Nutrición
Si comes sandía cada día, te pasará esto en el cuerpo
Para el desayuno, en ensalada, como merienda... Es una gran elección incluir la sandía en todos nuestros platos ahora en verano dado que una fruta muy baja en calorías
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El verano es sinónimo de vacaciones, calor y descanso, pero también de sandía , melón , melocotón ... Porque hay pocas cosas más características de la época más calurosa del año que estas frutas llenas de agua , minerales y vitaminas para refrescarnos durante las altas temperaturas.
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Dejando atrás la típica pregunta en la que hay que posicionarse entre la sandía y el melón, vamos a centrarnos en la primera, que con su color rojizo (unas más que otras) alegra el paladar y cualquier mesa en la que se encuentre. Y es que las sandías cultivadas al aire libre florecen entre finales de primavera y principios de verano, por lo que los frutos están en su punto óptimo de sazón a lo largo de todo el verano y principios del otoño. No obstante, la sandía se cultiva en invernadero por lo que es fácil disponer de ejemplares a lo largo de todo el año. En líneas generales, florece en mayo-junio y madura unos 40 días después, que es cuando podemos coger nuestra sandía y disfrutar de ellas durante prácticamente todo el verano.
Beneficios de la sandía
Y aunque lo que más nos importa de esta fruta es su sabor, lo cierto es que se trata de una gran elección si la elegimos como postre o la incluimos en nuestros platos. Por qué? Porque su valor calórico es muy bajo (en torno a las 30 calorías cada 100 gramos del alimentos) gracias a su gran aporte de agua (94,6 gramos), siendo la fruta con más agua, por lo que también puede ser una fuente interesante de hidratación . Poco menos notable son sus minerales y vitaminas, pero se puede decir que la sandía tiene 18 ug de vitamina A, 5 mg de vitamina C , 7 mg de calcio , y 11 mg de magnesio , entre otros.
Según los expertos de la FEN (Fundación Española de Nutrición, lo más destacable en su composición es su contenido en carotenoides sin actividad provitamínica (luteína y licopeno), entre los que destaca el licopeno, ya que se encuentra en una elevada cantidad, siendo este alimento una de las principales fuentes dietéticas del fitoquímico (2.454 µg/100 gramos de porción comestible).
En cambio, esta fruta no estaría aconsejada en personas que sean intolerantes a la fructosa (un tipo de azúcar naturalmente presente en la fruta y otros alimentos como la miel), ya que su contenido en fructosa es elevado y podría causar algún tipo de molestia digestiva. Patricia Ortega, dietista-nutricionista, advierte de que es posible que «en otras patologías digestivas como el síndrome de colon irritable también haya que valorar su ingesta». Pero como siempre, estas decisiones hay que evaluarlas de forma individual y con el diagnóstico y tratamiento de la mano de un médico digestivo y especialista en nutrición.
¿Con o sin pepitas?
Tal como cuenta la experta en nutrición, la diferencia entre la sandía con semillas y sin semillas es que la sandía sin semillas se produce a través de una hibridación, cruzando dos plantas cuyo juego de cromosomas es incompatible, es decir, cruzar el polen masculino de una sandía diploide (2N) con la flor femenina de una sandía tetrapolide (4N) para obtener un híbrido esteril 3N incapaz de producir semillas maduras.
En resumen, es igualmente seguro comer sandía con semillas que sandía sin semillas, así que aquellos que no las prefieran pueden estar tranquilos porque no se están perdiendo nada...