Hábitos saludables
Esto es lo que el exceso de pantallas y la luz azul hace a tu cuerpo
La exposición a la luz azul, la «sobreinformación» y el abuso de redes sociales son altamente perjudiciales
![Debemos intentar establecer un límite para reducir el uso de pantallas diario](https://s3.abcstatics.com/media/bienestar/2020/04/18/uso-pantallas-excesivo-kRYB--1248x698@abc.jpg)
Si con normalidad utilizamos el móvil y estamos frente a un ordenador muchas más horas de las que deberíamos, desde que empezó el confinamiento derivado de la crisis del coronavirus estos momentos han aumentado exponencialmente: hay quienes, desde el momento en el que abren los ojos hasta la hora de irse a dormir no se despegan de una pantalla.
El teletrabajo, la conexión con nuestros seres queridos y gran parte de nuestro ocio están directamente relacionados con los aparatos electrónicos. Por eso, ahora más que nunca debemos esforzarnos por controlar su uso en beneficio de nuestra salud.
Estar sobreexpuestos a las pantallas tiene más aspectos perjudiciales de los que en un primer momento parece. Rafael San Román, psicólogo de la plataforma ifeel, destaca la incidencia que tiene este uso en el factor «puramente físico», como puede ser su impacto negativo en nuestra vista (la necesidad de forzarla antes pantallas pequeñas o el brillo de estas ) o la sobreestimulación que genera en nuestro cerebro. La psicóloga Gabriela Paoli, por su parte habla de cómo se ve afectada nuestra higiene postural , lo que puede derivar en dolores, por ejemplo de las cervicales o la zona baja de la espalda, así como dolores de cabeza o el entumedecimiento del cuerpo en general.
La profesional hace hincapié en que, al afectar a nuestro higiene de sueño , las pantallas crean una cadena que tiene un impacto en casi todos los planos de nuestra vida. «Utilizamos todo el día el ordenador, para trabajar, para hablar con nuestra familia, para ver películas y series. Esto, debido a que se «vampirizan» nuestras horas de sueño , repercute en la calidad de nuestro descanso y lo empeora», dice la experta y continúa: «Al dormir menos nos cuesta más enfrentarnos al día a día: comenzamos a comer peor, hacemos menos ejercicio y tenemos peor ánimo. Poco a poco afecta al total de nuestra calidad de vida».
Informarse en exceso
Otro de los riesgos derivados del uso de pantallas, especialmente en estos tiempos de coronavirus, es la «intoxicación informativa» . Esto se produce cuando nos sentimos bombardeados por una cantidad de noticias casi inabarcables. Aun así, advierte el psicólogo de ifeel que muchas veces el problema no es la gran cantidad de noticias, si no que «nos intoxicamos porque nos informamos con falsa información , o con información de falsa utilidad, es decir, nos desinformamos». «Eso, tanto en pequeñas dosis como en abundancia, no es sobreinformarse, sino mal informarse», asevera.
A la hora de reducir el uso de pantallas diario, ambos psicólogos coinciden en que debemos hacerlo de manera coherente y no tomar decisiones drásticas. «La cosa no es que tengamos que aislarnos en una cápsula ajena a todo ítem sobre la situación que estamos viviendo, simplemente debemos dosificar , ser más selectivos, más críticos, menos impulsivos o reactivos», explica Rafael San Román.
Limitar el «ocio digital»
Por su parte, Gabriela Paoli explica que debemos entender que, en estos momentos de cuarentena, «estamos en modo supervivencia», por lo que debemos contextualizar la situación y entender que es normal que utilicemos más móviles, ordenadores y pasemos más horas frente al televisor. «Debemos utilizar las redes para nuestro beneficio . Si pasamos gran parte del día teletrabajando y después tu tiempo de ocio es digital, no te despegas nunca», advierte y recomienda intentar llevar a cabo otras actividades. «Simplemente salir al balcón o asomarnos un rato por la ventana, hacer ejercicio, dibujar, tocar un instrumento... cualquier cosa es buena», comenta y recomienda no dedicar más de dos horas diarias al «ocio digital».
Rafael San Román recomienda intentar establecernos un límite para el uso de estas pantallas. «Se trata de poner orden en mis hábitos a través de conductas relativamente sencillas de cumplir». Gabriela Paoli da como consejo descargar una aplicación que nos muestre el tiempo que pasamos al día en el móvil, para poder ser consciente de la cantidad de horas que suponen de nuestro día. «¿Puedo bucear, incluso chapotear, en mis redes sociales? Claro, un ratito al día. ¿Puedo ver telediarios? Claro, uno, no tres más sus subproductos. No deben ser decisiones drásticas, si no sencillas», concluye Rafael San Román.
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