuado, así como muchas otras ideas que te ayudarán a tomar conciencia de que la salud de tu mente empieza en el sistema digestivo.
En lo que llevamos de mes es la segunda entrevista que hago en relación a la microbiota, y en ambas ocasiones por la publicación de un libro. ¿Existe realmente una necesidad de conocer qué es la microbiota?
Saber por saber está muy bien, pero en este caso es importante también conocerla en profundidad porque tiene implicaciones sobre nuestra salud. Todo lo relacionado con la microbiota es relativamente nuevo, pero es fundamental dar informaciones verídicas porque a veces lo que se cuenta de ella no está basado en metodologías científicas. Hay que ser rigurosos con la información que damos y es primordial que se haga llegar el mensaje de que no es cuestión de modas. Todavía falta mucho camino por recorrer, pero ya hay varios avances.
De hecho, todos los especialistas abordan este tema. En la psiquiatría, por ejemplo, se sabe que el desarrollo del cerebro está relacionado con la microbiota; este no se va a desarrollar correctamente en la adultez si no tenemos una microbiota bien estructurada. La microbiota tiene impactos en nuestra salud.
¿Cómo sé si tengo una buena microbiota?
Estamos en premiliminares, pero ya se pueden hacer recomendaciones, como por ejemplo de suplementos. En cada lugar hay una microbiota diferente, no la hay única, y lo importante es que esté sana. Los primeros tres años de vida son fundamentales para la estructuración de nuestra microbiota. Si un niño está en contacto con antibióticos desde sus inicios, tiene un impacto muy fuerte en su desarrollo microbiano.
No fumo, rara vez bebo alcohol, procuro estar activa… ¿eso me garantiza una buena microbiota?
A priori, no garantiza nada porque no sabemos de qué depende la salud, pero esto favorece que al menos aporte cosas positivas a tu microbiota. Llevando una dieta mediterranea, si se duerme las horas necesarias... todo esto ayuda. Sabemos poco y lo que hablamos hoy puede que en unos meses no sirva porque ha cambiado.
¿Qué queremos decir cuando decimos que tenemos una microbiota alterada? ¿Lo notamos en nuestro interior?
Una microbiota alterada puede producir cambios intestinales como diarrea, dolor abdominal, estreñimiento, flatulencia… Además, sabemos que una microbiota alterada puede crear también cuadros depresivos. Se trata de un gran avance llegar a dar estas afirmaciones.
¿Qué tipo de conexión tiene la microbiota con el cerebro?
La microbiota establece conexión con el cerebro mediante las vías básicas del sistema inmunológico, hormonal y endocrino. Son sistemas muy potentes que envían mensajes bidireccionales además de sustancias por el torrente sanguíneo que va por todo el cuerpo y al cerebro. Sabemos que todo es un bucle bidirecional, de dentro a fuera. Lo que comes impacta en el cerebro y tu cerebro impacta en esa microbiota.
Las relaciones entre el cerebro y el sistema digestivo son muy potentes y bidireccionales. Durante un tiempo, la idea predominante era que el cerebro se relacionaba de manera unidireccional con el sistema digestivo, que el sistema nervioso entérico era otro sistema de la periferia. Sin embargo, ahora podemos observar mejor la relación que se establece entre todos los sistemas: si se altera el cerebro, el sistema digestivo y los otros sistemas pueden verse alterados; pero si se altera el sistema nervioso entérico, este también puede afectar al cerebro y a otros órganos mediante cascadas hormonales, neuronales e inmunitarias
¿Solemos tener malos hábitos con la comida cuando reunimos problemas psicológicos?
El paciente depresivo come mal y por eso puede tener una microbiota alterada pero sabemos que ocurre también al revés, es decir, que alguien que come fatal termina depresivo. Hay quienes a raíz de una gastroenteritis, por ejemplo, generan un trastorno depresivo. Para entenderlo hay que pensar en que la barrera intestinal ha dejado pasar sustancias que no debería haber dejado pasar y esto impacta de manera negativa en el cerebro. Si el sistema digestivo va mal, toda tú vas a estar mal. Una persona con un cuadro depresivo no está mal solo de ánimo, tampoco come bien, no se relaciona bien... Todo el cuerpo se deprime. Por tanto, si no comes bien, tienes más posibilidades de padecer una depresión.
Mediante personas y actores de la medicina que ahora mismo no están pero estarán, nos van a poder interrelacionar todas las informaciones del individuo biológicas para una respuesta mas adecuada. Yo no puedo hablar a un paciente de todo lo que le ocurre, solo puedo medir una parte. Pero en un futuro podremos darle un tratamiento completo de lo que necesita. Tardaremos, como todo en la vida, pero lo conseguiremos. ahora mismo estamos en los inicios.
Antes hablaba de suplementos, ¿los aconseja?
Hay que ir con cautela. En la farmacia, por ejemplo, venden de todo tipo pero no son para todo el mundo. Si estás sana, déjate de probióticos; estos están pensados para mejorar a alguien que los necesita. Tengo amigos que toman suplementos y no les sirven de nada porque si están sanos, no lo van a notar.
La realidad es que hay un furor vitamínico sin rigor científico y, aunque quiero pensar que no hacen daño, pueden generar malestar en algunos casos porque son sustancias vivas que sumas a tu microbiota. No hay que tomarlos sin ningún criterio y, por supuesto, no todos los necesitamos.
Sobre Amanda Rodríguez Urrutia
Amanda Rodríguez-Urrutia es médico psiquiatra, doctorada en psiquiatría e investigadora. Trabaja en el Servicio de Salud Mental del Hospital Vall d’Hebron. Tiene una gran experiencia en el ámbito de la psiquiatría psicosomática y en el tratamiento de los trastornos mentales. Su inquietud por la investigación la ha llevado a profundizar en las relaciones entre el sistema nervioso central y el autónomo, y en los mecanismos sistémicos alterados de trastornos mentales como la depresión. Actualmente trabaja en el macroproyecto europeo DISCOvERIE, que investiga los mecanismos cerebro-intestinales comunes de patologías como la depresión o el síndrome del intestino irritable.
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