Tomate

El tomate parece ser el rey de la controversia en el mundo vegetal. Si hoy la pregunta es si se trata de una fruta, de una verdura o de una hortaliza, hubo un tiempo en el que se consideraba venenoso, afrodisíaco, incluso se utilizaba en rituales mágicos. La cuestión es que el tomate está ligado al hombre desde hace siglos, cuando se cultivaba en los Andes y en México . De los Aztecas procede precisamente la palabra: el «xiomat»’ azteca (fruta hinchada) pasó a denominarse tomate por los conquistadores españoles, responsables de su llegada a Europa.

Conocida comúnmente como tomatera, la Solanum lycopersicum , es una especie de plata herbácea del género Solanum de la familia Solanaceae, perenne. Aunque cuando pensamos en los tomates los imaginamos rojos, los hay también verdes y amarillos. De hecho, los tomates amarillos fueron los primeros en cultivarse en Italia y los que le dan su nombre en aquel país: pomodoro, procedente de pomo d’oro (manzana de oro).

Desde entonces hasta hoy el tomate ha ido cobrando popularidad en la cocina mediterránea convirtiéndose en un imprescindible y en rasgo de la cultura culinaria de nuestro país siendo ingrediente principal en preparaciones como el gazpacho o el salmorejo . Aunque debido a sus diferentes usos culinarios, el tomate se considera una verdura, en realidad, se trata de una fruta perteneciente a la familia de las patatas, la berenjena o el pimiento.

Los tomates son muy nutritivos y muy poco calóricos, de hecho 100 gramos de tomate aportan apenas 18 calorías, ya que la mayor parte de su peso es agua. Tiene grandes cantidades de vitamina C y de ácido fólico pero si hay una razón por la que resulta especialmente recomendable es por su alto contenido en licopeno, el pigmento que le da su característico color rojo y que tiene propiedades antioxidantes. Además, un elevado nivel en licopeno en el plasma se ha asociado a menor incidencia de algunos cánceres, especialmente, en el de próstata. Sin embargo, no es lo mismo tomarlo crudo que cocinado dado que el plasma sanguíneo absorbe mejor el licopeno cuando procede de productos elaborados a altas temperaturas.