Sodio

El sodio es un mineral muy importante en el mantenimiento de los fluidos (homeostasis), en la integridad celular, en los mecanismos de transporte y en la excitabilidad muscular y nerviosa del organismo. Nuestros músculos y nervios necesitan sodio para funcionar como es debido.

El sodio, como otros minerales, no es capaz de producirlo nuestro cuerpo, así que necesitamos introducirlo mediante la alimentación. Está presente en una gran mayoría de los alimentos de forma natural y esto sería suficiente para cubrir las recomendaciones diarias que deberíamos tomar. Sin embargo, la mayoría de las personas tomamos más sodio del que debiéramos ya que solemos echar sal (cloruro sódico) en nuestras comidas. Los riñones son los encargados de eliminar el exceso de sal y cuando no pueden hacerlo por tener mucho sodio puede darse la hipertensión arterial .

En general, hay más exceso de sodio en la población que un déficit de este mineral, ya sea por añadir mucha sal a nuestras comidas o alimentos que han aumentado su cantidad de sodio tras la manipulación humana, como por la técnica de salazón, ahumado, enlatado, etc.

Aunque es muy poco habitual que haya problemas de déficit de sodio, si esto ocurriera podría ocasionar a la persona afectada: debilidad y confusión mental; calambres musculares y alteraciones circulatorias.

Por el contrario, una ingesta excesiva de sodio, además de provocar hipertensión, podría llevar a la retención de líquidos , algo que es muy grave en personas que tengan una insuficiencia cardíaca congestiva o nefropatía.

La fuente principal y donde es más corriente encontrarlo es en la conocida como sal de mesa, que es cloruro de sodio. Las pastillas de caldo también tienen un alto contenido en sodio.

Hay que tener en cuenta que, aunque sea poca, los alimentos tienen sodio de manera natural . Luego están las sales presentes en los productos procesados, congelados y enlatadas. En general, casi todas las comidas preparadas tienen un alto contenido en sodio.

Estos son algunos de los alimentos que contienen más sodio de manera natural: la leche, la remolacha, el apio, el agua potable, carnes procesadas y embutidos, así como sopas y verduras envasadas.

Según la OMS, los adultos deberían ingerir 2 gramos de sodio al día, lo que equivale a 5 gramos de sal, que es poco menos que una cuchara de té. Algo que la población en general sobrepasa con creces. Los españoles no son menos y nuestras ingestas de sodio se encuentran por encima de las recomendaciones en todas las edades, principalmente en los niños y es algo que preocupa a la salud pública.