Cerezas

La primavera y el verano, además de con flores y luz llegan con una renovación en el frutero que se llena de color y de brillo. Dentro de toda la variedad, las cerezas son como las chucherías de la temporada , ideales para un picoteo, para tomar solas o como parte de postres.

Desde el siglo I antes de Cristo la cereza se cultiva en la zona comprendida entre el mar Negro y el mar Caspio. Con la expansión del imperio romano, el general Lucio Licinio Lúculo, en el año 67 a.C. llevó 74 ejemplares a la ciudad de Roma y desde allí comenzó su expansión. Es España, su cultivo es principalmente de secano y las comunidades más productivas son Aragón, Extremadura, Cataluña, Valencia. Sin embargo, la única Denominación de Origen de cerezas actual es la del Valle del Jerte existente desde 1996.

Aunque puedan parecer iguales, la cereza, la picota y la guinda forman parte del género prunus (igual que la ciruela, el albaricoque o el almendro), sin embargo, son de dos familias distintas . La cereza y la picota pertenecen al género ‘prunus avium’ y las guindas a la ‘prunus cesarus’.

Así pues, la picota es una variedad de cereza que pierde el rabito al recogerla, la diferencia que suelen encontrar los consumidores más claramente. Y precisamente es la picota la que está protegida en la Denominación de Origen del Jerte en sus variedades Ambrunés, la más conocida, incluso a nivel internacional, pico negro, pico limón y pico colorao. Por su parte, las guindas suelen provenir de hibridación o injerto, suelen ser más pequeñas, de tono rojo oscuro y con un sabor más amargo.

Pero además de por el rabito, la cereza y la picota tienen más diferencias. La semilla de la picota es ligeramente más grande y su color de rojo más intenso, casi negro, mientras que la cereza es de rojo carmín. La picota suele ser más dulce y su temporada, aunque se solapa con la de la cereza, es un poco más tardía . Respecto a la textura, la cereza es más blanda mientras que la picota resulta de carne más dura y piel más crujiente.