Aunque cuando pensemos en las moras , nos vengan a la mente las típicas moradas, rodondas y pequeñas, existen más de 300 tipos de moras. Esta fruta o baya , que enmarcamos dentro de los popularmente llamados «frutos del bosque» es un alimento cuyo color varía de tonalidad, según su procedencia: puede ser de la zarzamora o del árbol del moral.
Valor nutricional (100 gramos)
Calorías
43 kcal
Proteína
1,4 gramos
Hidratos de carbono
9,8 gramos
Fibra
1,7 gramos
La temporada de las moras abarca del mes de agosto a octubre, y a menudo podemos encontrarla creciendo por los bosques y setos. A veces, incluso encontramos moreras en los parques urbanos y las zonas verdes de las ciudades. Cada mora madura se compone de entre 20 y 50 semillas conocidas como drupas, las cuales son pequeñas, están llenas de jugo y son de color negro violáceo intenso. Técnicamente, son una «fruta agregada» en lugar de una baya.
Normalmente tiene un color brillante y con tonalidades negras y moradas, pero también puede ofrecer unos tonos blancos y rojos en algunas variedades. Por lo general, son un alimento refrescante y nutritivo. Según la Federación Española de Nutrición (FEN), «la mayor parte de su producción se dirige a la fabricación de jarabes, concentrados y esencias para repostería», aunque también podemos comprarlas sin tratar, para comer solas o incluir, por ejemplo, en batidos o postres.
Propiedades de las moras
Las moras son un alimento que cuenta con una amplia gama de nutrientes importantes, entre los que encontramos minerales como potasio, magnesio, manganeso y calcio , así como vitaminas A, C, E y del grupo B. Asimismo, son una rica fuente de antocianinas, poderosos antioxidantes que le dan a las moras su color morado oscuro. También la FEN explica que, debido a la presencia en su pulpa de ácido cítrico, «también disponen de propiedades antiescorbúticas».
La colaboradora de ABC, Catalina Prieto, explica todas las posibilidades culinarias de las moras . Estas se pueden comer frescas en ensaladas, macedonias, acompañando el porridge, en brochetas de fruta, etc. pero también cocinadas. Principalmente se añaden en postres pero, tienen cabida en pizzas o sandwiches y no solo eso: pueden disfrutarse en refrescos caseros y smoothies, así como helados cuando se realizan con moras congeladas.
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