El falso mito de que tu trabajo tiene que hacerte feliz

Joan Gallardo te muestra en su libro 'Nunca renuncies a ser feliz' cómo tomar las riendas de tu vida y conseguir todo aquello que te propongas

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Sandra Palacios

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Joan Gallardo, autor de 'Nunca renuncies a ser feliz' P. B.

El ser humano siempre anda en busca de la felicidad , de la misma forma que trata de saciar su hambre o su sed, pero en muchas ocasiones se hace complicado encontrarla. Joan Gallardo, escritor y coach, te muestra en su libro ' Nunca renuncies a ser feliz ' (Grijalbo) cómo tomar las riendas de tu vida para conseguir todo aquello que te propongas y derribar los obstáculos que te impiden alcanzar esa felicidad.

Si alguien quiere ser feliz, ¿qué es lo primero que debería hacer?

Mejor dicho, lo que nunca debería hacer es renunciar a ser feliz, porque si no hay una disposición o la persona cree que es algo imposible para ella, obviamente esa felicidad no saldrá de un huevo Kinder. Por tanto, se privará de entrada de acometer las acciones necesarias para salir de la infelicidad en un primer término.

¿Cómo sabe una persona que es feliz?

En el primer capítulo del libro ofrezco lo que es mi definición de felicidad: «Felicidad es igual a paz interior; paz interior es igual a felicidad». A partir de ahí, la persona tiene que preguntarse por ese nivel de paz y orden interior, pues aquellas que son infelices y no saben cómo encontrar esa felicidad, viven un caos interno.

En su libro menciona los obstáculos que impiden alcanzar la felicidad. ¿Cuál diría que es el que más cuesta derribar?

La relación con uno mismo. Ahí hay un añadido, que he visto muchas veces a lo largo de mi experiencia profesional, que es que aquella persona que aparentemente lo tiene todo (una buena pareja, trabajo, dinero, una familia unida) no experimenta esa felicidad. Entonces ahí te preguntas: «Si lo tengo todo para ser feliz, ¿por qué no lo soy?». Y es porque falla el primer gran obstáculo, que es la relación con uno mismo.

¿Tiene un trabajo que hacerte feliz?

Esta cuestión la trato porque es un gran mito. Obviamente es mejor si tu trabajo te aporta felicidad, pero no es imprescindible. Lo que no puede ser es que te aporte infelicidad. En ese caso, sí que se tienen que tomar las medidas necesarias para acabar dejando ese puesto de trabajo.

«Muchas veces se abandonan empleos cuando eso no es lo que falla, sino que es un subproducto de otros problemas», Joan Gallardo

¿Qué podemos hacer si hemos elegido una profesión y nos damos cuenta de que no es lo nuestro?

Primero debe haber una cuestión sincera con uno mismo, una conversación introspectiva donde nos preguntemos si es eso lo que está fallando o son otras cosas, porque muchas personas no tienen bien ordenada su vida fuera del trabajo y presentan una amargura que se expande a otros campos, también al laboral. Entonces, muchas veces se abandonan empleos cuando eso no es lo que falla, sino que es un subproducto de otros problemas. Pero si hemos hecho este ejercicio y hemos descubierto que nuestro trabajo nos hace más infelices, hay que preparar una salida como sea.

¿Qué herramientas se pueden utilizar para ello?

Es tan sencillo como empezar a buscar otro trabajo sin dejar el actual. Por esta vía he arreglado el 80% de esta casuística. Luego hay otros trabajos que dan tanta infelicidad a la persona que muchas veces lo mejor es dejarlo, no ir más y lanzarse un poco a la aventura. Aunque estos son casos muy extremos, donde la persona presenta un alto grado de ansiedad por acudir al trabajo, por lo que hay que tomar medidas más drásticas.

Sobre todo, lo que agobia mucho a la gente es pensar que se va a hacer viejo en ese trabajo. Por ello, cuando empiezan a sentir que tiene un punto y final, de repente, lo toleran mucho más y empiezan a relacionarse de una forma distinta con su empleo. Y en muchos casos, de hecho, deciden no dejarlo, pues se dan cuenta de que están ahí por decisión propia, aunque luego haya factores externos que parezca que le están obligando.

¿Aumentar el capital laboral da más libertad en este sentido?

Quien tiene mucho capital laboral, raro es que esté en un trabajo que no le gusta. Pero sí es cierto que si tienes un empleo que no te gusta o te hace infeliz, puedes empezar a aumentar tu capital laboral en tu tiempo libre. Ahí es donde muchas personas se atreven a montar su propia empresa o empiezan a hacer una transición hacia otro trabajo completamente distinto. Aumentar ese capital laboral da muchísimo poder, porque te da muchas opciones. Y cuantas más opciones tiene una persona, más autoconfianza y autoestima siente. Además, una persona que tiene autoestima no toleraría estar haciendo un trabajo que le hace infeliz.

Respecto a la gente que opta por abrir su propio negocio, ¿qué deben tener en cuenta antes de hacerlo?

Muchas cosas, ya que emprender un negocio no puede depender de una decisión que se tome en un día. Se debe pensar bien, se tienen que hacer muchos números y un estudio previo del campo en el que uno se quiere meter. En el libro ofrezco una serie de historias reales de clientes que fallaron a la hora de montar un negocio porque no hicieron ese trabajo previo. Hay muchas personas que creen que porque aman mucho un hobby, lo pueden convertir en una empresa de éxito o en un oficio que les solvente la vida. Y eso pocas veces acaba bien.

«Nos quejamos demasiado y no desde un punto de vista constructivo, porque si esa queja desembocara en una fase de coraje y luego en una de acción y ejecución, sería bueno», Joan Gallardo

Como el caso del chico que abrió una tienda de surf...

Exacto, ese es un caso muy representativo, y es que aquí en Mallorca casi no sopla viento, no hay olas. Tenía otra chica que le encantaba hacer manualidades y la pillé apunto de ir a echar los papeles para darse de alta como autónomo. Sin embargo, cuando le enseñé la realidad de lo que supone ser empresario en España, se echó para atrás.

En este caso, cuando la persona empieza no puede dejarse llevar por las emociones y convencerse de que todo va a ir bien, porque no es así, emprender presenta unas dificultades. Si uno no está seguro, pero aun así se quiere lanzar, no debe poner en juego una cantidad de dinero enorme de la que dependa para seguir viviendo con cierta normalidad y dignidad. Hay gente que empieza un negocio, le parece que va bien y pide un gran crédito o se juega un dinero que no puede perder. Y eso a veces sale bien, pero la mayoría de las veces sale mal. Por eso es importante saber también de contabilidad, matemáticas y negocios.

¿Cree que tenemos la manía de quejarnos por todo?

Creo que nos quejamos demasiado y no desde un punto de vista constructivo, porque si esa queja desembocara en una fase de coraje y luego en una de acción y ejecución, sería bueno. Estoy en contra de ese lamento que simplemente se queda en eso y no va a nada más, pues me parece que no es constructivo y no lleva a nada bueno.

¿Cómo empezar a derribar esos obstáculos?

Gran parte de mi trabajo se basa en deshacer todo autoengaño posible y esa es la primera cuestión que suelo atacar: muchas veces nos contamos una narrativa que no coincide con la verdad y a partir de ahí es imposible trabajar. Lo primero de todo es decirse la verdad. Como decía Dostoievski en los hermanos Karamazov: «No mientas, pero sobre todo, no te mientas nunca a ti».

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