Un huerto en casa: cómo tener un jardín comestible y qué plantas evitar porque son tóxicas
Alegra tu hogar con un par de plantas que no solo serán aire puro, también tu fuente de alimentación
Nutrición
Hay constancia de que desde la Prehistoria se han venido consumiendo grosellas silvestres. Estas pequeñas bayas originarias de diferentes zonas de Europa y de Asia ya formaban parte de la dieta de los cazadores recolectores. Crecen es sitios pedregosos de las zonas de montaña entre las malezas. Durante la Edad Media, las grosellas rojas fueron muy apreciadas por los médicos pero, hasta el siglo XV no comenzó su cultivo sistemática. La mayoría de las grosellas de la actualidad se producen en Europa y solo Rusia produce un tercio del total.
Desde la Edad Media comenzaron a cruzarse especies para obtener grosellas más adecuadas a los gustos o adaptadas a las necesidades climáticas. Así se han desarrollado diferentes variedades comerciales. Sin embargo, de forma natural pueden encontrarse tres especies comestible que se cultivan: la grosella roja, la negra y la blanca, de frutos más grandes. Las grosellas frescas solo pueden encontrarse en verano y son de corta temporada. El resto de año se pueden comprar congeladas o en conserva.
Las grosellas son especialmente adecuadas para proteger la vista, especialmente por su acción protectora sobre los vasos sanguíneos más pequeños. Muy ricas en vitamina A, tienen poder antioxidante y mantienen bajo control los radicales libres, además, sus flavonoides y antocianitas cuidan las venas y las arterias que llegan a los ojos, favoreciendo que no se ocluyan y provoquen deficiencias de visión. También se le atribuyen propiedades antiinflamatorias ya que estos pequeños frutos son ricos en ácidos grasos esenciales.
El mejor modo de tomar la grosella es fresca, si bien su sabor ácido hace que su consumo así no sea muy habitual. Sin embargo, su color brillante hace que las rojas se usen habitualmente en la decoración de tartas y pasteles.
También se pueden encontrar en confituras y mermeladas y, por sus propiedades y sabor, se incorpora en algunas preparaciones de tés e infusiones.
Mejora el funcionamiento del sistema digestivo
También contiene hierro y minerales como el potasio o el calcio
Es eficaz contra la infección urinaria
Ayuda a mantener sana la piel, incluso puede curar algunos problemas
Previene infecciones respiratorias
El nivel de potasio protege el sistema circulatorio, nervioso y muscular
Ayuda a bajar o mantener el peso