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Psicología

Compararse con los demás no es tan malo como nos han hecho creer

No todo es blanco o negro y las comparaciones, bien enfocadas, pueden ser muy productivas en nuestro día a día

Qué ocurre cuando nos comparamos con los demás. Adobe Stock
Melissa González

Melissa González

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Toda la vida aprendiendo y escuchando que las comparaciones no son buenas para que ahora sepamos verle puntos a favor... Lo cierto es que estar comparándote puede ser agotador e incluso contraproducente, pero existen situaciones y momentos en los que las comparativas, lejos de hundirnos, nos motivan, aunque siempre dependerá de la forma en la que lo hagamos.

Por ejemplo, si nos comparamos siendo conscientes de nuestras propias habilidades y recursos , y cogemos esa comparación como aprendizaje, podemos obtener grandes beneficios de ello. En cambio, uno puede compararse desde la creencia de que la valía depende de ser «el mejor» o «mejor que», y probablemente no se obtenga ningún aprendizaje de esa comparación sino todo lo contrario.

Alejandra Gabaldón Alonso, psicóloga de El Prado Psicólogos , explica que el acto de compararse con los demás es «una forma de obtener información valiosa del entorno », que nos ayuda a funcionar en él: «Es algo que forma parte de nosotros como especie que vive en sociedad. Desde que nacemos, aprendemos mucho observando a otros e imitando, como un niño que se fija en cómo habla su madre e imita los sonidos para aprender a hablar».

Si detectaras que las comparaciones que llevas a cabo son dañinas, deberías entender que no es necesario ser mejor que nadie ni ser perfecto, que se pueden cometer errores y no saberlo todo. Según Alejandra Gabaldón Alonso, hay que practicar el ser amable con uno mismo, «entendiendo que cada persona tiene cualidades, herramientas y aprendizajes diferentes, y que el objetivo no es ser perfecto o mejor que otros, sino poder apreciarse a uno mismo por lo que se es y aprender a sacar la mejor versión de sí mismo».

Aprendizajes necesarios

Podemos sacar muchos aprendizajes de las comparativas, siempre y cuando lo hagamos desde una mirada amable hacia nosotros mismos.

Por ejemplo, tal como anima a hacer la psicóloga de El Prado Psicólogos, podemos aprender a valorarnos a través de la mirada de los otros : qué aporto yo, qué valoran los demás en mí, qué logros he alcanzado, qué aspectos quiero mantener o potenciar de mí mismo... «Esto me puede ayudar a agradecer cosas que hay en mi vida a través de la experiencia de otros. Por ejemplo, puedo no valorar tener una casa en la que vivir, pensar que es algo nimio y, sin embargo, apreciarlo más cuando me doy cuenta de que otras personas no tienen esto».

También podemos aprender mucho apreciando en otras cualidades, recursos o aprendizajes que nos parecen beneficiosos. Un ejemplo de esto sería darme cuenta de que no hago ejercicio físico suficiente observando a personas de mi entorno que dedican más tiempo a ello, y ser consciente de lo bueno que puede ser viendo los beneficios que tiene para ellos, y que esto sea un motor que me impulse a ponerlo en marcha en mí mismo.

El papel de la autoestima

La psicóloga Alejandra Gabaldón Alonso indica que, ante todo, el cerebro busca la coherencia; busca confirmar las hipótesis, no falsearlas. Si parto de la idea, dice la experta, de que soy peor que los demás, buscaré señales que confirmen esta idea, me compararé siempre de tal manera que la conclusión sea «soy peor que el resto». Por el contrario, si parto de la idea de que soy una persona válida tal y como soy, me compararé para aprender , pero esa comparación no me hará sentir mal conmigo mismo ni con los demás.

La autoestima , la autoimagen o el autoconcepto guiarán esas comparaciones. «Podemos, a su vez, generar un impacto positivo o negativo en esa autoimagen o autoconcepto con las comparaciones que hagamos, es decir, podemos ayudarnos a sentirnos mejor con nosotros mismos si nos ayudamos a compararnos con los demás de una forma funcional y adaptativa», dice la psicóloga, que recomienda el siguiente ejercicio: «Tenemos que preguntarnos '¿cómo me diría esto si yo fuese mi mejor amigo?'».

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