Entrevista
Prem Rawat: «No hace falta irse a un monasterio para encontrar la paz»
El conferenciante y escritor visita España para presentar su nuevo libro «Escúchate», en el que persigue la búsqueda de la paz en medio de un ruidoso mundo
Prem Rawat (India, 1957) ha dedicado su vida a la Paz, con letra mayúscula. La rotundidad de esta afirmación puede ser casi abrumadora, pero este escritor y conferenciante, que desde los ocho años transmite un mensaje claro y contundente, ha dedicado toda su carrera a encontrar la paz en un lugar que muchas veces no pensamos en mirar: nuestro interior.
Fue su padre la persona de la que tomó esta idea. Él, que contaba su mensaje a todo el que quisiera escuchar, tenía como esencia que la paz que nos pasamos la vida buscando no está esperándonos por ahí perdida, sino que ya está dentro de nosotros . A raíz de la muerte del progenitor, Rawat vio claro que el propósito de su vida era continuar el legado de su padre, y con ello continúa.
Con tan solo 13 años habló sobre el poder de conocernos a nosotros mismos en el escenario principal del ahora conocidísimo festival de música de Glastonbury. Fue a esa edad la primera vez que aterrizó en Estados Unidos, con previsión de estar allí unos meses, pero ya nunca volvió. Desde ese momento ha dedicado toda su carrera a viajar alrededor del mundo contando las virtudes de la paz . Y es que Prem Rawat tiene claro que «encontrarnos con esta es lo que necesitamos para ser felices, para poder vivir en armonía y sobrevivir a nuestra sociedad actual», un ambiente de ritmo vertiginoso que nos lastra y tan siquiera nos da un momento de tregua para descubrir quiénes somos en realidad.
Ahora, el «embajador de paz» publica «Escúchate» (Aguilar), un título en el que indaga en la capacidad que debemos desarrollar para mirar en nuestro interior. Nos reunimos con él en medio de su gira de promoción del libro por España, con el que busca «ayudar a entendernos» y así aprender a convivir en nuestra sociedad actual, «llena de ruido que no nos deja escucharnos».
¿Qué nos hace más difícil escucharnos, el ruido del exterior, o el ruido que tenemos en nuestro interior?
Todo nos lo dificulta, pero lo peor es cuando cogemos el ruido de fuera y lo convertimos en ruido interior. Esto hace que sea mucho más difícil escucharnos, y al final eso es lo más importante: escucharnos.
¿Todo el mundo tiene paz en su interior?
Sí, todos tenemos paz dentro de nosotros mismos, siempre ha estado ahí dentro. Sócrates decía «Conócete a ti mismo», y lo decía porque hay algo que tenemos que buscar y está en el interior. Es increíble, pero la paz está en el interior y debemos buscarla.
¿Hasta las personas con conflictos internos, personas que en general no hacen buenas acciones...?
Mire, nosotros desarrollamos un programa que se llama «Programa de educación para la paz» y lo hacemos en prisiones y centros penitenciarios, donde vemos personas que van a estar confinadas el resto de sus vidas. Sin embargo, cuando hablo con ellos descubren que también hay paz dentro de ellos, que pueden seguir adelante.
¿Y por dónde debemos de empezar a buscar esa paz?
Por nosotros. Nos pasamos la vida buscando la paz fuera, buscamos en libros, en las montañas, en templos, incluso en otras personas... Sin embargo cuando nos centramos en nosotros mismos, cuando cogemos un espejo y miramos para dentro, estamos dando el primer paso para buscar la paz.
¿Para vivir en plenitud debemos aceptar la muerte?
Lo que hay que aceptar es la vida. Existen dos paredes, la primera es el nacimiento y la otra es nuestra muerte. Lo importante es no preocuparse por la muerte o intentar buscar la fecha en la que vamos a morir, sino centrarse en la vida, sentir este momento en nuestra vida y centrarnos en él, porque nuestro tiempo es limitado. Así, aceptando la vida, llegamos a la calma y felicidad.
¿No agradecemos estar vivos lo suficiente?
¡No! Y por eso reincido tanto en la idea en este libro, es esencial tener gratitud por todo lo que tenemos en nuestra vida.
¿Entonces cómo podemos aprender a agradecer esta vida?
Vuelvo a ello, pero nos tenemos que abrir a nosotros mismos. Ya lo hacemos con los demás: cuando un amigo está en apuros, le decimos que no se preocupe, le damos nuestros consejos. Pero cuando nosotros estamos en esa situación, ¿qué nos decimos? «Esto es horrible... eres terrible», y si le dijéramos esto a un amigo o amiga no tendría buen resultado. Debemos aceptarnos a nosotros mismos, porque esto le resulta difícil a muchas personas.
Para llegar a conocernos a nosotros mismos... ¿debemos separarnos del mundo que nos rodea?
Hay gente que opina así, pero no es necesario separarse del mundo, y de hecho no es posible. Todo se desarrolla en este plano en el que vivimos: tenemos que trabajar, tenemos que comer... somos seres sociales y necesitamos a este mundo. Sin embargo lo que tenemos que hacer es buscar la paz dentro de todo esto. No es necesario irse a un monasterio o ser monje, simplemente debemos buscar la paz que tenemos dentro.
¿La cautela en la vida es necesaria o puede terminar por lastrarnos?
La oportunidad se nos brinda todo el tiempo, con cada una de nuestras respiraciones, pero no estamos prestando atención. Nos levantamos por la mañana, comenzamos a leer el periódico y vemos los titulares y en ninguno leemos el titular realmente más importante, y es que estamos vivos ahora. Es importante aceptar este titular porque ahora estamos vivos y ahora tenemos esta oportunidad.
Habla mucho del ruido del mundo... ¿Cómo debe ser nuestra relación con la tecnología?
Ahora mismo lo que ocurre es que no somos nosotros los que gestionamos la tecnología, sino que la tecnología nos maneja a nosotros, nos abruma. Como seres humanos, es importante que ahora nos centremos en buscar el sentido a todo esto y nosotros seamos los que estemos encargados de nuestra vida, no dejar que Facebook o Twitter nos gestionen. Esta es la única manera en la que vamos a ganar, porque ahora estas aplicaciones consiguen marcan la agenda de nuestra vida.
Hay un subtítulo en el libro que se dice «Aprender a sentir», ¿Cómo lo hacemos?
Cuando no eres libres, no eres el dueño de tu vida, no eres capaz de sentir nada. Hay otras personas que te dicen qué debes sentir y cómo. Si somos libres, es cuando podemos y conseguimos empezar a sentir. La libertad, es una palabra nos gusta a todos, no importa de qué país vengas. ¿Y por qué? ¿De qué somos esclavos? De nada obvio, pero lo somos, somos esclavos de nuestra mente y esta muchas veces no nos deja avanzar.
Hay una frase del libro que dice: «No podemos vivir en el ayer, no podemos vivir en el mañana». ¿La proyección de futuro es necesaria? ¿Cómo podemos encontrar un equilibrio entre vivir en el presente y no perder de vista el futuro?
Si no aceptamos el futuro, y no aceptamos el pasado, al final estamos en tierra de nadie. Lo único que somos capaces de entender es el presente. Ser conscientes de lo que hacemos ahora, porque cuando eres te das cuenta del ahora creas el pasado y puedes predecir el futuro de alguna manera. Si nos dedicamos a actuar de manera inconsciente, cometemos errores y estos afectan al pasado y tienen un reflejo en el futuro. Sin embargo si comprendemos nuestro presente, este va a ser el que nos defina como seres humanos, ni nos va a definir el futuro, ni nos va a definir el pasado. Lo que hacemos ahora es lo realmente importante.