Cuidados
¿Es bueno para nuestra piel utilizar esponja en la ducha?
Depende de nuestro tipo de piel si la utilización de este complemento puede llegar a dañar nuestra piel
Lo de utilizar una esponja para ducharnos puede crear división. Igual que aquello de la tortilla con o sin cebolla, o la pizza con o sin piña, hay quienes no imaginan una ducha sin su esponja, y otros que ni contemplan la posibilidad. Pero, lo más importante es preguntarnos, ¿es beneficioso, o al menos no perjudicial, para nuestra piel utilizar una esponja ?
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La doctora Cristina Villegas Fernández, jefe de servicio del Hospital Universitario La Moraleja, comenta que en pieles delicadas, y atópicas no se recomienda el uso de esponjas , puesto que son pieles con enorme dificultad para defenderse del medio externo «por su incapacidad para formar adecuadamente el manto acuoso lipídico que nos protege». «Por esta razón es mejor aplicar jabones suaves, o panes dermatológicos con la mano, aclarando y secando después con delicadeza, siempre sin frotar», indica la profesional.
Cómo utilizar la esponja correctamente
Por otro lado, explica que en pieles normales sí pueden se utilizadas las esponjas, siempre sin frotar en exceso. «Son mas indicadas para zonas como rodillas, codos, talones…siempre sin ser muy enérgicos en su uso, y recordando que es fundamental mantener una limpieza adecuada de las mismas y un recambio frecuente», indica.
Sobre esta limpieza, la doctora asegura que es muy importante limpiar diariamente la esponja que utilizamos , y dejarla secar en un lugar ventilado, «nunca en el suelo de la ducha, ni en zona húmeda, puesto que podría ser el lugar ideal para el crecimiento de bacterias y hongos». Su recomendación es la siguiente: limpiarlas al menos una vez a la semana en una solución de agua con lejía (1 litro de agua + 10ml de lejía), para su total desinfección. «Nunca se deben compartir con otras personas, y tenemos que renovarlas cada tres o cuatro semanas », añade.
Antes de elegir si utilizamos una esponja, o no, tenemos que tener en cuenta, explica la doctora, que como la frotamos con nuestra piel elimina nuestro manto acuoso lipídico, con ph 5.5, y por tanto desprotege nuestra piel del entorno, siendo más fácil la aparición de infecciones y de eccemas.
La utilización de esponjas pueden desproteger nuestra piel de los impactos del entorno
Debemos tener especial cuidado con las esponjas más «rugosas» . Pueden tener sus beneficios, como explica la doctora, pues, por ejemplo, si las utilizamos en zonas como rodillas, codos o talones, pueden ayudar a activar la circulación cutánea. Pero, es importante no realizar fricción intensa y diaria con ellas. «Si hacemos esto, como ya hemos explicado, eliminaríamos de forma completa el manto hidrolipídico que nuestra piel forma de modo constante para defendernos de nuestro entorno», recuerda la profesional, que añade que este tipo de esponjas son una manera de «desproteger» la piel.
Para terminar, la doctora deja una recomendación importante. Más allá de utilizar esponja o no, hay que tener tres factores en mente para que, cuando nos duchemos, nuestra piel o salga dañada: las duchas deben ser cortas, con agua templada , y los jabones y productos utilizados deben ser suaves.