Día del Cáncer de Mama 2022
«Voy cada 21 días al hospital, tomo pastillas a diario y además tengo otro tratamiento: hacer ejercicio»
Así son las sesiones de entrenamiento de las pacientes con cáncer de mama que participan en el programa 'Ejercicio y Cáncer', dirigido por la Dra. Soraya Casla, experta en ejercicio oncológico
Reportaje: Ejercicio y cáncer de mama, una píldora de salud sin efectos secundarios
Es lunes y son las once de la mañana. Está nublado y chispea, pero la temperatura es agradable. Soraya Casla , la directora del Programa 'Ejercicio y Cáncer ' nos cita en un punto del Retiro madrileño, cerca de la puerta del Niño Jesús. Allí es donde entrena habitualmente con las 'chicas', un grupo de mujeres de distitas edades y condición física, pero con algo en común: son pacientes de cáncer de mama . «Pero, ¿vais a entrenar mientras está lloviendo?», preguntamos. «¡Si son cuatro gotas!», sonríen. Mientras Mónica Castellanos, del equipo de 'Ejercicio y Cáncer', dirige el entrenamiento del grupo, Soraya Casla nos habla de su trayectoria profesional, de su investigación en torno al ejercicio oncológico , tanto en España como en Canadá, Estados Unidos, Dinamarca o Australia, y de su paso por el equipo de investigación de Grupo GEICAM y por la AECC, donde puso en marcha de la primera unidad de ejercicio físico oncológico de Madrid. Son páginas de su vida profesional que, a pesar de ser fructíferas y enriquecedoras, le han llevado a querer dar un paso más en el ámbito de la investigación y de la práctica del ejercicio físico oncológico. Así, hace poco más de seis meses decidió poner en marcha el programa 'Ejercicio y Cáncer', con el apoyo de la infraestructura deportiva de Tigers Running Club , uno de los clubes de corredores más prestigiosos de España. «Tenía la necesidad de investigar más, de crecer y de hacer más cosas. Este programa surgió porque nuestro objetivo es utilizar el ejercicio físico como una píldora para siempre, para toda la vida. Queremos que las pacientes y los pacientes de cáncer puedan hacer ejercicio siempre que lo necesiten de forma adaptada a sus necesidades y durante el tiempo que lo necesiten», explica Casla.
La experta defiende que el ejercicio físico regular es esencial para cualquier persona, pero lo es aún más para los pacientes de cáncer en todas sus fases. Durante el tratamiento asegura que contribuye a mejorar la calidad de vida, a aumentar la capacidad física, a reducir la pérdida de masa muscular y a mantener un peso adecuado. Pero además insiste en que, aunque los pacientes finalicen los tratamientos y se encuentren mejor, eso no puede ser una excusa para dejar de hacer ejercicio pues, tal como argumenta, el cáncer es una enfermedad de largo plazo, es una enfermedad crónica , pues esos tratamientos pueden generan cambios fisiológicos que se aprecien y se noten a lo largo de toda la vida. «El ejercicio físico después de los tratamientos ayuda a prevenir enfermedades tan importantes como las cardiovasculares o los fallos cardíacos si se hace de manera adecuada integrando ejercicio cardiovascular y ejercicios de fuerza», aclara.
Y no solo eso sino que Casla revela que las investigaciones científicas demuestran que los pacientes que se mantienen activos y hacen ejercicio después de los tratamientos, especialmente sin padecen cáncer de próstata, cáncer de colon y cáncer de mama aumentan su supervivencia hasta un 30%.
Combinación de cardio y fuerza
La lluvia cesa en el Retiro, pero el entrenamiento del grupo no. Si alguien se aventura a calificar la actividad física de un grupo de pacientes con cáncer de mama como «tranquila y relajada» se equivoca de pleno. Corren, hacen sentadillas, utilizan las mancuernas, se agachan, sujetan y elevan las kettlebell, vuelven a correr... No, no es una sesión relajada, ni mucho menos. De hecho, tal como explica la directora del programa lo habitual es que en cada clase se realice en primer lugar un calentamiento específico con foco en el trabajo articular para después pasar a un calentamiento más activo a nivel cardiovascular. Una vez que se ha realizado esa activación la parte central de la sesión combina el ejercicio cardiovascular y el de fuerza generando picos de intensidad. «Normalmente trabajamos o fuerza mezclada con cardio o cardio más intenso mezclado con algo de tonificación , con intensidades algo más bajas. La razón es que hemos visto que cuando se trabaja combinando en la sesión los ejercicios cardiovasculares y los ejercicios de fuerza los pacientes tienen una mejor tolerancia al ejercicio de fuerza, se recuperan antes y tienen una mejor sensación durante el ejercicio que permite que quieran seguir haciéndolo, es decir, que generan una mayor adherencia», revela Casla.
Robamos unos minutos a dos de las 'chicas' para conocer su experiencia y nos encontramos con dos mujeres que llevan el coraje por bandera. Tanto 'Con' López Vázquez como Raquel Juárez, pacientes de cáncer de mama que participan en el programa 'Ejercicio y Cáncer', confiesan que no les resulta fácil hacer ejercicio a diario, pero confiesan que, cuando lo hacen, se sienten muy bien tanto física como emocionalmente y que el esfuerzo les compensa. De hecho para Raquel Juárez, paciente con cáncer de mama metastásico, el ejercicio supone un tratamiento más, que es ineludible: «Voy cada 21 días al hospital, tomo pastillas a diario y además tengo otro tratamiento: hacer ejercicio», explica.
Por su parte, 'Con' López Vázquez explica que hasta las tareas que pueden parecer aparentemente más sencillas como cepillarse los dientes o ayudar a su hija a bañarse resultan dolorosas y costosas si se padece, como es su caso, un linfedema . Por eso a la hora de hacer ejercicio confiesa que su motivación fue doble. «No me gusta correr, pero cuando llego aquí (al entrenamiento con el grupo) corro porqueme sienta bien y porque además después me encuentro mucho más ágil y cada vez puedo hacer más cosas en casa que antes no podía hacer», asegura.
El programa 'Ejercicio y Cáncer', dirigido por Soraya Casla, cuenta con grupos presenciales y con grupos on line. Además se encuentra en fase de crecimiento y su equipo ya está trabajando en futuros convenios con hospitales y centros sanitarios para asesorar y orientar tanto a pacientes como a profesionales en torno a la importancia de promover el ejercicio físico oncológico como una parte fundamental de los tratamientos.
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