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Las consecuencias de eliminar el gluten de tu vida sin ser celíaco ni intolerante

Los productos que se venden para sustituir los alimentos que contienen gluten, en ocasiones, aportan menos proteínas, más grasas saturadas, más sodio y menos fibra

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S. Palacios

En los últimos años han aumentado de forma significativa los productos sin gluten en los supermercados, a pesar de que tan solo el 1% de la población española es celíaca , según la Organización Interprofesional de Cereales Panificables y Derivados (INCERHPAN). Esto puede deberse a que se ha fomentado la creencia de que eliminando esta sustancia de nuestra alimentación conseguiremos una mejora en la salud. Pero, ¿esto es cierto?

Beatriz Navia, doctora en Farmacia y profesora del departamento de Nutrición y Ciencia de los Alimentos de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), explica que el gluten es un conjunto de proteínas que se encuentra en cereales como el trigo y todas sus variantes, así como en la cebada y el centeno .

El consumo del mismo por parte de personas celíacas –expone Navia– origina una reacción inflamatoria y una atrofia de las vellosidades del intestino delgado, que dificulta la absorción de nutrientes y da lugar además a síntomas tanto gastrointestinales como extraintestinales. «El único tratamiento para esta patología es la exclusión del gluten de la dieta de por vida», señala.

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No obstante, Navia aclara que el gluten no genera ningún problema en el organismo de personas sanas y que no se recomienda su eliminación, aunque es una proteína que bien se puede reemplazar por otra. Lo que ocurre es que si se quita el trigo de la dieta, siendo este el cereal más consumido, y no se sabe sustituir por otro sin gluten, se pueden producir desequilibrios importantes en nuestro cuerpo.

Los productos que se venden para sustituir los alimentos que contienen gluten, en ocasiones, –manifiesta Navia– aportan menos proteínas, más grasas saturadas, más sodio y menos fibra. Además, suelen ser menos palatables y más caros que los que contienen esta sustancia. «Se ha observado como el seguimiento de este tipo de dietas sin ningún tipo de supervisión puede llevar a la persona a reducir o excluir el consumo de cereales de la misma por falta de alternativas, dando lugar a desequilibrios importantes por la disminución de la ingesta de fibra o de diversas vitaminas y minerales».

El seguimiento de estas dietas por parte de adultos sanos que no son celíacos ni sensibles al gluten pueden incrementar también el riesgo cardiovascular , según esta experta. Podrá afectar también a sus relaciones sociales y a su bienestar en general, así como interferir en el diagnóstico de una posible celiaquía.

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