Nutrición

Cómo conservar la mozzarella si no vamos a comerla entera

La mozzarella es un queso suave y versátil, bajo en calorías, que aporta proteína y calcio a nuestra dieta

La mozzarella tiene hasta un 50% menos de calorías que el queso curado Unsplash

M. Alcaraz

La mozzarella es un queso que crea bastante consenso: no solo es ligero (aunque tiene un marcado sabor), sino que marida bien con otros alimentos y complementos. Se puede tomar con un tomate fresco, en una pizza, en ensalada... y también solo, con un chorrito de aceite y orégano.

Además de ser un queso bastante versátil, tiene unas características nutricionales mejores que otros quesos. Explican los nutricionistas Fernando Carrasco y Carlos Rodríguez, directores de la clínica Nutrygente, que la mozzarella fresca, frente a otros quesos curados, «organolépticamente se caracteriza por tener un sabor más suave, blando y fácilmente derretible». Asimismo, aseguran que, si se compara con un queso curado, esta tiene un menor porcentaje graso , hasta un 50% menos de calorías y un menor aporte de colesterol. Sí tiene un menor aporte proteico, aunque indican los profesionales «que no es una gran diferencia».

Si hablamos de sus beneficios, por lo general la mozzarella aporta una cantidad de calcio muy importante y necesaria para la salud de nuestros huesos entre otros. «La mozzarella también nos aporta una fuente de proteína muy importante y que muchos estilos de vida dejan de lado en sustitución a otros macronutrientes», dicen los nutricionistas.

La mozzarella combina muy bien con alimentos como el tomate fresco Unsplash

«La desventaja es su abuso o exceso de consumo que puede hacer que dejemos de lado otros alimentos que son fundamentales para nuestra salud, al igual que debido a su aporte calórico pueda manifestar en un aumento de peso», aseguran. Si queremos optar por una versión 'light' de este alimento, desde la clínica comentan que «para personas que buscan una pérdida de peso , los productos 'light' siempre facilitarán ese déficit calórico necesario para lograr su objetivo». Aun así, recuerdan que en personas que busquen un aumento de masa muscular la opción normal puede resultar más adecuada. En general, la mozzarella, al igual que el queso fresco, tiene un aporte calórico y de grasas menor sin dejar de lado calcio y proteínas.

¿Cómo conservar la mozzarella abierta?

Una peculiaridad de este queso es que se conserva en líquido . Comentan Fernando Carrasco y Carlos Rodríguez que al tratarse de un producto fresco, necesita de unas condiciones que faciliten o prolonguen su caducidad. Se conserva entonces en suero láctico, «que permite mantener las propiedades organolépticas durante períodos más prolongados».

Puede surgir la duda, al tener esta conservación concreta si una vez abierto un paquete de mozzarella se puede guardar una parte para comer otro día. Lo primero que indican los nutricionistas es que no hace falta volver a meter el producto en líquido: ni en el suero en el que viene ni en agua. « L a mejor opción sería guardar la mozzarella en papel de plástico ya que el papel de aluminio es más poroso y por tanto el aire podría atravesar el envoltorio», explican.

Asimismo, aseguran que se puede conservar en la nevera aunque no por más de uno o dos días, pues así se evita que pierdan sus propiedades organolépticas o posible caducidad. «Aun así, lo mejor es siempre seguir las referencias marcadas por el proveedor que encontraremos en el etiquetado», concluyen.

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