Psicología

Apatía: cómo nos hace sentir la indiferencia de los demás

Cuando recibimos indiferencia por parte de alguien tratamos de adivinar qué es lo que piensa o siente sobre nosotros

Melissa González

Melissa González

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Recibimos información en nuestros teléfonos móviles a todas horas y de todos nuestros conocidos en cualquier momento del día o de la noche, y nos bombardean con noticias de todo el mundo en el mismo instante en el que ocurren. Después de tanta noticia de unos y otros, ¿es posible que nos hayamos vuelto más asépticos a empatizar con ellos? Sí, es más que posible.

Y en ese asepticismo es también muy probable que nos mostremos más fríos que de costumbre en según qué temas o personas. No es rebeldía ni ignorancia planificada... es indiferencia.

La indiferencia , tal como la describe Macarena del Cojo, psicóloga general sanitaria en Instituto Cláritas, es un conjunto de actitudes de una persona en las que no se demuestra importancia ni ningún tipo de aprecio. Por lo que también podríamos definirlo como la ausencia de acciones en las que se demuestra algún tipo de sentimientos: «Ocurre cuando alguien no está implicado emocionalmente con otra persona, por lo que muestra esa indiferencia sin darse cuenta y sin ninguna mala intención».

Por ejemplo, y ante la situación que hemos vivido con el Covid la reciente guerra entre Rusia y Ucrania, la indiferencia puede surgir cuando nos sentimos impotentes para hacer algo al respecto. Esto significa que incluso cuando nos damos cuenta de lo que sucede a nuestro alrededor, es posible que nos sintamos incapaces de ayudar. En lugar de intentarlo, simplemente nos encogemos de hombros y seguimos adelante, mostrando así indiferencia al respecto.

El papel de la autoestima

Pese a que se trate de una acción no planeada y que no esconde una mala intención por parte de quien lo hace, muy posiblemente quien sufra esa indiferencia se ponga triste. «Cuando alguien sufre indiferencia de un ser querido, es muy doloroso ya que no hay sentimientos por parte de la otra persona hacia a ti», indica Macarena del Cojo. Al parecer, la psicóloga asegura que casi es mejor el enfado por parte de la otra persona «ya que al menos tiene algún tipo de emoción hacia nosotros».

Según explica, esto puede afectar a nuestra autoestima creándonos inseguridad debido a que parte de la imagen que creamos de nosotros mismos es a través de la imagen que percibimos que los demás tienen de nosotros. Por lo otro lado, también nos puede generar ansiedad y cansancio ya que cuando recibimos indiferencia por parte de alguien tratamos de adivinar qué es lo que piensa o siente sobre nosotros.

Si la persona es importante para nosotros, se puede hablar con ella y preguntar qué es lo que ocurre; expresar lo que has notado y cómo te sientes con esa actitud. «De esta manera podremos intentar saber qué es lo que ocurre dándole la oportunidad de explicarse. Quizás la persona no está enfadada ni lo está haciendo con esa intención, solamente no está pasando por un buen momento y es su manera de mostrarse», concluye la psicóloga del Instituto Cláritas .

Si a pesar de esto su actitud no cambia, puede ser que quizás para esa persona no tengamos la misma importancia que ella para nosotros y aquí lo único que nos queda es aceptarlo a pesar del dolor que nos pueda producir.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación